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Luis Ángel Maté: “El ciclismo tiene el estadio más bonito del mundo”

Entrevista N&B al ciclista Luis Ángel Maté

Jesús Ventura / FOTOS Y VÍDEO: J.M. Ayala

1 de febrero de 2025 20:04 h

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Una vida sobre ruedas -y nunca mejor dicho-. Los profesionales de un deporte en concreto tienen que vivir por y para esa disciplina. Todo ello si se quieren mantener en la élite varios años, porque el ritmo de la sociedad y su desarrollo no perdonan a nadie. Gracias a esto, cada vez más deportistas salen de la nada a unas edades muy tempranas, aunque su trayectoria perdura menos en el tiempo. Aun así, siempre hay casos, y más aún en ciclismo, donde la exigencia es tal que es muy difícil permanecer en grandes competiciones, como el Tour de Francia, Giro de Italia o la propia Vuelta a España.

Luis Ángel Maté (23 de marzo de 1984) se retiró del ciclismo profesional durante el pasado septiembre de 2024. La última edición de la Vuelta a España supuso la despedida a una trayectoria envidiable. Pasó por el extinto Andalucía Cajasur, el Serramenti PVC, el Cofidis y el Euskatel Euskadi. No ganó etapas de grandes competiciones, pero sí que todo el pelotón lo reconocía. ¿Por qué? Por su combatitividad, su potencial y, sobre todo, por la pasión que derrochaba. El lince andaluz no deja de ser un ciclista de los que ya no quedan: imaginativo, a la fuga y peleón.

Nació en Madrid, pero él es marbellí desde los pies a la cabeza. De hecho, se siente andaluz y así lo demuestra hablando de su tierra. Por tanto, su retirada del ciclismo profesional tenía que estar ligado a Andalucía y por eso atendió a Cordópolis desde Cabra. El Team Grupo Serman de la Peña Ciclista Egabrense le nombró padrino de su equipo junior y Maté no dudó ni un solo momento en recorrerse la distancia entre Marbella y la localidad cordobesa en su vehículo preferido: la bicicleta. Con una sonrisa atendió a este periódico, sin nada que esconder y haciendo una reflexión sobre lo que es el ciclismo actual.

PREGUNTA. Una calma intranquila después de tu retirada, ¿no?

RESPUESTA. La verdad es que desde que he acabado La Vuelta, que fue la última carrera que hice, prácticamente todos los fines de semana he tenido eventos. Pensaba que con la retirada iba a venir la tranquilidad y, de momento, nada más lejos de la realidad. Por el contrario, muchos eventos, muchos compromisos, pero bueno, encantado de poder atenderlos a todos y, sobre todo, este tipo de evento que me ha traído aquí a Cabra, que es el apadrinamiento del equipo de Joaquín, de la Peña Ciclista Egabrense. El poder contribuir a que los jóvenes tengan una salida y apoyar, con la experiencia y con lo que uno pueda sumar, a que estos chicos puedan cumplir sus sueños.

La bicicleta es un vehículo extraordinario para conocerse a uno mismo

P. Este domingo -la entrevista se realizó el 17 de enero- vas a estar rodeado de muchos niños, de mucha gente que quiere ser como tú en un futuro. Pero en tus inicios también fuiste uno de ellos.

R. Pues sí, es la mejor época, cuando eres un niño y tienes tantísimas ilusiones y tantísima fuerza y energía, que es la que mueve el mundo. Que nunca dejen de soñar, que es lo que diferencia, quizás, al ser humano del resto de las especies animales: esa capacidad de soñar y de hacer grandísimas cosas. Hace muy poco, porque para mí ha pasado todo muy rápido, era yo uno de esos chicos y, bueno, al final, si peleas y lo haces con constancia, con persistencia y con dedicación, pues pueden conseguir todo lo que se propongan. Así que animarles y apoyarles en su camino, que ahora empieza.

