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Angels Barceló: “En la información no todo vale por la audiencia”

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Marta Jiménez

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El pasado jueves Angels Barceló abrió los ojos a las 4 de la mañana. A la misma hora irreal de cada jornada. A las 4:30 ya estaba en la radio preparando el programa de ese segundo día de moción de censura al gobierno. A las 6 estaba en antena y a eso de las once menos algo dio un respingo al escuchar a Pablo Casado darle caña a la ultraderecha en un discurso que lo ha hecho emerger como líder de una derecha normal y civilizada.

Por tanto, su programa dio un giro de 180 grados, tuvo que despedir aprisa al escritor Manuel Vilas, a quien estaba entrevistando, conectó con el debate, cayeron el resto de contenidos preparados hasta las 12:30 y se le dio paso a la actualidad viva. Esa con la que la periodista lleva conviviendo treinta y tantos años.

A las 4 de la tarde llegó de chiripa con su equipo a Atocha para coger el tren que la trajo a Córdoba, donde al día siguiente, viernes, hizo el programa que dirige como estrella de las mañanas en la radio española, Hoy por Hoy. Desde el Centro de Recepción de Visitantes, habló de la tierra, del olivar y allí cantó la maravillosa María José Llergo.

Pero aún seguimos en el jueves. Una tromba de agua la recibió en la estación de Córdoba, fue al hotel, tuvo una reunión de contenidos con su equipo, chequeó todo en el CRV y, antes de cenar en Casa Pepe, posó y se sentó 40 minutos con Cordópolis. Su teléfono sonaba mientras tanto y una atmósfera de esa actualidad viva aún brillaba en sus ojos durante la conversación.

En la era más argumentativa de la historia, este es el retrato de aquella charla.

P. Menuda mañana.

R. Buf. Sí, mira, ayer un compañero, José Luis Sastre, me preguntó si veníamos a trabajar con la maleta para luego venir aquí a Córdoba y bueno, más que maleta con la bolsa, con la muda limpia, y le dije, pues no, Sastre, porque terminamos a las doce y veinte del programa y el tren no sale hasta las cuatro, nos da tiempo de ir a casa, hacemos la maleta... Ha llegado un momento hoy que pensaba que no nos daba tiempo a ir a casa. Bueno, de hecho, he mirado para retrasar trenes que al final no ha hecho falta. Son de esas mañanas que me gustan mucho porque sabes cómo empiezan, pero nunca sabes cómo acaban y yo creo que eso está muy bien.

Nosotros ayer [por el miércoles] decidimos que no íbamos a dar el pleno del debate de la moción de censura, que íbamos a contar los momentos que fueran importantes, pero que no íbamos a hacer esa operación de propaganda de la ultraderecha. Pero hoy ha habido un hecho que lo ha cambiado todo que ha sido la ruptura de Casado con Vox y eso nos ha hecho girar el programa entero. A partir de ahí nos hemos enganchado a la moción y ahí lo hemos ido dando.

P. ¿Confías en que este país por fin le ha puesto un cordón sanitario a la ultraderecha como en el resto de las naciones de nuestro entorno?

R. Hoy, a esta hora de la noche te digo que sí. O sea, yo creo que Casado ha hecho un discurso impecable, lo he dicho en antena, he tenido la sensación como que se había quitado el corsé o la faja, ¿sabes? Porque no, no me ha parecido un discurso artificial ni pensado. Yo creo que le estaba saliendo de dentro lo que estaba diciendo, entonces yo a esta hora de la noche creo que sí ¿Qué va a pasar después? No lo sé. Eso ya tendremos muchas mañanas para analizarlo, pero hoy yo creo que el PP y Pablo Casado, que yo he empezado esta mañana en el editorial de las ocho cuestionando si era la persona capacitada para reconducir al Partido Popular, pues bueno, a esta hora de la de la noche, yo sí pienso que es la persona, ya veremos qué pasa mañana.

P. A las ocho de esta mañana decías que las “burradas” de la ultraderecha debían de ponerle un espejo delante a Pablo Casado.

