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Juana Martín: “No sólo vendo mi firma. Yo intento vender Córdoba”

FOTO: MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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El titular es robado. Se produce cuando acaba la entrevista con Juana Martín (Córdoba, 1974) y el equipo de Cordópolis charla ya tranquilamente con la diseñadora. Mientras Rafa Madero dispara sus últimas fotos. “Entre coser y el Twitter, cosemos”, zanja Juana Martín. Hablamos del trabajo, de la crisis, del clásico “lo mal que está todo”, de las redes sociales, de internet y de la importancia de buscarse la vida por ahí, por las nuevas tecnologías.

Juana Martín, que tiene cuenta de Twitter (@JuanaMartinmoda), confiesa que apenas tiene tiempo para volcarse en las nuevas tecnologías como sí están haciendo otros diseñadores que con esto de la crisis han dado un paso atrás y han desmontado sus boutiques y abierto “tiendas on line”. Juana Martín no. Recibe al equipo de Cordópolis en el número 1 de la calle Don Rodrigo, en una casa que hace esquina en el corazón de la popular Axarquía cordobesa donde ha vivido toda su vida. En la primera planta, los periodistas se sorprenden al entrar en lo que se ha convertido en una boutique de las de siempre, con su mostrador y sus probadores, pero de pret a porter y con atención personalizada. Por eso insiste en que el uso de las redes sociales está muy bien, pero que “entre coser y el Twitter, cosemos”, repite Juana Martín cuando se le pide permiso para usar este off the record para titular la entrevista. Y se ríe. Porque durante toda la entrevista, Juana Martín responde a las preguntas con una sonrisa.

PREGUNTA. Bueno, hoy te enfrentas a dos periodistas que tampoco es que sepan mucho de moda...

RESPUESTA. Pero, os habréis informado, ¿no? (Risas)

P. Claro. La mayoría de las preguntas nos las ha sugerido una periodista que tú conoces bien que se llama Marta Jiménez

R. Sí claro. Además, estuve haciendo una pequeña colaboración con ella en su programa La ventana de Córdoba junto con Kisko García. Éramos Superhéroes de barrio [así se llamaba la sección de este programa de tarde que se emitía en Radio Córdoba]. Además, estuve con ella en Cibeles y me conoce bastante bien.

P. Pues nos ha dicho que empecemos preguntándote por cómo te ha ido en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid.

R. Muy bien, muy bien. Ten en cuenta que son 15 ediciones las que estamos ya en Madrid, que así dicho parece como el que no quiere la cosa, pero son siete años y medio desfilando. Cada temporada es un reto superior y un respeto continuo. El llegar a Madrid no es difícil. Lo difícil es mantenerte y que cada año vayas a más y la gente siga queriéndote ver, tenga interés por lo que haces, te mande correos, mensajes, tuits...

P. Este año has reivindicado la artesanía española.

R. A ver. Nunca he dejado de reivindicar un poco lo que realmente soy. Pero sí es verdad que esta temporada hemos mezclado todo lo que son nuestras tradiciones en global, las españolas. Pero lo que no vamos a negar es que había mucho más en esa colección de las tradiciones andaluza y cordobesa. Andalucía es un lugar de tradiciones milenarias. Lo bonito de todo esto es que la gente no quiere perder esas tradiciones. A los jóvenes que están saliendo ahora les gusta la tradición y la disfrutan y mantienen. Yo creo que eso es importante.

P. Tus cortes siempre han sido muy femeninos. ¿Por qué se han tornado en masculinos en esta colección?

R. Lo que hemos querido dar a entender es que el concepto masculino no está reñido con la feminidad. Independientemente de esto, aunque hayan sido cortes masculinos y el tejido también, luego marcábamos muchísimo la silueta de la mujer. Para mí una mujer femenina es símbolo de elegancia y de esa imagen que toda mujer quiere exponer en un momento dado. Eso es lo que hemos intentado hacer ver. No perder nunca el sello.