P. ¿Y cómo fueron tus inicios en ese camino?

R. Muy bonitos, muy bonitos.

P. ¿Por qué te decantaste por el ciclismo?

R. Sobre todo, bueno, mi padre era un gran aficionado al ciclismo. Crecí con los éxitos, como ya he dicho, de Miguel Induráin. Para mí, la bici fue mi primer vehículo de emancipación, fue el primer vehículo en el que yo empecé a conocer mi barrio. Recuerdo perfectamente esa sensación, ese impulso de seguir descubriendo. La bici me llevaba a la siguiente curva y luego a la otra, y quería seguir. Era un impulso irrefrenable que, hasta el día de hoy, que tengo 40 años, ninguna otra actividad me ha producido: esa sensación de querer seguir descubriendo.

Al principio descubría el barrio, un poquito más lejos, y luego me di cuenta de que la bicicleta es un extraordinario vehículo, sobre todo para conocerse a uno mismo en el camino de la vida, no solo poniendo aparte lo deportivo, sino en lo personal. Es una herramienta y un instrumento que me ha permitido conocerme, adquirir los valores que hoy tengo como ser humano y, para mí, es una herramienta muy imprescindible, muy importante en lo cotidiano.

P. El ciclismo no ha sido algo como un oficio o un hobby, sino que ha ido más allá, ¿no?

R. Sí, totalmente, una forma de vida. No pienso igual ahora que cuando era un crío, un chiquillo, pero, como te digo, todo lo que soy es gracias al ciclismo, como deporte y como persona. Hoy estoy sentado aquí contigo haciendo esta entrevista gracias al ciclismo, y, gracias al ciclismo en su faceta deportiva y en sus otras facetas, he adquirido los valores que me permiten ser la persona que hoy soy.

P. ¿Cuándo te diste cuenta de que podías llegar a ser profesional dentro del ciclismo?

R. Vino prácticamente sin querer, ¿no? Empecé a competir. Yo empecé a competir en cadetes; mi primera carrera como ciclista fue aquí cerquita, en la provincia de Málaga. Luego fui pasando categorías. En cadetes corríamos por toda Andalucía: por La Rambla, por Lucena, por Cabra, por Carcabuey, por muchos pueblos. Fue una época muy bonita que me permitió, además de conocerme a mí mismo, conocer nuestra fantástica región y hacer muchísimos amigos de aquella época. El ciclismo es algo que viene natural.

Pasé a cadetes, de cadetes pasé a juveniles, de ahí a sub 23 en el equipo Ávila Rojas, de Granada. Y quizá el momento donde me planteé, o sea, donde me di cuenta de que realmente podía ganarme la vida con esto fue ya en sub 23. El año, creo que era el 2005, gané una etapa en el Circuito Montañés, que era la carrera más importante del calendario internacional para los sub 23. Allí gané una etapa, formaba parte de la selección española de ciclismo y, bueno, ahí fue el momento en el que me dije: “Joder, esto que es mi hobby igual puede ser también mi profesión”.

El ciclismo va más allá de solo una actividad deportiva

P. También pasaste antes, si no me equivoco, por el ACI de San Fernando.

R. Sí, fue mi primer equipo. Bueno, mi primer equipo fue la Unión Ciclista Virgen del Carmen, en Estepona, y de ahí, en cadetes, pasé a la Asociación Ciclista Isleña, el ACI de San Fernando. Tengo muy buenos recuerdos: compaginábamos en aquella época la pista con la carretera, sobre todo pasaba mucho tiempo en los velódromos de Chiclana y de Dos Hermanas. Y, bueno, unos inicios muy bonitos, con muchísima ilusión y, también, sobre todo, y lo más importante, con el apoyo de mi familia, que fue un cuidado básico y fundamental.

P. En aquella época todavía eran un niño como quien dice.

R. Sí, pues 14-15 años. Ya perdía muchos días de colegio, tenía que recuperar los exámenes, tenía que pedir permiso al colegio... Estábamos en el Centro de Tecnificación Deportiva de la Fundación Andalucía Olímpica, de la Junta de Andalucía, y hacían una grandísima labor de cantera con los chavales. Bueno, de ahí salieron muchos ciclistas. Los ciclistas salen gracias al apoyo de instituciones y de equipos privados, como es el caso también de aquí. Entonces, también es un llamamiento a las instituciones para que sigan colaborando con el deporte de base, porque el deporte son valores, el deporte transforma las vidas y es un derecho fundamental que todos los chicos tienen que tener.

