Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Emigraciones
No soy emigrante. Y creo que nunca lo seré. Aunque no lo descarto por razones estéticas, porque no me gusta mucho España. Prefiero Francia o Cabo Verde. También Illinois o Irlanda.
Mis padres sí emigraron. Vinieron del pueblo a la capital. Mi padre porque estudió y se hizo perito industrial, mi madre porque se fue del pueblo con mi abuela para abrir una pensión y escapar de las sombras de posguerra que acabaron fusilando a mi abuelo, su padre, en una cuneta, bajo una encina.
Por eso yo soy del Parque Cruz Conde y no de otra parte. Un barrio de emigrados de vuelta que pagaron con divisas alemanas, francesas o suizas sus pisos con terracita, cocina con lavadero y patio de luz en bloques de cuatro plantas sin ascensor. Y montaron una papelería, una peluquería, un bar o una droguería en el local de abajo.
Yo me fijo mucho en los emigrantes, también en las cigüeñas y en la focha común. Me pregunto qué llevan dentro. Si tienen en el pecho o en la cabeza un concepto de “patria”, de pertenencia a algo un poco lejano.
Me pregunto por qué comen salmorejo en vez de cocinarse un ceviche de corvina. Si echan de menos un cuscús de cordero y uvas pasas.
Si son de Papá Noel o de Reyes Magos, si flipan con la mascletá de las Fallas o con la Feria de Abril.
Si van a un centro cívico a clases de zumba, de salsa o de sevillanas.
Si odian las fresas porque les recuerdan a algo malo.
Me pregunto cómo hacen las transferencias en euros a Perú a Bolivia o a Rabat. Si esperan a alguien, si esperan volver a otro sitio. Un regreso.
Yo compartí pupitre en el cole de mi barrio con un niño emigrado y de vuelta que pronunciaba perfectamente “Bernd Schuster”. Un jugador que había fichado mi equipo. No el suyo.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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