Lunes Santo
Enfilamos la segunda jornada de la estación de penitencia con pocos visos de cambio sobre nuestras cabezas, para regocijo de cofrades, hosteleros y hombres del tiempo. Este año quiere el cielo dar un respiro a quienes tienen afición por la imaginería barroca en movimiento y para aquellos que por un motivo u otro deben dar buena cuenta del marchar meteorológico.
Como ya les avanzase en la jornada de ayer, la dorsal sahariana, esa suerte de centro anticiclónico con forma de cresta que tiende a cruzar el Estrecho de Gibraltar en los pesados días veraniegos, quiere acompañar el recorrido de este que les escribe durante la práctica totalidad de esta Semana Santa. La dinámica atmosférica de estos días, como bien sabrán, suele ser inestable y difícil de predecir incluso en escalas temporales muy pequeñas. Las típicas tormentas vespertinas del mes de abril, tienden a convertir en un camino de espinas la predicción localista, que en casos tan concretos como los que siguen al buen desarrollo del salir procesional, suelen ser el motivo de malas decisiones en las primeras horas de la tarde. Pero este año, por suerte o por desgracia, no es el caso.
La jornada de hoy, al igual que la de ayer, vendrá marcada por la presencia cuasi inmaculada del Sol en los cielos andaluces y unas temperaturas relativamente cálidas. La única nota discordante, eso sí, vendrá marcada por la influencia de una pequeña baja situada en el Cabo de San Vicente, que derivará en un estrechamiento de la dorsal, y que acarreará la entrada de nubosidad de tipo medio según avance la tarde junto con la formación de algunos núcleos de tipo convectivo, aunque de muy poca importancia, al norte de la provincia.
Queda pues otra plácida jornada cofrade en la que hasta Ánimas debiera pisar las calles. Lejos de las lluvias del pasado año, pinta este de más plácido discurrir, ya que como les vengo diciendo, será esta la tónica predominante, por el momento, al menos hasta el Jueves Santo. Una tranquila predicción para este que escribe, y otros muchos como yo que estos días llegan a jugarse el tipo, pero que en la morriña del estrés y la aventura predictiva, puedan acabar echando de menos tardes de seguimiento que pongan un poco de emoción a estas soleadas tardes primaverales. Pero eso, visto lo visto, es sólo una ensoñación, este año les toca disfrutar.
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