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Los anarcoides

Alfonso Alba

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Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, el adjetivo anarcoide se refiere a aquel “que tiende al desorden”. En Córdoba, este extrañísimo adjetivo se ha usado dos veces por dos altos cargos públicos (el alcalde, José Antonio Nieto; y el teniente de alcalde de Presidencia, Miguel Ángel Torrico) para calificar a los activistas que desde octubre del año pasado ocupan el antiguo grupo escolar Rey Heredia en lo que han venido a llamar Acampada Dignidad.

Si uno coge el diccionario y se da una vuelta por Rey Heredia comprobará que desde luego no es el adjetivo mejor traído. Este que escribe estuvo en algunas casas okupas allá por los años 90 y les asegura que no tienen absolutamente nada que ver con lo que hoy es la Acampada Dignidad. Aquello era algo más que anarcoide. La ocupación de Rey Heredia, llevada a cabo sin pedir permiso (algo que salta a la vista), desde luego que no. Desde el primer día, en un edificio que estaba abandonado y condenado al olvido, o a la piqueta, los activistas han demostrado de lo que es capaz el ser humano cuando se organiza por un objetivo común.

Sin agua potable y también sin luz eléctrica, los mal llamados anarcoides han conseguido convertir el antiguo colegio Rey Heredia en una auténtico centro social en el que impera el orden. Baste una somera descripción de las actividades que acoge a diario la Acampada Dignidad:

Tanto han hecho, que hasta el juez que ha ordenado desalojarlos considera “loable” su trabajo. Esto provoca que la Acampada Dignidad sea una más de las innumerables contradicciones de la ciudad de Córdoba: un lugar que funciona que se va a desmantelar. El motivo es obvio: el juez no puede hacer otra cosa que no sea cumplir la ley. Y todos sabemos que entrar sin permiso en un edificio municipal, aunque estuviera vacío, forzará más temprano que tarde el desalojo, con la ley en la mano, claro.

Hoy el Rey Heredia no hace daño a nadie, todo lo contrario. Por eso, sería digno de aplaudir que se estableciese una línea de diálogo para que siguiese funcionando como hasta ahora, sin llegar a forzar el desalojo. Y hay fórmulas. Recientemente, el Ayuntamiento de Córdoba ha decidido ceder en precario un local municipal a la Agrupación de Cofradías. En precario está también en régimen prácticamente de ocupa el Córdoba Club de Fútbol en una inmensa propiedad municipal, el estadio del Arcángel. En precario, podría estar también el centro social Rey Heredia.

Pero claro, eso no va a pasar. Cundiría el ejemplo y los vecinos de todos los barrios de Córdoba se lanzarían a ocupar edificios vacíos y a darle un uso social. O no.

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