P. ¿Crees que falta apoyo?

R. Sí, sí, falta apoyo, falta apoyo. Quizá el ciclismo tenga hacer una reflexión desde dentro, porque se han perdido muchas pruebas, se han perdido muchos equipos de cantera. El ciclismo no ha sabido adaptarse al cambio que ha habido en el deporte, sobre todo el deporte de base. Y es cierto que necesitamos más apoyo, necesitamos más apoyo de las instituciones porque, como digo, los ciclistas nacen de la inversión tanto privada como pública.

No obstante, yo estoy convencido de que tenemos un producto extraordinario. El ciclismo y el deporte es una actividad totalmente necesaria en nuestra sociedad, sobre todo ahora, con lo rápido que va la sociedad, y con lo que cambia, y con los valores que tiene el ciclismo, se encaja perfectamente en el crecimiento de nuestros jóvenes. Hace falta realmente esa inversión y ese apoyo de las instituciones públicas.

P. El tirón que había antes con el ciclismo, con Induráin, incluso en la época de Contador, Valverde..., no se ha aprovechado. Parece que se ha dejado escapar una oportunidad de oro.

R. Sí, sí. Hay que hacer, como digo, autocrítica. Hemos tenido una generación extraordinaria de ciclistas, primero con Induráin, que era el número uno, y luego con la generación de Contador, de Valverde, de Purito Rodríguez, que eran los mejores del mundo. Y es cierto que, en ese periodo, no hemos sabido mantener las estructuras tan sólidas que teníamos en las escuelas ciclistas. Yo recuerdo cuando era cadete y juvenil y empecé a competir por Andalucía, por la provincia de Córdoba, por la provincia de Málaga, por la provincia de Granada. Había unas estructuras muy sólidas que las sustentaban los clubes locales por medio de voluntarios. En cada pueblo, en las fiestas de cada pueblo, había una carrera ciclista de escuela, una carrera ciclista de cadetes y de juveniles, de todas las categorías. Eso se organizaba con la dedicación, el cariño y el tiempo de personas voluntarias, de personas que dedicaban su tiempo, su vida, a esos clubes y a esas carreras.

Eso hoy en día en el deporte ha cambiado. Se ha profesionalizado mucho, y todas esas estructuras tan sólidas que permitían que saliesen tantos ciclistas han desaparecido. Entonces, hay un trabajo muy grande por hacer ahí, para volver a recuperar todas esas carreras y esas estructuras tan sólidas que teníamos, que además eran patrimonio de nuestra tierra. Porque, como te digo, yo siendo joven, con toda mi familia, y al igual que yo otros muchos chicos que competíamos, crecimos conociendo nuestra geografía. ¿Y qué cosa más bonita que eso? Recuerdo ir a correr a Montilla y empaparme con la cultura de Montilla, o ir a Montemayor, conocer el castillo... Al final, no es solo una actividad deportiva, va mucho más allá de eso. Es también cultural, de conocer tu tierra. Y bueno, eso se perdió. No hemos sabido hacer ese cambio. Ya nadie hoy en día hace nada de manera voluntaria, y quizá ese ha sido... ese es el deber que tiene el ciclismo: el no haber sabido interpretar ese cambio. Y, por desgracia, como digo, se perdieron muchas carreras. Los ciclistas salen de la cantidad y de la calidad.

Antonio Cabello es una de las personas más importantes del ciclismo andaluz

P. Esa es una de las causas de por qué se ha perdido ese romanticismo con el ciclismo.

R. Sí, totalmente, totalmente. La sociedad cambia muy rápido, y, como digo, todo ese ciclismo lo mantenían personas que de manera altruista dedicaban su vida al ciclismo. Como te digo, hoy en día la sociedad cambia mucho y ya nadie hace nada de manera altruista. No porque seamos peores ahora que antes, sino porque la sociedad cambia, las prioridades cambian y los hábitos y los usos cambian. Y en ese sentido, pues, tenemos que buscar la manera de recuperar todas esas carreras, todos esos equipos de escuelas ciclistas que hacían tanto bien a nuestros pueblos y que formaban parte, ya no solo del deporte, sino de nuestra cultura.

P. ¿No crees que sea tendencia se está recuperando? En Córdoba tenemos la Gran Fondo de Sierra Morena que puede activar más al ciclismo provincial.