P. ¿Se puede o debe hacer moda de pasarela pensando en la calle?

R. Lo más importante es que la gente cuando vea un traje en una pasarela piense que se lo puede poner. Hemos visto de todo y hay muchísimas formas de llamar la atención. Es una forma de márketing. Eso de llevar un bolso en la cabeza, por ejemplo. Luego vas a las tiendas [de esos diseñadores] y son súper básicos. Una camiseta básica, un pantalón básico. Pero su forma de llamar la atención es esa. ¿En mi caso? Pues prefiero mantenerme en el tiempo y a lo mejor tardar más en llegar, pero que la gente empiece a creer más en la filosofía de marca que queremos. Es una filosofía vista a los tiempos que están corriendo muy personalizada y muy especial porque el trabajo es artesanal. Entonces, la gente que viene a ver a Juana Martín viene buscando algo especial. Con ese concepto vendemos la firma. Con ese concepto, nos mantenemos hoy por hoy en estos tiempos tan difíciles. En el momento en el que la gente quiere ese traje o esa imagen tan especial que presenta Juana Martín . Es muy importante que la gente valore la ropa que lleva puesta.

Lo más importante es que la gente cuando vea un traje en una pasarela piense que se lo puede poner

P. La primera impresión que hemos tenido al entrar aquí y que nunca hemos vivido, pero que sí nos han contado, ha sido la de ir a una boutique donde el trato es personalizado. Es decir, donde íbamos a hacernos un traje a medida.

R. Sí, es lo se llama la atelier [pronuncia en perfecto francés esta palabra que se traduce como taller o hogar en el que trabaja un artista]. En París se trabajo mucho así. Mi familia, que ha visto tanto mi lucha y mi evolución, me decía cómo Channel empezó comprando una casa y trabajando dentro. Luego ya se expandieron. Pero en principio es eso. La 'maison' especial donde la gente viene, hacemos desfiles privados... Nuestro concepto de firma no es masificar el mercado. En la situación en la que vivimos hoy es muy difícil. Tener los pies en la tierra hoy es crear algo diferente. Crear algo con lo que la gente se sienta sobre todo identificada y muy tranquila. Cuando alguien viene aquí pide su cita y se le atiende personalmente. Tanto mi equipo como yo estamos muy pendientes de todo lo que son sus necesidades. Aquí, por ejempleo, estamos en el apartado de novias. Lo que intentamos es que la novia se vaya terminada.

Tener los pies en la tierra hoy es crear algo diferente

Aparte, en el taller y en la tienda siempre hemos tenido una parte muy personalizada. Esto no quita que hayamos tenido una imagen comercial. Pero con lo comercial siempre hemos intentado mantener esa filosofía de marca y de firma. Porque yo creo que es una forma diferente de dar servicio. Nosotras esta semana tenemos show rooms privados para gente que viene de Madrid a pasar el fin de semana. Vienen a hacer turismo a Córdoba, que es lo importante. Vendemos como tal la marca Córdoba. Vienen a hacer turismo de gastronomía y monumentos, y aparte tienen la satisfacción entre comillas de que de forma privada se le hace un show room en el que estamos todo el fin de semana trabajando con ellas. Así, mantenemos una imagen diferente. Ellas vienen de ocio y a la vez estamos haciendo márketing y turismo. Estamos haciendo cultura. Es un poco el concepto de la firma. Siempre ha sido así, lo que pasa es que ahora tenemos un espacio mucho más adecuado en el que la gente disfruta.

