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Enfermedades

Carlos Puentes

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Hace unas semanas me quejaba de la extrema sequedad que veníamos padeciendo por estos lares, con un otoño atípico en cuanto el Anticiclón de las Azores se había quedado anclado mucho más de lo que nos tiene acostumbrado. Afortunadamente, la dinámica atmosférica vino a sufrir un bonito cambio, con el extraordinario fortalecimiento de las borrascas que se generan en Terranova, y que poco a poco han ido permitiendo volver a regar los campos andaluces. La consecuencia se nota cada mañana gris que nos toca soportar, en este estupendo caldo de cultivo para griposos en que se ha convertido la ciudad. Adentrarse cada mañana en esas placas de Petri que son los autobuses de Aucorsa, asistir al concierto de estornudos y toses cirróticas en cualquier auditorio cerrado, son las aventuras urbanas con que el invierno nos regala cada año su presencia.

De entre estos alegres episodios meteorológicos que con tanto entusiasmo añorábamos, por las fechas en las que estamos, son cada vez más frecuentes las incursiones norteñas como la que el pasado fin de semana dejó nieve en los techos provinciales. Pero ese, para los enfermos crónicos de la nieve y el tiempo gurruminoso, nos supo a poco o nada. Pero afortunadamente tiene la última semana de enero, según la estadística, mucho de polar y poco de hispano. El máximo de acumulación polar se da en estos días, y ya el progresivo calentamiento atmosférico del hemisferio norte, comienza, o debería comenzar, a dejar escenarios propios del norte al sur de los Pirineos.

Por el momento lo que nos viene en los próximos días, Mercado Romano mediante, es un apacible tiempo anticiclónico con subida de temperaturas incluida. Un bonito y necesario paréntesis, especialmente para quienes estos días han pasado la criba de la gripe. Pero lo que venga después, puede, digo puede, reforzar el caldo de cultivo con que los griposos aumenten su melancólica atonía. Se está gestando ya, la que va camino de ser gran paja anual, con que los freaks de la meteo soñamos cada invierno. Un pedazo de bloqueo polar que empuje hasta el continente europeo los rigores árticos. El bloqueo es como se conoce a la irrupción de altas presiones donde normalmente hay bajas, sirviendo de poderoso muro de contención isobárico que empuja las masas de aire hasta regiones donde no acostumbran a verse. Es lo que pasó en Estados Unidos hace unas semanas pero a menor escala.

Lo que pudiera ocurrir es que parte del vórtice polar se desgaje y alimente en Terranova, llegando hasta Europa con el empuje del Jet Stream. Esta potente baja parece seguro que visitará las Islas Británicas, y aún está por definir qué trayectoria seguirá a partir de entonces en su irrupción continental, que dependerá, sí o sí, de la adecuada posición, o siquiera que haya, bloqueo continental. Como digo, anda gestándose algo que podría volver a devolvernos el verdadero invierno, el que nos mete una -4º a 850 hPa, y el que pone a prueba el sistema sanitario español. Pero eso, hasta pasado este fin de semana, aún está por ver. De momento disfruten del buen tiempo, y si les toca gripe, a joderse.

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