R. Sí, sí, por supuesto. Hay brotes verdes. Y yo soy muy optimista porque, al final, creo mucho en el poder que tiene nuestro deporte. Hay muchísimos usuarios de la bicicleta, hay muchísimos niños que quieren... Y, bueno, gente como Antonio, como Joaquín. ¿Qué mejor ejemplo de estas personas que, de manera altruista, han dedicado su vida al ciclismo? Porque Joaquín es el ejemplo perfecto. Y ojalá hubiera muchos más Joaquines, porque habría muchos más ciclistas. Y la labor que hace Joaquín va mucho más allá de lo deportivo. Es una labor social extraordinaria, que pasa lo meramente deportivo. Y ojalá hubiera muchos más.

P. Retomando tu carrera deportiva. Córdoba tiene una especial relevancia en tu carrera deportiva. ¿Qué recuerdas de aquella etapa?

R. Muy bonita, muy bonita. Gracias a Antonio Cabello tuve mi primer contrato profesional como ciclista profesional, en el equipo Andalucía Cajasur. Mi primera concentración profesional fue aquí cerquita, en La Carlota. Pasamos muchas horas allí concentrados. Y bueno, un equipo que era más que un equipo, una familia, porque todos representábamos a Andalucía. Éramos todos andaluces, corredores de la tierra, de la cantera, criados aquí. Bueno, un sueño, el poder pasar a profesionales con el equipo de la tierra. Es uno de los mejores momentos que he tenido como ciclista profesional. Muy buenos recuerdos y una época muy agradecida. Era un equipo que tenía, desde escuelas hasta profesionales, estructuras sólidas que hoy en día ninguna tiene. Y ojalá algún día podamos recuperar el equipo de la tierra.

P. De hecho, hace unos cuantos años, con Antonio Cabello, en su oficina en Córdoba capital, dijo a este periódico que quería crear otra vez un equipo de ciclistas. Hace poco también hemos hablado ya de la Gran Fondo que se está preparando. Parece también que Córdoba se está posicionando como un referente del ciclismo andaluz.

R. En Córdoba, pues bueno, sin ir más lejos, el año pasado tuvimos una extraordinaria etapa de la Vuelta Ciclista a España. Yo creo que fue un éxito, sobre todo tanto organizativo como deportivamente. Una etapa espectacular. Córdoba, pues siempre, como digo, ha sido un referente en el ciclismo andaluz. Evidentemente, Antonio Cabello ha sido y es una de las personas más importantes del ciclismo andaluz. Y bueno, hay brotes verdes. Está la Gran Fondo... Bueno, el 8 de marzo, además, de este año espero poder estar en la Guzmán El Bueno. Creo que pronto, ojalá, tengamos más etapas de la Vuelta a España en Córdoba. Creo que, si todo va bien, va a ser así. Y ojalá, como digo, empecemos a recuperar todas esas carreras que había en todos los pueblos de Córdoba: en La Rambla, en Carcabuey, en La Carlota, en Pozoblanco, en toda la provincia. Siempre ha habido una tradición muy grande de ciclistas y de carreras, y ojalá se vayan recuperando.

Para ser ciclista profesional hay que rozar la excelencia

P. Te conocen por “El Lince Andaluz”. Yo creo que ya lo demuestras nada más que hablando de tu tierra.

R. Hombre, más bonito que puedes representar a tu tierra por todo el mundo, no hay. Lo he hecho, lo he intentado hacer siempre con orgullo. ¿Y qué cosa más andaluza que un lince, no? Que somos nosotros referencia en haber podido mantener esta especie tan andaluza, tan bonita, tan nuestra. Y ahora, gracias a Dios, pues se ha recuperado también. Así que, un orgullo de apodo. Lo llevo con mucha, mucha alegría y mucha satisfacción.

P. Y ya después de Córdoba pudiste representar también a Andalucía en Italia, en el equipo italiano, en Cofidis, también. Una trayectoria inmejorable.