R. Claro.

P. Parece que te ha escuchado.

R. Yo creo que el no ya lo tenía decidido. A mí me ha sorprendido la contundencia del discurso de Casado. No la imaginaba. Y también hay una cosa que quiero destacar, llevamos mucho tiempo pidiéndole al PP que sea un PP homologable con la derecha europea, que sea un PP moderado, dialogante… Me hace mucha gracia porque esta tarde leía muchos tweets y muchas cosas de bueno, pues ya veremos. Si llevamos tanto tiempo pidiéndole que haga esto y lo ha hecho, vamos a fiarnos. Si dentro de tres semanas vemos que todo era un artificio, bueno, pues entonces ya volveremos a criticarlo. Pero ahora mismo ha hecho ese giro que todo el mundo le estaba demandando. Pues bueno, vamos a creerlo.

Llevamos mucho tiempo pidiéndole al PP que sea un PP homologable con la derecha europea, que sea un PP moderado, dialogante… vamos a fiarnos

P. Parece que importa menos la verdad que quién gana la partida.

R. Totalmente, totalmente. Pero hoy yo le doy más valor al discurso de Casado porque Casado se va a dejar electores en este giro. O sea, eso es evidente. Casado se va a dejar electores y una de las veces que ha subido Abascal a la tribuna se lo ha dicho.

P. ¿Podría ganar otros?

R. A lo mejor puede ganar otros. El problema de hoy de Casado es que hubiera tomado la decisión por tacticismo y eso era preocupante. Yo creo que no la ha tomado, hombre, algo hay de tacticismo siempre y de estrategia, pero yo creo que hoy para parte de su electorado tiene más que perder que ganar. Veremos luego cómo lo gestiona.

P. ¿De qué pié crees que cojea el electorado conservador español en estas circunstancias, del lado del PP o del de Vox?

R. Yo creo que es un electorado muy variopinto. En estas circunstancias es muy complicado saberlo porque la sociedad está muy polarizada. A mí gustaría que cojeara hacia el PP de hoy, también quiero dejarlo claro porque es necesario que este país tenga una derecha y una oposición al Gobierno moderada, con talante, pero no lo sé. Y si me tengo que retrotraer, estoy pensando en Núñez de Balboa, en manifestaciones… quiero pensar que las cosas volverán a su cauce, pero estoy un poco asustada.

P. ¿Cómo crees que estará el ambiente a esta hora en las redacciones de los periódicos de derechas?

R. Tengo unas ganas de leerlos mañana (risas). Es verdad que, por ejemplo, en un periódico como La Razón o ABC, porque El Mundo quizás es el periódico más de derechas ahora mismo, que en estos días previos a la moción de censura tanto el ABC como La Razón me parecía como que querían empujar un poco a Pablo Casado hacia la racionalidad. Pero mañana te lo diré.

'El Mundo' quizás es el periódico más de derechas ahora mismo

P. A lo mejor empiezan a matarse entre ellos.

R. Vamos, vamos. Y algún titular que he leído ya me ha dado pistas de eso.

P. En este ambiente colérico en el que vivimos, precisamente esta mañana Iñaki Gabilondo en tu programa se acordaba de la CEDA [La Confederación Española de Derechas Autónomas, una coalición de partidos católicos y de derechas durante la etapa de la Segunda República] y de la primavera de 1936. La verdad es que da escalofríos pensar en aquel escenario justo ahora, pero, de alguna manera, parece que el ambiente actual tiene cierto paralelismo con aquel prebélico.

R.Yo creo que sí, yo no viví aquello, sólo lo he leído, pero se parece mucho. Yo, de verdad, cada vez que Abascal habla lo veo en blanco y negro, te lo prometo. Y con esos movimientos rápidos que parecen del NODO. Yo lo veo así. El lenguaje que utiliza hoy, lo que ha dicho cuando han subido las cuatro diputadas de Unidas Podemos, que han querido que fueran cuatro mujeres las que defendieran la postura de Unidas Podemos, la respuesta de Abascal daba miedo. Yo no sé si es posible volver a aquellos escenarios, pero si fuera por ellos, ostras, a mí me asusta el lenguaje y me asusta que eso se pueda trasladar a la gente. Me asusta, sobre todo, cuando veo gente joven que les compran los argumentos. Porque, mira, puede haber gente mayor, los nostálgicos que se dice, que tampoco lo entiendo, pero la gente joven, chaval, si tú lo has tenido todo, si has vivido en democracia, en libertad, has hecho lo que has querido, has viajado, tus padres te han mandado a estudiar fuera, cosa que nuestra generación no podía hacer, has fumado, has bebido, te has drogado, has podido acostarte con quien quisieras... Entonces, eso me preocupa.

