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¡Que cambien al Dj¡

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Ángel Ramírez

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Tengo una amiga que el viernes pasado fue a ver a los Pink Tones y desde entonces está como si se hubiera subido en un toro mecánico y no se hubiera bajado aún, le tengo que preguntar. Los Pink Tones son un grupo que hace música de Pink Floyd y parece que gustaron mucho. El día anterior una cantante en otro local hacía versiones de temas de Luz Casal, el domingo en un bar-restaurante un grupo dedicaba el concierto al repertorio de Miguel Ríos, y cualquier fin de semana puedes ir por locales de El Vial y escuchar versiones de música de los 80.

En éstas que me encontré un artículo en El Diario de un par de politólogos, Ildefonso Marqués Perales y Carlos J. Gil Hernández, de estos que leemos hasta el final los que nos dedicamos a estas cosas, que analizaba cómo ha funcionado la movilidad social de las clases medias en las últimas décadas y la sobrecualificación de los jóvenes españoles. La movilidad social se mide comparando el nivel económico de los hijos respecto a sus padres, y así encontramos personas ascendentes, descendentes e inmóviles, según funcione o no el ascensor social. Si miramos sus datos, las trayectorias que más se producían entre el año 1964 y 1995, particularmente entre los hombres, eran las ascendentes. En el año 95 esto se quiebra y comienza a descender el número de trayectorias ascendentes y subir el de inmóviles o descendentes. Las mujeres no cambian tanto el sentido, de ascendente a descendente, y lo que ocurre con más frecuencia es que se detenga el ascenso social.

A lo que iba que me estoy pareciendo a un concierto de los Pink Tones, los últimos a los que les fue bien son los que ahora llenan nuestros locales y terrazas pidiendo gin tonics en copas de balón, y escuchando la música con la que tuvieron las primeras erecciones. Los que accedieron al mercado de trabajo hace más de veinte años no cumplen en su mayoría ya los cincuenta y son la gente que se encuentra uno en todos lados, con un protagonismo desmesurado en nuestra vida social. El mundo del ocio se ha dado cuenta y no para de ofrecer servicios para ellos y ellas mientras los más jóvenes, tan consumistas ellos, anda de blablacares y lowcost varios, en los márgenes. En aquellos años de bonanza todo era un canto a la juventud, ahora los jóvenes son unos parias a los que encima les dan la brasa con las obras completas de Miguel Ríos. Y cuando digo jóvenes me refiero a la gran mayoría que no llegó al festin que vino a concluir con los Juegos Olímpicos y Expo 92, así que algunos pintan ya canas. Por razones que podríamos dejar para otro día, nuestros seguidores de La Mandrágora son también los que abundan en cualquier reunión política o de movimiento social cualquiera, particularmente los hombres. Y se nota.

El 15m fue el primer movimiento que denunciaba la fractura producida por esta economía espasmódica que entregó el poder (sin pasarse…)a un par de generaciones, negando el pan y la sal a las siguientes, que malviven en posiciones subalternas. Obviamente cualquier análisis generacional es una simplificación, en todas las cohortes hay gente a las que le va bien y a las que le va mal, pero no en la misma proporción. Tras el 15m vino Podemos ( después creo que han salido otros pero no me acuerdo de su nombre) planteando el relevo en el ámbito político que les ha negado el económico. No soy  ya ningún joven, así que probablemente en unos meses negaré haber escrito esto, pero la verdad es que yo preferiría que cambiásemos de música. Por favor, que alguien cambie al Dj.

Nota: Los Pink Tones en plena ceremonia, según foto y por cortesía de Xabi Barandiaran

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