R. Yo estoy muy satisfecho con la carrera deportiva que he tenido. Nunca, cuando era un chiquillo y empezaba a correr por todos estos pueblos, mi padre llevándome los fines de semana, nunca me hubiera podido imaginar ser profesional. Representando a la selección española, Campeonato del Mundo, correr el Tour de Francia, la Vuelta a España, estar corriendo hasta los 40 años con los mejores ciclistas del mundo, en las mejores carreras del mundo... No me lo hubiera podido imaginar nunca. He vivido un sueño. Estoy muy satisfecho. La palabra es esa: tranquilo y satisfecho con la carrera deportiva que he tenido. La he disfrutado, sobre todo los últimos años, mucho. Y podría haber conseguido más o menos, y para mí ha sido ya inmenso.

P. Conseguir más o menos, pues es algo relativo, pero siempre has sido un gran nombre. Siempre que he escuchado la Vuelta a España o el Tour de Francia: “Maté, presente en la escapada del día”.

R. Siempre he tenido la suerte de poder también correr en equipos que, en determinadas épocas —no siempre, pero en muchas temporadas—, me permitían interpretar el ciclismo de la manera que a mí me gustaba: al ataque. Eso también ha sido una oportunidad muy bonita que he tenido y he intentado aprovechar. En todo caso, yo sí que me he sentido muy querido por la gente y muy reconocido, y eso, para cualquier persona, es muy bonito. En este trabajo es algo precioso a lo que uno puede aspirar: que le reconozcan su actividad. En ese sentido, yo me he sentido la persona más afortunada del mundo, porque he recibido muchas muestras de cariño, no solo aquí, en mi tierra, sino por todos lados.

P. También un poquito de eso es lo que tiene el deporte en general. Ya te lo mencioné antes, fuera de micrófono, pero creo que todo el mundo coincidirá en que el ciclismo es uno de los deportes más puros. Sin embargo, después hay otros deportes que son más tóxicos. No es que critique a ningún deporte, pero es verdad que siempre ha sido la seña: el ciclismo es un deporte puro, noble, algo distintivo.

R. Yo lo interpreto así y siempre lo he hecho, y es una de las razones por las que soy ciclista: por esos valores del ciclismo, de pureza, de sacrificio, de constancia, de dedicación, de respeto a tu entorno.

Yo siempre digo que nosotros tenemos el estadio más bonito del mundo, porque hoy es aquí, en Cabra; mañana, en Lucena; pasado, en el Veleta. Eso es una gran suerte y también una responsabilidad, porque te hace ser consciente de que somos nosotros los responsables de cuidar nuestro propio estadio, de cuidar nuestra casa. Eso crea un vínculo muy bonito con la tierra y un compromiso con el medioambiente, que creo que también es importante recalcar en los tiempos en los que vivimos: el respeto al medioambiente. Es nuestra responsabilidad mantenerlo, cuidarlo, respetarlo y ponerlo en valor. ¿Qué mejor vehículo para ser los principales defensores de la naturaleza que el ciclismo? Más que nada porque es nuestro trabajo: pasar por ahí, observarlo. Es nuestro trabajo, es nuestra casa, es nuestro estadio, y somos nosotros los que tenemos que cuidarlo, mantenerlo vivo, respetarlo. Es fundamental y justo dejar a las generaciones futuras un legado, por lo menos igual al que nosotros recibimos, si no mejor.

P. Hemos hablado también de que es un deporte puro, pero también muy duro. Tú has estado manteniéndote muchos años en la élite. ¿Cómo lo has conseguido?

R. Bueno, al final, evidentemente, es un deporte como cualquier deporte de élite, que requiere muchísimas exigencias. Es una dedicación completa: las 24 horas del día, los 7 días de la semana, entrenamiento, descanso, alimentación. Para mí no ha sido algo pesado porque siempre lo he entendido como mi forma de vida y sabía que, si quería rendir, tenía que pagar el peaje de llevar este tipo de vida. Pero, como digo, lejos de ser un peso, para mí ha sido una manera bonita de cuidarme y de hacer mi deporte de la mejor manera posible.