No sólo vendo mi firma. Yo intento vender Córdoba

P. Nos llama la atención una tienda de ropa sin escaparates.

R. No, no. Vuelvo a decirte que no es una tienda de ropa como tal. Es volver otra vez a lo mismo. Pero en la situación actual evocamos un concepto más privado y personalizado. Es una imagen que nosotros queremos captar: al público que viene buscando algo especial. Y no sólo vendemos la firma, yo intento vender Córdoba. La mentalidad en la ciudad no lo asimila como tal, pero la realidad es que … Yo me considero muy embajadora de mi tierra porque continuamente estoy renovando y reivindicando el sitio donde nací y donde se crea la moda, que es aquí en Córdoba, en mi taller. Todo eso es lo que se intenta vender. Antes me preguntábais que este año me he basado en las tradiciones españolas. Realmente, nunca perdemos el sello pero la temporada anterior nuestro diseño se basaba en las coordenadas de Córdoba. La gente no lo entendía. Ni los propios cordobeses sabían qué eran esos números. Te hablo de gente que venía a decirme que no entendía qué era. Y eran las coordenadas en las que Córdoba está situada en el mapa. Siempre intentamos vender a la ciudad con una imagen más cosmopolita, más actual.

P. ¿Y se puede usar cosmopolita inspirándose en los bordados de los mantos de las vírgenes o en los brocados de los trajes de luces?

R. Por supuesto. Mirad el caso de Dolce Gabana. Su base como firma, como filosofía y como márketing es su Italia, su mamma, su religión. Incluso la Sicilia más profunda, la imagen más profunda en la que se venera a las vírgenes. Todo eso es lo que vende su firma continuamente. Es su filosofía de marca. Y son los que hacen las campañas publicitarias más grandes en el mundo de la moda. Venden su-imagen, su-tierra, de donde vienen. La gente ya acepta esa firma de ropa como algo italiano o siciliano. Y la gente se queda con esa Italia profunda en positivo, que es la mujer sensual, la imagen nueva, fresca y a la vez con una vida muy especial. ¿Porqué no Andalucía y porqué no Córdoba? Yo creo que Córdoba tiene todo eso y mucho más.

Cuanto más me dicen folclórica más me reivindico en lo mío y más me hace creer en lo que hago

P. Quizás por eso te han criticado mucho en Cibeles al considerarte folclórica.

R. Cuanto más me dicen folclórica, entre comillas porque luego tú ves mis desfiles en Cibeles y yo no le noto el folclorismo, más me reivindico en lo mío. Porque más me hace creer en lo que hago. De alguna forma le tengo que enseñar a esa gente que sólo cataloga Andalucía como folclórica que Andalucía tiene mucho más. Toda esa gente que cataloga a Andalucía como algo un poquito más inferior al final acaban rindiéndose a una cultura y a una tradición. Por eso ahora venden la marca España. Por eso ahora quieren y reivindican el flamenco, las tradiciones. Gente que en su vida habían escuchado una bulería ahora la pone en sus desfiles... Es decir, cómo las cosas cambian y todo aquel que renuncia o rechaza de donde viene ahora tiene que evocar a esa España porque es de la única forma que tiene demanda de venta. Yo jamás podré ser infiel a mis principios. Porque sería venderme a mí misma. Y hoy por hoy no estoy en venta. Así que lo que hago es reivindicar mucho más de donde vengo.

La gente que cataloga a Andalucía como algo un poquito más inferior al final acaban rindiéndose a su cultura

P. De hecho, tu última colección está inspirada en los patios de Córdoba.

R. Sí, es un homenaje a los patios de Córdoba. Sí, sí, sí. Se titula La gitanilla de mi patio y recientemente hemos estado desfilando en Sevilla en el Hotel Alfonso XIII. Me decían que las gitanillas se habían escapado de los patios de Córdoba para pasearse por el Alfonso XIII pero vuelven a su tierra. Yo quiero que se conozcan los patios de Córdoba porque es algo especial que hemos luchado muchísimo y que es gracias a esa gente que mantiene las tradiciones. Por ello la colección de Cibeles se llama Tradiciones. Por toda esa gente que viven las tradiciones a través de sus padres y abuelos. Y yo creo que hoy por hoy eso es lo más importante. Que las gitanillas de mi patio están en los periódicos franceses, italianos... Y estamos intentando que lleguen a mucho más.