Me asusta, sobre todo, cuando veo gente joven que le compran los argumentos a VOX

P. ¿Qué pueden hacer los medios para ayudar a calmar todo esto?

R. Ser responsables, yo estoy cansada de decirlo. Ya lo decía cuando lo del Procés en Cataluña, que también lo viví muy en primera persona. Los medios tenemos una responsabilidad en todo lo que pasa y tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que tenemos. Formamos parte del relato de lo que pasa y nosotros cómo podemos contribuir, contando las cosas y escuchando. Estoy convencida de una cosa, mañana en mi editorial de las 8 de la mañana voy a reconocer lo que ha hecho Pablo Casado, pues estoy convencida de que va a salir un sector de la izquierda que me va a decir que si me paga el Ibex o que nosecuantos. Ya no somos capaces de reconocer al contrario, de escuchar al contrario, de reconocerle cuando lo hace bien, de tenderle la mano, de hablar. Se ha perdido esto y yo creo que nosotros la responsabilidad que tenemos es porque hemos convertido muchos medios en portavoces de argumentarios, muchos medios y muchos periodistas se han convertido en eso, en portavoces de argumentarios de partidos.

P. Y en el barro puro y duro.

R. En barro puro y duro. Lo digo siempre, a veces me critican un poco, pero yo creo que la televisión ha tenido mucha culpa y mucha responsabilidad. Las tertulias televisivas han tenido muchísima responsabilidad, no todo vale por la audiencia. O sea, no vale en ningún campo, pero en la información no todo vale por la audiencia y yo creo que ahí se ha hecho mucho daño y se confunde mucho. Tengo una tertulia por la mañana, Pepa la tiene por la noche y no hay barro. Hay gente de derechas, hay gente de izquierdas, hay analistas, politólogos, antropólogos…

P. Y sin dar espectáculo, la escucha mucha gente.

R. Yo creo que la gente necesita escuchar, no gritos, por eso creo que los medios lo estamos haciendo mal.

Ya no somos capaces de reconocer al contrario, de escuchar al contrario, de reconocerle cuando lo hace bien, de tenderle la mano, de hablar

P. Mientras tanto ya hay más de un millón de casos de Coronavirus en España.

R. Veinte mil hoy, en veinticuatro horas. Esto está siendo otro desastre, es un desastre la gestión, la gestión autonómica y la gestión del Gobierno central. O sea, la de la primera ola podía habernos pillados a todos por sorpresa, pero ya esta segunda ola no. No puede ser que cada día vayamos actualizando los datos y cada día los datos sean más bestias. Pero los datos van por el carril de la izquierda y las medidas van por el carril de la derecha, superlentas hasta que no se ponen de acuerdo, hasta que no buscan el marco legal. Y mientras tanto se van colapsando los hospitales. No sé cómo se tiene que articular, primero creo que con lealtad entre las comunidades y el Gobierno central y luego tomar medidas contundentes si hace falta.

P.¿Por qué no se atreven?

R. Bueno, porque el daño económico es el eterno debate, este falso debate de la salud y la economía, porque si no hay salud, nadie va a gastar, nadie va a salir y nadie va a hacer nada porque la gente tiene miedo, no va a salir. Creo que psicológicamente para el país volver a un confinamiento como el de marzo yo no sé si seríamos capaces de soportarlo.