P. ¿Y a nivel mental? Porque parece que no paras.

R. Sí, evidentemente, el profesionalismo, el deporte profesional, es muy duro a nivel mental. Al final, tienes unos patrocinadores que te pagan por rendir y por unos resultados, y si no tienes los resultados, pues evidentemente no tienes un contrato para el año siguiente. Además, como deportista, yo, en mi caso, siempre he sido una persona muy exigente conmigo mismo, y bueno, es duro, es muy duro a nivel mental, sobre todo en los últimos años. Porque, como el deporte en general en los últimos años, se ha tecnificado mucho. En los inicios, la evaluación era la carrera: entre comillas, podías entrenar como quisieras, porque donde te evaluaban era en la carrera. Y si cumplías en la carrera, valía. Eso ha cambiado mucho, con la monitorización constante que hay en los ciclistas. La evaluación es continua, constante, diaria: el peso, los vatios, los entrenamientos, la comida. Psicológicamente, es duro llevar esa presión, porque se lleva al extremo. Quizá ese es el aspecto donde más se sufre: el aspecto psicológico. El físico lo aguanta todo, pero, sin embargo, la cabeza tiene que estar en perfectas condiciones para que el físico funcione.

El ciclismo no ha sabido adaptarse al cambio que ha habido

P. ¿Hasta qué punto ha cambiado el ciclismo desde tus inicios?

R. Ha cambiado radicalmente. El deporte es un reflejo de la sociedad, y la sociedad ha cambiado mucho. La sociedad va muy rápido, cambia muy rápido. Han llegado las redes sociales, otros valores más globales; la inmediatez prima por encima de todo; el resultadismo, dejando a un lado todo lo demás. Todo eso ha llegado al ciclismo.

Han llegado también grandes desembolsos económicos, con lo que ello supone: grandes avances en tecnificación, pero también mucha presión, por otro lado. Eso no necesariamente repercute positivamente en el ciclista: sube la presión, sube la exigencia, y cambia, cambia todo mucho. Antes, como te digo, tú te evaluabas en la competición. Pero ahora la evaluación es continua y constante, con lo que ello supone para la cabeza. El físico lo aguanta todo, como digo, pero quizás la búsqueda de la inmediatez hace que se les exponga a ciertas presiones a corredores a edades en las que igual no están preparados para tales exigencias.

P. ¿Qué es lo que más echas de menos de ese ciclismo?

R. Pues el descontrol. Ahora está todo muy controlado: todo se mide, todo se sabe. Hay poco margen para la imaginación, para la espontaneidad. Está todo muy medido: con las radios, con todo. Bueno, al final, el ciclismo de los orígenes era aquel que contaba ese periodista prácticamente sin ver la carrera, tirando de imaginación. Yo creo que eso es muy bonito.

En este mundo tan tecnificado, en este ciclismo tan técnico que tenemos, creo que es más importante que nunca recordar nuestros orígenes. Cualquier pueblo que olvida sus orígenes está traicionándose a sí mismo. Nosotros tenemos unos orígenes muy bonitos, que nos diferencian de otros deportes, que nos dan unos valores y unos cimientos muy sólidos. Es nuestra responsabilidad, los que tenemos ya cierta edad y le hemos dado la vuelta al jamón, recordar todos esos valores tan bonitos que tiene el ciclismo.

P. Los nuevos ciclistas han crecido sin eso, y eso se pierde.

R. Exacto. Es importante recordar los orígenes de uno, y los orígenes del ciclismo son demasiado bonitos como para olvidarlos. Además, se invierten grandes cantidades de dinero, se buscan resultados por encima de todo y, muchas veces, la persona ciclista no importa, importa el resultado.

P. Ya volviendo un poquito más a tu trayectoria, y sobre todo a su inicio, debutando en las grandes vueltas, me has dicho también antes que uno de tus recuerdos favoritos, y que más se te queda en la mente, es ver a tu familia en los puertos grandes. ¿Cómo de importante es tu familia en este sentido?

R. Básico, un pilar fundamental para que yo haya podido ser ciclista y cumplir mi sueño. Mi familia ha tenido que hacer grandes sacrificios, y sin ellos no hubiera llegado a ningún lado. Como te he dicho, cada fin de semana teníamos que ir a correr a un punto de Andalucía. Cuando no era un pueblo de Granada, era otro en Almería, y mi familia, que trabajaba durante toda la semana y que el fin de semana se supone que era para descansar, tenía que coger el coche y hacerse, yo soy de Marbella, pues 500, 600, 700 kilómetros cada fin de semana en sus días de descanso para que yo pudiera, para que el niño pudiera montar en bici. No solo yo, sino también mis hermanos. Es un sacrificio muy grande. Desde eso, a la comida: “no traigas a casa porquerías, que el niño tiene que comer bien”, “no hagáis ruido, que el niño tiene que descansar”. Es un trabajo de ellos, un sacrificio tremendo, que es fundamental y básico para que yo haya podido cumplir mi sueño. Ellos han tenido que sacrificar. De ahí la satisfacción mía al ver su felicidad cuando termino una oportunidad en carrera.