P. Kisko García se inspiró en ti para un postre, ¿te has inspirado tú en algún plato suyo para un traje?

R. Hoy [la entrevista fue el viernes] he hablado con él. Tenemos una amistad muy sana y muy especial. Tenemos proyectos juntos. Espero que Córdoba nos deje hacer esas cositas que tenemos. Cada uno desde nuestro barrio hemos tratado de salir al exterior sin perder las raíces, el sentir de dónde venimos. Y con Kisko hemos hecho cositas y yo espero que no quede sólo en un postre, porque hay proyectos muy interesantes de los que pronto tendréis noticias.

Ante todo soy una mujer normal

P. ¿Eres un paradigma de la mujer gitana?

R. Buf. Bueno, te diré que yo trabajo como mujer, ante todo. Soy una más de las muchas que luchan por un sueño. Ese es mi caso. Quiero luchar por un sueño, por lo que hago, por mi trabajo. Por un ideal. Sumad a eso el hecho de ser gitana, que conlleva dar una imagen diferente de lo que hoy por hoy se está dando. Desvirtualiza mucho lo que es la cultura gitana. No se entiende quiénes somos. Sólo se da una imagen muy negativa. Además, la situación de ahora con gente que no tiene para comer ni vivir y se le puede respetar, aunque no sea de mi agrado, que se hagan algunas cosas... Pero ante todo soy una mujer normal. Tengo un privilegio con el hecho de ser gitana. Y si el hecho de ser gitana ayuda a otras mujeres a que cumplan su sueño, a que vean que se puede tener un futuro muchísimo mejor ya que hay muchísimas mujeres gitanas que son abogadas, médicos, arquitectas, enfermeras... O sea, un elenco impresionante y gente muy preparada. Por tanto, yo estoy encantadísima si me quieren colgar ese adjetivo. Pero la verdad es que soy una mujer muy luchadora y muy orgullosa de donde vengo y por supuesto a donde voy.

Aún hay gente intolerante que no sabe nada más que poner zancadillas por el hecho de ser mujer, gitana y andaluza

P. Pero tiene que ser muy díficil triunfar siendo mujer y siendo gitana.

R. Te diré que por desgracia hoy todavía siguen existiendo etiquetas, xenofobia y racismo. Esas personas que hablan sin saber son incultas. No hay ni razas ni colores. Lo que está es el respeto a la persona y a los ideales, siempre que no se perjudique a nadie y lo que se haga sea muy digno. Sí que es verdad que aún hay gente intolerante que no sabe nada más que poner zancadillas por el hecho de ser mujer, gitana y andaluza. Imagínate.

P. ¿Has tenido que sacrificar muchas cosas por tu carrera?

R. Bueno, te diré que en todos los años que llevo de carrera, y los que me quedan si Dios quiere, no me he parado a ver todo lo que me he dejado en el camino. Ha sido toda una vorágine de una temporada a otra temporada, de un año a otro año, que realmente si miro hacia atrás digo ¡Dios mío! También he estado muy apoyada. Tengo a mi familia alrededor. Yo vivo en Don Rodrigo 1 y mis padres viven en el 12. O sea, yo vivo con mis padres. Familiarmente no he sacrificado nada. Personalmente sí. Sí he tenido que sacrificar eso de ser de una chica joven que se va de fiesta los fines de semana... Nosotras utilizamos los fines de semana para trabajar. Estoy enganchada al trabajo, pensando permanentemente en él. Y aparte de ser diseñadora soy empresaria. Y eso hoy por hoy y en estos tiempos te ocupa todo. Yo creo que el sacrificio ha merecido la pena porque me siento muy llena. Son sueños que se han cumplido y en ningún momento me podía imaginar llegar hasta aquí. Acabo de empezar, me queda mucha carrera y lucharé por seguir estando ahí. Y espero no tener que contarte en la próxima entrevista que he tenido que sacrificar mi vida personal y decirte: tengo vida personal, mis niños, mi marido...

