¿Domesticado dada?
El anti-arte dadaísta cumple 100 de años. Explosión del sinsentido. Gatera de la anti-moda. Tipografías locas. Feísmo. Montajes fotográficos que harían las delicias de El Bosco. El mundo, tras dibujar bigote a la Mona Lisa, cambió para siempre. Dadaísmo: revolución efímera y sin vuelta atrás. Después de aquello, después de la I Guerra Mundial; de la fuente-retrete, de señores luciendo antenas y engendros futuristas sobre sus cabezas, una camiseta punk y cuatro furiosas y geniales voces en un local de Nueva York llamado CBGB, tampoco son para tanto. Se cumple, en fin, un siglo del Tristan Tzara más provocador, del disparate de liberación con epicentro en el Cabaret Voltaire, de señoras artistas creadoras de primera. Y lo dadá vuelve, no sabemos si domesticado, si revistado con lealtad, si un poco de cada cosa, según el foro o el escaparate donde nos encontremos.
La alta costura suele tributar periódicos homenajes al dadaísmo y para esta nueva temporada del centenario dadá, Gucci y otras firmas realizan guiños al anti-arte, tan próximo por otro lado a los diseñadores y diseñadoras con más fuerza para la ruptura y los nuevos paradigmas.
Curiosamente, la Suiza correcta y rica del Cabaret Voltaire de Zúrich donde surgió el movimiento dadaísta tiene una firma, Dadadésir, de pañuelos en seda de inspiración dadá y dibujos de ensueño.
Otra delicia es el homenaje dadá de las velas aromatizadas de lujo Cire Trudon. Su fragancia no resultará quizás tan misteriosa como la Belle Haleine Eau de Violette que realizó Marcel Duchamp ilustrando su readymade con la imagen del alter ego femenino de Man Ray
El dadaísmo recorre el tiempo, aletea o se atempera en la moda, y en Córdoba impregna la 13ª edición de Cosmopoética. Pasen y vean. La recomendación es probar y saborear todo. Se adjunta programa y guía dadá en Facebook.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación.
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