Bretón, en el banquillo por una bofetada a su hijo

El preso, procesado hoy en la Audiencia Provincial, se enfrenta a una pena de un año de cárcel. El acusado se declara inocente. El juicio queda visto para sentencia

José Bretón ya está sentando en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Córdoba. Lo hace, antes del juicio por la muerte de sus dos hijo. Durante la instrucción de ese caso, una testigo, amiga de la pareja, aseguró que Bretón había abofeteado al pequeño José Bretón en un centro comercial de Córdoba, mientras merendaban en una cadena de comida rápida. La acusación particular pedía un año de cárcel pero ha reducido la pena a la misma que solicita la Fiscalía Provincial: nueve meses de cárcel. Su abogado defensor, José María Sánchez de Puerta, pide la absolución y ya la pasada semana solicitó el retraso del juicio porque una de los testigos está embarazada. El juez no admitió esta propuesta.

Según recoge la calificación fiscal, la tarde noche de un sábado de agosto de 2011 (los niños supuestamente murieron en octubre de ese mismo año), Bretón se encontraba con su esposa y sus dos hijos y otro matrimonio amigo en un establecimiento de comida rápida del centro comercial El Arcángel. En un momento en el que el hijo, de menos de dos años de edad, “se puso a chupar una mesa” del local, el padre “le dio un bofetón en la cara, sin que dicha acción le causara la menor lesión alguna”.

La acusación particular añade en su escrito que en el momento de la supuesta bofetada, que Bretón propinó al pequeño “para reprimir la conducta” de chupar la mesa, Ruth Ortiz no estaba presente porque había ido junto al amigo a pedir unas consumiciones. El menor “ni lloró ni se quejó por la agresión, quedándose simplemente inmóvil”, según indica la acusación.

Bretón ha llegado esta mañana a los juzgados sobre las 9.30 de la mañana. El juicio se ha iniciado sobre las 10.30. En su primera declaración, Bretón ha negado los hechos y ha dicho que “es totalmente falso que yo haya pegado a mi hijo” y que no recuerda haberse quedado solo con la denunciante.

Al contrario, la testigo ha asegurado, interrogada tras una mampara para que Bretón no la viera, que “le dio un bofetón al niño cuando este chupó la mesa, giró la cabeza del golpe y el niño no dijo nada. Como si fuera la primera vez”. La testigo ha añadido que “fue una tarde muy tensa. José le respondía muy mal a su mujer. Yo no le dije nada a Ruth del bofetón. Sólo se lo comenté a mi marido en el aparcamiento”. La mujer insistió en que “el niño no tenía marcas ni lloró” y que “no denuncié porque pensé que pertenecía a la intimidad de la familia”.

Son estos hechos los que vertebran la estrategia de la defensa de Bretón. “Que no vengan con historias de que este asunto pertenece a la intimidad de la familia. De haber ocurrido realmente, habría merecido un reproche o una denuncia que no existió”, concluyó el abogado de Bretón, el letrado José María Sánchez de Puerta. La defensa refuerza su tesis en el hecho de que el niño no llorase. “Un crío de dos años es incapaz de contener el llanto por un hecho así, en un acto reflejo que aflora”, afirma Sánchez de Puerta. Asimismo, llama la atención de que no existiesen marcas en el menor ni un parte de lesiones. Por último, el abogado reitera que la testigo que acusa a Bretón de los hechos no es imparcial, pues en su primera declaración de los hechos durante la instrucción por los asesinatos de Ruth y José, confesó “que no me cae nada de bien José Bretón y, desde que pasó todo esto, me cae mucho peor”.

En sus conclusiones, el fiscal ha destacado la coherencia del relato de la testigo de la acusación y de su marido, que también ha declarado. “Ha sido una declaración coherente, continuada y sin fisuras”. Por ello, mantiene la solicitud de nueve meses de pena de cárcel. La acusación particular, que representa los intereses de Ruth Ortiz, madre del niño supuestamente agredido, se ha adherido a esta petición. El juicio queda visto para sentencia.