¡Feliz 2014!
Creo que fue en la Nochevieja de 2009 cuando empecé a felicitar a mis amigos no el año que entraba, sino el siguiente. Si era la Nochevieja del 2009 felicitaba la del 2011, si era la del 2011 felicitaba la del 2013... Como ven, nunca fui optimista con el futuro. Por desgracia, no he llevado razón nunca. 2011 no fue un año mejor a 2009, ni 2012 lo ha sido a 2010, ni 2013 parece que vaya a ser mejor que 2011. Tampoco estoy convencido de que el título de este post vaya a ser tal que así. ¡Feliz 2014! ¿Feliz 2014?
A partir de hoy empieza un año, con sus 12 meses y sus 365 días. Un año. ¡Un año! Hemos asumido que no va a ser bueno. Todo apunta a que no lo será. El Gobierno dice que el paro va a seguir igual o a volver aumentar aunque levemente, y que lo mismo, si tenemos suerte y la Virgen del Rocío nos echa un capotillo, Fátima Báñez dixit, a finales de 2013 empiezan a florecer esos malditos brotes verdes que nunca llegan. Nunca.
No me gusta hacer abstracciones de la realidad. Me gusta más bien intentar imaginar cómo será mi ciudad a finales de 2013 y qué quieres que les diga, si la cosa va a seguir igual de jodida espérense a ver lo que parecía olvidado. Si en 2013 no se genera nada de empleo, los miles de cordobeses que aún tienen prestaciones sociales las perderán. Si en 2013 se reducen las pensiones, los miles de cordobeses que viven de los abuelos tendrán menos dinero. Si en 2013 se sigue retrayendo el consumo, muchos más comerciantes tendrán que echar la persiana. Si en 2013 no fluye el crédito bancario, muchas empresas que sobreviven con respiración asistida se irán al concurso de acreedores. Si en 2013 sigue cayendo de forma tan dramática la recaudación de impuestos no habrá manera alguna de seguir financiando el servicio público. Prepárense pues a ver retrasos en el pago de nóminas a funcionarios, por ejemplo. Prepárense para ver lo que ya atisbamos a finales de 2012: la miseria llamando a las puertas de la clase media.
Entiendo que vivamos en estado de shock. Entiendo que gran parte de la culpa de lo que estamos pasando la tenemos nosotros. Nadie nos obligó a gastar más de lo que teníamos. Nadie. Aunque nos pusieran el crédito delante de los ojos, sabrosito sabrosito. Nadie nos puso una pistola en la cabeza para que firmáramos hipotecas que nosotros mismos sabíamos que no íbamos a poder pagar jamás. Nadie. Por eso, entiendo que estemos en estado de shock. Pero un año es mucho tiempo. 2013 puede ser muy largo y muy agónico. Si todo va a seguir igual, eso no es bueno porque 2012 ha sido el peor año casi desde la salida de la posguerra. Si todo va a seguir igual, ahora sí que va en serio: agárrense que vienen curvas. ¡Feliz 2014!
http://youtu.be/k7oPnu1Zn7o
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