Yo creo que la televisión ha tenido mucha culpa y mucha responsabilidad de caer en el barro puro y duro

P. Sin embargo en otros países cercanos son mucho más valientes.

R. Pero empieza a haber también contestación.

P. ¿Tanta como en España?

R. Tanta como en España, no, pero en Italia empieza a haber desavenencias políticas que parecía que sólo las teníamos aquí. Yo creo que lo que agota es no tener las cosas claras. O sea, dígame qué quiere que haga. Dígame, en serio, qué tengo que hacer para frenar esto. Si quiere que me quede en casa quince días, dígamelo. Pero no me diga que recomendamos que la gente salga para lo necesario. Si todos los bares están abiertos la gente irá. Es la incongruencia de las medidas. Si no quieres que salga cerremos todo de verdad. Seamos maduros y ya veremos cómo lo gestionamos, pero no me diga recomiendo que no salga, pero no cierra la hostelería porque el sector está sufriendo, que es verdad que está sufriendo una barbaridad.

P. A los ciudadanos en este país, ni siquiera en democracia, nos han tratado de forma madura.

R. Nunca. Yo siempre digo que quiero que me lo cuenten, que soy capaz de entenderlo. O sea, que no piensen que somos tontos y la ciudadanía puede entenderlo. Entendimos el confinamiento de marzo. Yo me acuerdo cuando cerraron Wuhan nosotros decíamos en la radio vamos, aquí nos van a confinar, que sí, sí, que nos dejen sin cañas a nosotros. Pues lo entendimos y nos encerramos. Quiero entender el por qué hago lo que me piden que haga. Sabiendo por qué lo hago yo lo haré y creo que esto le pasa a muchísima gente. Pero tanto en esto como en la política nos tratan como tontos, como si no fuéramos capaces de comprender las cosas.

P. Hablemos de la radio. Tengo entendido que te gusta salir de gira.

R. Me gusta mucho. Soy muy farandulera. De hecho, nosotros a esto lo llamamos bolos porque le da como un poco de glamour artístico.

P. Además da un poco de normalidad en medio de esta marcianada.

R. Sí, lo estamos haciendo como lo hacen los teatros o como hacen los cantantes, pues estamos acercándonos otra vez al público con todas las medidas de seguridad. Nosotros nos hacemos pruebas antes de viajar, no viajamos sin las pruebas hechas, es decir, estamos tomando todas las medidas. Creo que ha sido tan brutal. Mira, yo llevo muchos años en la profesión, muchísimos y me ha pasado de todo y en antena, tanto en la tele como en la radio, me ha pasado de todo y he tenido que contar y que hablar de todo. Yo, como lo he pasado durante este confinamiento, no lo había pasado en mi vida. Una sensibilidad que miraba a mis compañeros en la pecera y se nos saltaban las lágrimas con los oyentes. Ha sido brutal y entonces para mí era muy importante volver a verles. Sé que no puede verles a todos. Mira ,la semana que viene, si la Covid lo permite, vamos a ir a Murcia y hemos invitado a un oyente que el otro día llamó para otra cosa a la radio y me decía, a ver, yo soy de Murcia y si vienes te pongo una alfombra roja, y le hemos invitado para que venga.

Además, durante el confinamiento, y esto lo he contado muchas veces, pero es que es muy bonito, me decía la gente que con lo que estábamos pasando se levantaban por la mañana, ponían la radio y yo estaba ahí y eso les da una sensación de normalidad. O sea, no está todo tan mal porque Angels está ahí y eso para mí era como primero, una responsabilidad terrible, pero a la vez, a mí me daba la energía para todo el día. O sea, la gente confinada en su casa con todos sus miedos, los terrores y pones la radio y los chicos de la radio siguen allí. Las mismas voces y eso da calma. Y a mí eso me parece precioso.

Es falso el debate de la salud y la economía, porque si no hay salud, nadie va a gastar, nadie va a salir y nadie va a hacer nada porque tiene miedo

P. Decías que llevas muchísimos años en la profesión que has contado de todo, pero es que nunca se ha dado tanto la vuelta a la vida como ahora.

