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Jabón de Alepo

Ana Fernández

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La espuma de Jabón de Alepo suaviza al instante y aviva la solidaridad. La joya siria de la cosmética, su milenario jabón de aceite de oliva y laurel, supervive, increíblemente, al horror de la guerra y continúa produciéndose y conquistando la piel y el tocador de miles de incondicionales en todo el mundo. Su fórmula totalmente natural de cuidar la higiene corporal y el equilibrio de la epidermis está al alcance de nuestras manos. Y de ello doy fe. En mi reciente visita al Centro de Estética Dori Simón, una pastilla artesanal, con un sello árabe en la superficie, llamó mi atención. Et voilà! Jabón de Alepo recién llegado a Córdoba que desaparece de los estantes porque triunfa entre la clientela. Llevo utilizándolo algunos días, y me encanta.

El llamado 'oro verde' de Siria lo recomiendan para la piel con impurezas, atópica, sensible e incluso con afecciones dermatológicas, si bien en estos extremos ha de ser la Medicina la que prescriba. De cualquier forma, se trata de un producto cosmético de alta calidad y cualidades únicas. Advierten, no obstante, desde algunos foros de que existen imitaciones y no es jabón de Alepo, ni el mejor jabón de su clase, todo lo que se vende, por lo que conviene adquirir pastillas con sello de calidad y garantías.

El verdadero jabón de Alepo está hecho con aceites de oliva y laurel, agua y sodio de origen vegetal, un ingrediente natural que solidifica la mezcla. La pureza y simplicidad del jabón (el aceite de oliva es un humectante natural y el de laurel un limpiador) contrastan con los jabones modernos que pueden incluir grasas de origen animal, además de aceites menos nobles, como el de palma u otras semillas.

Las cinco familias establecidas como productoras de jabón –Zanabili, Najjar, Fansa, Jbeili y Sabouni– exportan la mayor parte de su producción – a Europa, Corea del Sur y Japón, especialmente el de más alta categoría, que contiene entre 12-45 % de aceite de laurel.

Existen distintas concentraciones de aceite de laurel adecuadas para cada tipo de piel, aunque el jabón con la más baja suele ser el más utilizado y el mejor para la mayoría de las pieles sin problemas. Ante dermatitis, rosácea o psosiaris recomiendan concentraciones de 30 y 40% de aceite de laurel.

Su espuma es fina, suave y deja la piel satinada y confortable, con sensación de verdadera limpieza. Sofía Loren conserva su belleza gracias a él, según se cuenta. Y en medio de la superabundancia navideña y las rebajas adelantadas, la simplicidad de un producto de belleza e higiene básico, sabio, milenario y fabricado en la tierra hermana de Siria, me parece un magnífico regalo en el umbral de 2017. Dejo aquí algunos puntos de venta on-line: (http://www.jabon-de-alepo.com), (http://alepocosmetica.es/6-jabones-alepo-najel?gclid=CjwKEAiAqJjDBRCG5KK6hq_juDwSJABRm03hRdHiWzaItSt1Pm9JrGJOnGXyN164ffAbH56qsNahiBoC_xrw_wcB). Jabón de Alepo. ¡Eureka!

Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación. 

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