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Niños ricos y gente bien

Marian Castro

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México, al igual que buena parte de los países Latinoamericanos, son sociedades muy clasistas (como la España de otros tiempos). Aquí vales por tu dinero o más bien por lo que aparentes tener. “Dime qué tienes y te diré quién eres”,  o con qué clase de gente te relaciones. A esta exagerada separación de clases se le une un racismo atenuado - pero que existe- hacia los pueblos indígenas muy localizados en algunas partes del país, curiosamente.

Recientemente en una conversación con el escritor de origen veracruzano Jordi Soler y con raíces catalanas (donde reside actualmente), me lo explicaba de esta forma: “En realidad México es un país profundamente racista. A nadie le importa en la vida cotidiana el destino de sus indígenas, esto es sólo discurso oficial. La prueba está en que los indígenas chiapanecos (Chiapas) trataron de decirnos durante siglos que ya estaba bien, que hacía falta otro tipo de equilibrio en aquella zona y no le hicimos caso hasta que salió un tío occidental de barba que había estudiado en la universidad a decirlo”.

El clasismo se vive en el mundo empresarial y político de México pero donde es más notable es entre los jóvenes en sus etapas estudiantiles, los llamados popularmente "mirreyes", niños de papá. Para ejemplificarlo, esta pasada semana han sido noticia y burla por una cuenta en la red social Instagram donde muestran con ostentación y alarde su tren de vida con fotografías de sus excesos en compras y otros placeres. Los Niños Ricos del elitista Instituto Cumbres de la Ciudad de México subieron a las redes sociales -algo ya tradicional al parecer- un video donde se burlaban de unas jóvenes a las que les hacían un casting para asistir a su exclusiva fiesta de fin de curso con todo y jaguar, tachado de machista y misógeno (el tema del machismo nos da para otro capítulo aparte).

Video promoción 2014 Instituto Cumbres

Pero pensándolo bien, en España padecemos igualmente de cierto clasismo y elitismo. Sólo mencionar a personajes de la talla del "Pequeño Nicolás" ya nos da una idea de la categoría del asunto. Este jovenzuelo que ha aparentado ser lo que no es y la clase que no tiene y sin embargo, le han puesto hasta alfombra roja a su paso por los más altos círculos de poder. Nos gusta recurrir a etiquetas: ¿llevas gomina y jersey Lacoste? ¿O tienes melena y camisas de Hipercor? ¡Y tanto que somos clasistas en España! Lo disimulamos, nos jactamos de igualdad y clase media peeeeero... la verdad sale a relucir en tertulias de televisión.

Este clasismo creo que el México es bastante más evidente y me atrevo a pensar que a veces hasta contagiosa. Sin criticar a mis propios compatriotas que gracias a sus circunstancias laborales viven de forma más que acomodada, existe una subespecie en este elitista grupo de gente bien. Las esposas de algunos expatriados bien colocados en empresas españolas se convierten dentro de esta sociedad en unas “mirreinas” que podríamos llamar. Esto es: chófer a su servicio, asistenta 24 horas, nana o enfermera para el niño todo el día... Pero la verdad el comportamiento de estas conocidas “ladies” merecería un decálogo aparte porque es bastante chirriante hasta para otro español que reside en este país.

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