R. No. Yo siempre pienso que me pasan cosas y que no me puede pasar nada que lo supere. Las torres gemelas, yo dí en directo la caída. Me acuerdo que esa noche le comenté a una compañera, ya podemos retirarnos de esta profesión porque ya no vamos a vivir nunca nada más igual en la vida. Bueno, pues luego di el fin de ETA, que era algo que nunca imaginé que daría, el Procés en Cataluña que te decía antes, la independencia. Pero esto, o sea, yo de verdad que todavía no tengo perspectiva para asimilarlo.

P. ¿Cómo empezó todo para ti en la radio?

R. Empecé en la Universidad. Estaba en cuarto de carrera y mi profesor de radio me dijo, cuando se pusieron en marcha las radios de los medios autonómicos, en este caso Catalunya Radio, me dijo, hacen unas pruebas. Yo era una pipiola y fui y me cogieron. Desde entonces siempre he tenido un vehículo con la radio. Luego me fui muy rápido a la tele, durante un tiempo alterné la radio y la tele, pero para mí la radio siempre ha sido un medio en el que me siento muy bien como profesional, además de que en mi vida personal es muy importante. En mi familia no se entiende la vida de ningún miembro, de ninguno, sin la radio que siempre estaba puesta en casa.

Yo, como lo he pasado durante este confinamiento, no lo había pasado en mi vida

P. ¿Que escuchábais?

R. Yo soy de la época de volver del colegio y mi madre con la Elena Francis mientras cosía, Radio Barcelona de toda la vida. Sí, en mi casa con mis padres había radio. Mi madre se levantaba y lo primero que hacía era poner la radio de la cocina que nosotras desde la habitación, mi hermana y yo, ya la escuchábamos. Y ahora mismo igual, yo tengo radios en todos los rincones de mi casa.

P. ¿Cómo te llevas con la competencia de tu franja, con los dos Carlos, Herrera y Alsina, y con Pepa Fernández?

R. Muy bien. Con Pepa muy bien porque nos conocemos desde hace muchos años. Con Carlos Herrera muy bien, porque también nos conocemos desde hace muchos años y tenemos una relación muy peculiar los dos y a Carlos Alsina es el que menos conocía, le he ido conociendo ahora poco a poco y bien, yo le tengo mucho respeto. Son estilos muy diferentes el de cada uno de nosotros. Son planteamientos de vida, ideológicos muy diferentes, pero yo les respeto muchísimo y les escucho, les espío.

P. ¿Te da la vida para ello?

R. Sí, sí, a veces por la tarde me pongo algún podcast de alguna cosita. Y luego reconozco que Carlos Herrera es una bestia de la comunicación. En la parte menos informativa hace unas cosas que yo me parto de la risa. Yo me he descubierto a mí misma en un taxi, con un taxista que escuchaba a Herrera, los dos partiéndonos de la risa por una cosa que estaba diciendo Carlos. Me llevo bien con ellos.

Reconozco que Carlos Herrera es una bestia de la comunicación

P. Aquí hace muchos años llevó las mañanas de Canal Sur Radio y tuvo momentos gloriosos con los oyentes.

R. Es un personaje. Cómo gestiona él los oyentes es algo que yo quiero aprender. O sea, es una de las cosas que más escucho.

P. Sé que conoces bien esta tierra. ¿Cómo ve una catalana residente en Madrid como tú Andalucía?

R. Parte de mi origen es de aquí por mi abuelo, que era de Almería. O sea, que es una tierra que nunca me ha parecido nada extraño. Y cómo la veo, bueno, políticamente podemos decir aquello de que aquí empezó todo, porque fue en Andalucía donde Vox puso su primera pica en Flandes con el Gobierno de Juan Moreno Bonilla. Entonces, bueno, la veo con preocupación. Es una tierra que sufre mucho, pero es una tierra que tiene una capacidad de convivir con el sufrimiento y la vida, que a mí me llama muchísimo la atención. Cádiz, una de las zonas con más paro, pero tú ves a la gente y no te lo parece. O sea, tienen esa capacidad, tenéis esa capacidad como el mimbre, de unir el sufrimiento con la vida y la vida sigue fluyendo.

Políticamente podemos decir aquello de que aquí empezó todo, porque fue en Andalucía donde Vox puso su primera pica en Flandes

P. Volviendo a la radio, ¿fue difícil pasar de las noches, más reflexivas, de Hora 25 al fragor de la mañana en el Hoy por Hoy, con la actualidad viva?

