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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

Feliz apocalipsis

Un fonendoscopio de un médico y un teléfono

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Hay un término en inglés que tiene difícil traducción al castellano. Se llama doomscrolling. Es algo así como no poder dejar de leer malas noticias a través de las redes sociales. Ir dándole al dedito y consumiendo noticias a cada cuál más catastrófica.

Admito que la realidad está dando para eso y mucho más. Nadie podía imaginar una guerra en el corazón de Europa en pleno siglo XXI tras Sarajevo. O una pandemia que nos mantuvo encerrados en casa durante meses. O que el principal partido de la oposición haya decidido hacerse un harakiri en directo, qué se yo. Pero comienzo a conocer a mucha gente que disfruta dando malas noticias y a otros que las sufren, con cuadros graves de ansiedad y hasta depresiones.

En estos tiempos convulsos existen ciertos profetas del apocalipsis que disfrutan sacando las trompetas (no solo en los medios, que también), pregonando a los cuatro vientos que vamos a morir todos. Y a veces pienso que casi disfrutando. En muchos casos, suelen ser unos profetas que tienen la vida resuelta, un salario que no corre peligro, un suelo bastante duro sobre el que poder nadar. Y que carecen de la mayor de las empatías para todos aquellos que no pueden hacer frente a que de repente les venga un facturón de luz o cuyo sustento depende, de verdad, de lo que está pasando en Ucrania.

Hay psiquiatras que sostienen que observar el terror a través de una pantalla puede llegar a ser relajante. Es como el que está viendo una película o una serie de televisión, que apaga la tele y a otra cosa, supongo.

Pero por desgracia, todos tenemos en nuestro entorno a esos profetas que sacan a pasear las trompetas del apocalipsis con demasiada rapidez y que, me temo, a veces disfrutan cuando todo sale mal y terminan por tener razón. Pero si hay algo que no tienen es ninguna gracia.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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