Acabo de empezar, me queda mucha carrera y lucharé por seguir estando ahí

P. ¿Y nunca has estado tentada de salir del barrio o de la ciudad?

R. No, no, no. Para nada. Al contrario. Nosotros hemos abierto tiendas en Sevilla, pero yo siempre he querido tener algo más que una tienda comercial. Y hoy internet te da la posibilidad de abrite al exterior sin tener que estar en el exterior. La mayoría de los diseñadores ha cerrado las tiendas y apuesta por el on line porque te da más capacidad de llegar y abarcar mucho más sin tener que tener un espacio físico. Los tiempos te hacen evolucionar. Esto era un sueño que yo he cumplido. A mí me encanta estar en mi tierra, en mi barrio. La gente que antes no conocía esta zona ya la conoce. Y la visitan. Además, esta es una calle [Don Rodrigo] que tiene embrujo: la esquina con un santo antiquísimo, las Bodegas Campos, un vecino que está sembrado y tiene toda la pared pintada donde viene todo el mundo a echar fotos, tenemos a un especialista de guitarra que suenan sus notas cuando la está afinando. Córdoba es eso. Córdoba es un embrujo. Yo nací en la calle Badanas y no me he ido nunca de mi barrio. Reivindico de donde soy porque además es el único sitio donde respiro. Cuando yo viajo, el estrés, los nervios... buf. Necesito llegar a mi tierra para poder respirar y retomar energías. El poder salir y decir buenos días; para mí eso no tiene precio.

Reivindico de donde soy porque es el único sitio donde respiro

P. ¿Crisis y moda son compatibles?

R. (Risas) Son compatibles hasta que deja de serlo. Está ahí, claro. Lo que pasa es que hay que reinventarse. O te reinventas o mueres.

P. ¿Entre los clientes de alta costura se ha notado la crisis?

R. Muchísimo. El que tenía porque ya no tiene y el que tiene porque le da miedo gastar. Con lo cual las mayores firmas, internacionales o multinacionales, todos los días cierran tiendas. Y no hay más que ver los EREs, y las suspensiones de pagos que ha presentado esta o cual firma. Antes era como un desprestigio. Hoy en día es lo más normal. Fulano ha presentado suspensión de pagos pero sigue trabajando, es lo más normal. Porque hubo una época donde sí que se vendía y trabajaba bien, y tenía unos gastos fijos que ahora te coman. Por tanto, o haces eso [se refiere a los ajustes empresariales] o acabas desapareciendo. Creo que prefieren y muy dignamente ser realistas y tener esa sinceridad para no desaparecer. Además, están las personas que empiezan sin tener nada y vuelven otra vez a quedarse sin nada, lo que hacen es regresar y reinventarse. Eso está en la persona. El que es creativo de verdad no muere nunca. La creatividad no muere si no dejas tú que se muera.

P. ¿Y te piden mucho trabajo por la calle de Córdoba?

R. Ay, sí (risas). El otro día estaba comprando en el supermercado con mi chándal y mis gafas, porque yo soy muy normal, y me preguntan. ¿Tú eres Juana Martín? Es que quiero que seas la madrina de no sé quien. Me quedé así y me dijo, ya te veré por la calle... Tengo un defecto y es que no sé decir que no. Como habéis visto aquí estamos [mira a Rafael Madero, que es quien con mucha insistencia ha concertado la entrevista], nunca sé decir no. Creo que tengo que aprender a decir no, porque yo misma me saturo.

A diario no hay quien me quite mis vaqueritos o mis zapatillas de deporte

P. Chándal, gafas, ¿dónde compras la ropa?

R. Yo soy muy urbana. Lo mismo te llevo unas mallas de cualquier centro comercial normal que lo mismo te llevo algo de mi firma. Quizás porque me gusta pasar desapercibida, no me gusta llamar la atención... Soy más tímida para eso. Procuro no llamar la atención a no ser que tenga que ir a algún sitio donde tengo que hacer imagen y entonces voy con mis grandes galas. Pero a diario no hay quien me quite mis vaqueritos o mis zapatillas de deporte.

P. Como una superhéroe de barrio...

R. (Risas)

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