Apagón
Esto será como un experimento sociológico, como Gran Hermano, ¿no?
Me pregunto cómo sería la vida sin tener que estar al día de toda la actualidad, a qué dedicaría el tiempo que ahora gasto en actualizar las redes sociales, cómo afectaría esto a mi vida social. Pues una baja de paternidad es el momento de probarlo, tal vez sea la última oportunidad y eso me asusta. Hasta diciembre se acabó visitar Facebook, Twitter, Instagram y otras redes sociales digitales. Mantengo como elementos inherentes a la supervivencia familiar, profesional y social el correo electrónico y el WhatsApp, aunque en este último caso el consumo se reducirá a los mensajes directos, obviando los grupos. No es una huída, es una prueba para ver cómo afecta esto al tiempo que dedico a los cuidados de mi entorno.
Este blog seguirá en marcha, pues habitualmente es una comunicación unidireccional, sin respuesta (salvo algún comentario ocasional), y recogeré aquí o en lascosas.net el proceso y las conclusiones que se produzcan. Seré sincero, eso quiere decir que ahí aparecerán las tentaciones, el síndrome de abstinencia –si es que se produce-, las ventajas, los inconvenientes de este apagón.
Es un reto analógico, el de leer en papel, sin injerencias, el de escuchar un vinilo, el de dibujar en papel, el de escribir a mano, el de esperar en la calle sin necesidad de actualizar una y otra vez el móvil, el de simplemente perder el tiempo si esto es lo que toca en ese momento. El de, por supuesto, observar sin necesidad de fotografiar (y si se fotografía, sin necesidad de compartir la imagen), es el reto de aprovechar el tiempo sin tener que vivir sometido al estrés. ¿Y la radio? Será difícil pero tal vez salga también temporalmente del día a día, quizá la consuma de otra manera, tal vez sirva también para el futuro. Veremos.
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