It city
Ordenar el mundo se está complicando, ya no nos valen las ideologías, (sólo hay una y el perroflautismo); las clases tampoco (sólo hay una y los que mandan), así que andamos con clasificaciones culturalistas que nos duran lo que tarda en llegar la siguiente ocurrencia. Ésta es una de esas.
Y todo viene por el lío del centro de recepción de visitantes, los conflictos son muy buenos para que emerjan esas isobaras que organizan las colectividades y que nos suelen pasar desapercibidas. Resulta que estamos decidiendo qué ponemos en el recibidor de la casa, si el paragüero con ciervos, el espejo de la casa de la abuela, una iluminación como de farmacia moderneta, o dejamos la bombona de butano vacía como toda la vida. En su momento se pensó en un planteamiento más o menos museístico, histórico y territorial que sumergiera al visitante en ese celebérrimo paradigma tan paradigmático y cordobés. Buenas intenciones pero no a la altura de nuestro tiempo que se ha entregado de pies y manos al mundo It.
¿Y qué es lo it? Lo it comenzó siendo una definición allá por los inicios del pasado siglo de lo generalmente atractivo, más allá de la belleza, el “eso” sería un no sé qué que produce interés, atracción (ver Rudyard Kipling y Elinor Glyn). Su versión actual define a todo aquel (en realidad toda aquella) que sin saberse muy bien porqué resulta interesante, guay, crea tendencias. Si uno mira las it girls se caracterizan por la endeblez de su perfil profesional, no son ninguna cosa con rotundidad y un poco todas, se supone que tienen buen gusto, o algún gusto que alguien reconoce, y se valen de las redes sociales para contarse e iluminarnos con su nadería. En su aplicación a la identidad urbana, el núcleo duro del discurso tiene procedencia turística (lo turístico es en sí mismo vacuo, lo turístico es un derivado de cualquier otra dimensión), y ha encontrado el apoyo de constructores e inmobiliarios (que se han pasado del hiperrealismo al realismo mágico), y la mayoría de la clase política (les va ese glamourcillo). Al concurso que ha planteado el Ayuntamiento se han presentado distintas coaliciones, y las autóctonas parecen responder a esa Córdoba epidérmica y con intención de sensualidad.
¿Que no nos comprendemos? Lo voy a seguir intentando. It son los espectáculos de luz y sonido, los eventos, los manteles blancos, los miradores, las guías de la ciudad, la novela histórica, las revistas del cuore, las capitalidades, el congresualismo, las galas, las entregas de premios y los momentos históricos. El colmo de lo It es que la revista Hola te declare por votación popular ciudad preferida de España, y a Córdoba le acaba de pasar. Así que por ahí vamos.
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