P. Es difícil dedicarse al ciclismo.

R. Bueno, sí, evidentemente. Es un deporte que requiere mucho sacrificio, no solo de uno, sino del entorno también, con lo cual es un trabajo bastante complicado.

El deporte es un reflejo de la sociedad y la inmediatez prima por encima de todo

P. ¿A qué nivel tienes que llegar para dedicarte profesionalmente al ciclismo?

R. Pues cada vez más, porque cada vez las exigencias son mayores, la competitividad es más grande. El ciclismo se ha globalizado y, hoy en día, hay ciclistas en todo el mundo, con lo cual es muchísimo más difícil. Hay menos plazas para más gente de más sitios, con lo cual, al final, para ser profesional hay que rozar la excelencia. No se puede dejar ningún detalle al azar; son pequeños detalles los que realmente marcan la diferencia. Y, bueno, es una exigencia máxima, que, como digo, va hasta lo cotidiano.

P. Yo creo que tu familia también hizo muchos grandes riesgos, sin saber si te dedicarías profesionalmente a ello. A lo mejor era dinero o tiempo invertido que, al final, no se iba a reembolsar nada más que en tu salud física.

R. El éxito no tiene que ser llegar a profesionales o no. El éxito y lo bonito del ciclismo no debe de ser un sacrificio, debe de ser una escuela de valores. Yo, gracias al ciclismo, he aprendido a alimentarme, he aprendido que en la vida hay que ser organizado, hay que ser constante, hay que ser perseverante. Eso es lo que realmente te aporta el ciclismo: todos esos valores. He conocido lugares extraordinarios; como te decía, he tenido la oportunidad de conocer la geografía andaluza gracias al ciclismo, de conocer personas extraordinarias que, hoy, puedo considerar mis amigos. Y el conocerse a uno mismo, gracias al esfuerzo agonístico que tiene el ciclismo, yo creo que, independientemente de llegar o no a profesionales, lo bonito que tiene nuestro deporte son los valores que adquieres en el camino, no en la meta, sino durante el recorrido.

P. También esos valores que transmite el ciclismo tú los transmitiste en el Senado. En 2022 fuiste en bicicleta desde Marbella hasta Madrid. Eso fue una experiencia también curiosa.

R. Eso fue una experiencia preciosa. Tuve la oportunidad, gracias a Ander Gil, el presidente por aquella época del Senado, de entrar en bicicleta al Senado. Me dijo que fuimos las primeras bicicletas que entraron en el Senado. Una oportunidad muy bonita y de mucha responsabilidad, el poder representar al colectivo ciclista en la Cámara Alta del Senado. Es una responsabilidad que recuerdo con mucho cariño.

P. ¿Dónde te pusiste más nervioso, en el Senado o subiendo un puerto en el Tour?

R. Un puerto en el Tour. La verdad que pensé que me iba a poner más nervioso de lo que al final fue. Y, al final, creo que estuve bastante tranquilo.

En el ciclismo actual hay poco margen para la imaginación

P. Te retiraste en septiembre de 2024 con La Vuelta. ¿Cómo fue esa última etapa?

R. Muy bonita. Fue una Vuelta que tuvo mucho Andalucía, con lo cual pude despedirme en las carreteras donde crecí como niño. Me pude despedir como profesional, con el cariño de los espectadores, con el cariño de la gente que me vio crecer en el ciclismo. Ha sido el broche de oro y la despedida soñada de mi carrera deportiva. No me la podía haber imaginado mejor.

P. ¿Y cuándo cruzaste la línea de meta en Madrid? ¿Qué sentiste?

R. Sobre todo, satisfacción. Satisfacción de haber tenido una carrera que nunca me hubiera podido imaginar, de haber dado todo en la carretera, de haber recibido muchísimo de este deporte, de haber conocido personas extraordinarias y maravillosas. Muy satisfecho, cerrando una etapa que, para mí, ha sido muy bonita y enfrentándome ahora a otra que espero que sea igual de bonita.

