La promoción en el aceite de oliva
He estado unos días en tierras gallegas intentando ampliar los contactos para vender aceite de oliva virgen extra, de la empresa que me honro en presidir, y la verdad es que me ha sorprendido el profundo desconocimiento de este producto que tienen aún muchas personas en nuestro país. Somos líderes indiscutibles en el mercado mundial, al que destinamos ya el 60 % del aceite que producimos; tenemos el mayor olivar del mundo, 280 millones de árboles que lucen en 2,5 millones de hectáreas, y, sin embargo, es un completo desconocido para muchos consumidores.
Comentan los expertos en ventas que el mercado español es un mercado maduro, en el que es complicado incrementar la penetración del producto. Además, si se observan los datos de comercialización de la Agencia para el Aceite de Oliva de los últimos años se observa claramente que el consumo interior es la gran asignatura pendiente del sector; no solamente no crece ese consumo sino que desciende; por cierto, que los datos de la Asociación de Envasadores, expresan un descenso en estos primeros meses del año de un 10,7 %.
Pues yo creo, humildemente, que tenemos todo por hacer en cuanto a promoción en nuestro país. Uno de los principales retos debe ser la lucha contra la falta de cultura de los aceites de oliva, de muchos consumidores potenciales. Todavía hay muchos consumidores que hablan del aceite “puro” de oliva, y que confunden las distintas categorías, teniendo un vago conocimiento sobre sus usos y ventajas, e ignorando todas sus propiedades saludables para nuestra salud. Por lo tanto, creo que es vital fomentar la cultura de los aceites de oliva.
Es necesario poner en marcha campañas y acciones de promoción volcadas en el producto, en la promoción de la calidad de nuestros aceites de oliva vírgenes extras, e incidir en su imagen como producto saludable. No hay que olvidar que la salud se ha convertido en un auténtico marchamo de este producto en el mundo. Pues es evidente que tenemos que seguir potenciando la investigación en este campo, de tal forma que se consiga maridar de forma tajante, la relación del binomio consumo de aceite de oliva y la salud. Recordar los estudios de los doctores Pérez Jiménez y López Segura, en el Hospital Reina Sofía, sobre estos beneficios para la salud, y los del doctor Eduard Escrich,
en la Universidad Autónoma de Barcelona,
que investiga desde hace décadas, el efecto beneficioso del consumo de aceite de oliva frente al cáncer de mama, demostrando hasta el momento que las poblaciones que se alimentan con una diete rica en aceites de oliva virgen extra, en los que se desarrolla esta enfermedad, presentan tumores menos graves y con mejor diagnóstico, que las alimentadas con otras grasas.
Pues aquí tiene una inmensa labor la Interprofesional del Aceite de Oliva, que además cuenta con un presupuesto en el que contribuimos todos los olivareros, a través de la Extensión de Norma, y los recientes presupuestos aprobados para esta promoción, por la Comisión Europea.
Pero además, tenemos que trasladar a la opinión pública y al consumidor todas las bondades de nuestros aceites, de todas las categorías, porque los agricultores producimos de todas ellas y además podemos dar satisfacción a la gran diversidad de consumidores que hay en los mercados y a su diverso poder adquisitivo.
Y para terminar, por supuesto con unas normas comerciales, y regulaciones, actuales y en consonancia con las demandas del sector, porque por poner un ejemplo,
el último caso de las aceiteras, por parte de la Comisión, es bochornoso.
En resumen, continuar trabajando en la autentificación del aceite de oliva, e incidir en la investigación de los casos de fraude. Y promoción, promoción y promoción.
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