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Stop-loss: limitar las pérdidas en Bolsa

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Javier León

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Los inversores en Bolsa, por lo general, no se plantean a la hora de invertir la posibilidad de incurrir en pérdidas, pero lo más normal es que no siempre se acierte a la hora de invertir en un valor.

Llevamos un año complicado en Bolsa. Diversos acontecimientos, tanto políticos como económicos, están ocasionando que algunos inversores tengan pérdidas importantes en sus carteras.

Siempre que compramos un valor es con el objetivo de conseguir un rendimiento, una revalorización, un incremento en el precio de la acción que nos hará ganar dinero. Y en muchas ocasiones nos convertimos en inversores a largo plazo sin querer, observando cómo la cotización de nuestra acción baja y baja y no para de bajar.

No es fácil admitir que nos hemos equivocado en una compra de un valor, cometiendo el error de volver a comprar con el objetivo de rebajar el precio medio de la cartera.

Para tener éxito invirtiendo en Bolsa, comprando y vendiendo acciones, debemos tener una disciplina y un método a seguir.

Debemos limitar las pérdidas y dejar que corran los beneficios.

Los valores que cotizan en Bolsa no siempre suben, también sufren descensos y en ocasiones fuertes bajadas rompiendo soportes que nos pueden ocasionar pérdidas importantes en nuestra cartera de valores.

¿Podríamos limitar esas pérdidas?

Al invertir en acciones que cotizan en la Bolsa deberíamos, en función de la tendencia del Mercado, establecer un objetivo de beneficio y una limitación a las pérdidas que estaríamos dispuestos a asumir.

Establecer un porcentaje de pérdida que podamos asumir -no será el mismo para cada inversor- dependerá de cada uno de nosotros.

Para algunos esa pérdida será aquella que no nos deje dormir, el llamado nivel de insomnio. Otro síntoma de nivel de pérdida asumible podría ser el momento en que no nos atrevamos a hablar de lo que estamos perdiendo. Debemos establecer ese nivel, el máximo importe de dinero que estamos dispuestos a perder.

Para limitar la pérdida está el Stop-loss, que es el precio que introducimos a la hora de introducir una orden de venta condicionada a que se active dicha orden de venta en el Mercado al llegar la cotización del valor al “stop-loss” que hemos dado.

Ejemplo: Una acción que hemos comprado a 12 euros podemos limitar nuestra pérdida introduciendo una orden de venta condicionada con el stop-loss a 11,25 euros, es decir, la orden de venta no se activará hasta que el valor no se encuentre cotizando a 11,25.

Vender con pérdidas no es del gusto de nadie, pero no es lo mismo perder un 5% que un 15% por no querer asumir que nos hemos equivocado de valor; pero asumamos nuestro error y no queramos ser como el avestruz.

No siempre se gana en Bolsa. Hay inversiones en las que tenemos que asumir pérdidas, pero seamos racionales y limitemos nuestras pérdidas con el stop-loss.

Quizás lo más difícil de la inversión en acciones no es cuándo comprar sino la decisión  de cuándo hay que vender...

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