P. ¿Tenías claro que te ibas a retirar en 2024?

R. Sí. En realidad, la idea era retirarme en 2023. Lo que pasa es que tuve la oportunidad de hacer otro año, de alargarlo un poquito más. Decía: “A los 40, números redondos, mucha Andalucía en la Vuelta… vamos a hacer otro año”.

P. ¿Tuviste claro que ya en septiembre cambiaba tu vida? Aunque tampoco ha sido mucho más tranquila.

R. De momento, todo lo contrario, mucho más de lo que me imaginaba. Pensé que iba a poner un punto y aparte tras anunciar la retirada, pero bueno, son muchos compromisos, muchos eventos. Y, de momento, todo lo que puedo lo cumplo.

Nosotros tenemos unos orígenes que nos diferencian de otros deportes

P. Sobre todo, este tipo de eventos como la presentación un año más de la Peña Ciclista Egabrense.

R. Sí. Tengo que decir que estar aquí en Cabra para ser el padrino de Team Grupo Serman, de la Peña Ciclista Egabrense es muy bonito. La labor que hace Joaquín es extraordinaria, va mucho más allá de lo ciclístico. Es una persona que traspasa lo meramente deportivo. Es una labor social: hay chicos de toda Andalucía, él les da la oportunidad y las herramientas para que puedan dedicarse a esto algún día. La labor que hace el equipo Grupo Serman es extraordinaria, y ojalá que hubiese muchos más equipos en Andalucía y que diesen la oportunidad a tantos niños que los hay, que quieren dedicarse al ciclismo. Por desgracia, no hay tantos equipos como en otras épocas.

P. Para ir terminando, Luis, ¿qué hay para el futuro? Porque es verdad que ahora mismo está muy reciente tu retirada y has estado en muchos eventos, pero imagino que ya tu familia también agradecerá que llegue la calma, que estés en Marbella tranquilo.

R. Sí, seguro que bici habrá por todos lados, porque la bici, precisamente, me está ayudando mucho. Es un cambio muy brusco. Llevo toda mi vida, desde que tengo 14 años, dedicándome a lo mismo. Ahora tengo 40, ahora aterrizo y pongo los pies en el suelo, en la vida real, con lo que ello supone. Te enfrentas a un abismo: nunca has trabajado en otra cosa. Como yo digo, hay muchas cosas que no sabes hacer. Eres relativamente joven, pero, por otra parte, no tienes ningún tipo de experiencia. Es un cambio radical, que provoca incertidumbre y nervios, porque, como todo lo nuevo, provoca incertidumbre. Nunca sabes cómo vas a reaccionar. Pero bueno, en este cambio, que es, como digo, muy brusco, la bicicleta me está ayudando mucho. Estoy conociendo otras facetas de la bicicleta, sin tanto número. Me está valiendo para organizar mis ideas, para elegir mis prioridades. Y en el futuro, seguramente, habrá muchas bicis. Ahora estoy planeando un proyecto en Marbella, que es un campus ciclista, el Marbella Cycling Weekend, y estoy muy metido en ello. También más bicis. Pero bueno, como digo, será una herramienta que me ayude a este cambio.

P. ¿Vas a salirte del camino y vas a hacer cosas fuera del ciclismo?

R. Sí, tengo ganas de hacer muchas cosas fuera de la bici. He ido a correr ya algún día, llevo varios días corriendo… ya me he lesionado en las rodillas, pero quiero hacer otras muchas cosas. La bici te limita mucho. Yo no he podido hacer muchas cosas que cualquier persona de mi edad ha hecho. El ciclista, como se dice, es un monje. Y quiero hacer otras muchas cosas, porque soy joven. Pero, en este cambio, que es un cambio radical y brusco, la bicicleta seguramente estará presente y me ayudará.

P. ¿Dónde te ves dentro de 5 o 10 años?

R. Cerca de mi familia. En lo laboral, no sé dónde estaré. Ahora no lo sé, porque, como te digo, es una época ahora de mucha incertidumbre. De momento, pues no lo sé.

He tenido la despedida soñada de mi carrera deportiva

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