R. No, mira, no me costó porque había estado tantos años haciendo información diaria, tanto en la tele, sobre todo en la tele, haciendo el informativo del mediodía, que es cuando las cosas estaban pasando, que no me costó. Siempre pienso que cuando dejo de hacer una cosa el músculo se me va a atrofiar. Yo me acuerdo que cuando dejé Telecinco, que me puse a hacer el A vivir que son dos días pensé que se me iba a atrofiar el músculo informativo y dije, bueno, pues que se me atrofie. Y luego me puse a hacer Hora 25 y me di cuenta que no se me había atrofiado. Y luego de Hora 25 volví a pasar a la actualidad bestial y vi que tampoco se me había atrofiado. No, a mi me gusta mucho mi trabajo.

P. Tienes fama de ser buena jefa. He visto que tienes un equipo muy joven, donde creo que hay gente de toda España.

R. Sí. somos muy periféricos.

P. Que hablen bien como jefa de una estrella de la radio... Oye, te felicito.

R. (Risas). Siempre les digo una cosa a los chicos y a las chicas, tenemos que trabajar. Yo sé que nadie quiere trabajar, yo la primera, yo quiero irme a ver cómo crece la hierba en mi casa de Menorca. O sea, solo quiero ver eso, pero como tenemos que trabajar, vamos a trabajar bien. Vamos a llevarnos bien, vamos a trabajar con buen rollo. Luego soy muy exigente porque soy muy exigente conmigo misma y soy exigente con ellos. Pero la exigencia no se traduce nunca en gritos, a veces pongo malas caras, así que se traduce en malas caras. Es el enfado momentáneo, pero no me gusta la gente que grita, la gente que es déspota. Entiendo que no es una manera de trabajar. O sea, yo prefiero que trabajemos bien, de buen humor todos, cuando uno la caga, quiero saber por qué la caga y pedir responsabilidades, pero todo de buen rollo.

Y luego yo prefiero siempre trabajar con gente que tenga muchas ganas de trabajar conmigo más que con gente que sea muy buena, porque la gente que tiene ganas de trabajar contigo, tú la moldeadas un poco a tu manera de ser, a tu manera de trabajar. Y si tienen ganas de aprender, lo harás un campeón y en cambio, gente que viene a trabajar contigo que se cree que es muy buena o que ha inventado la radio y que no tienen nada que aprender, ahí podemos tener un problema.

P. ¿Qué aprendes tú de ellos?

R. Bueno, suerte de que son tan jóvenes porque yo muchas veces arrojó la toalla antes de tiempo en cosas. No, esto no nos va a salir, no, yo esto ya lo hecho… Y ellos me van tirando, me van tirando, tienen mucha creatividad, yo aprendo muchísimo. Estoy encantada de trabajar con gente joven. He llegado a un punto que ya trabajo con gente que es de la edad o son más jóvenes que mi hija. Solo te digo esto.

P. ¿Cuántos años tiene tu hija?

R. 27.

P. ¿Te afectan mucho los ataques corporativos a la SER y al grupo Prisa?

R. Sí que me afecta, porque, además, se extiende el mantra de el Ibex nos paga, el no sé qué, hablas al dictado de quien te paga, eres un estómago agradecido.... A mí sí me molesta porque yo tengo que decirte que llevo muchos años ya en esta casa y yo trabajo con libertad. Claro que sé donde trabajo y los medios de comunicación tienen una línea editorial, los privados, claro, aquí y en la China, yo ya sé donde trabajo. El día que a mí la línea editorial de mi empresa no me parezca que es en la que me siento cómoda, ya decidiré lo que hago. Pero mira, antes, que estábamos haciendo fotos, me ha llamado el jefe de informativos un poco para ver cómo lo vamos a vender mañana, cómo lo vemos, cómo lo ves tú, cómo lo veo yo. Pues esas son las conversaciones que tenemos, pero yo no he tenido mucha más presión en este sentido. Así que me molesta mucho porque además se ha extendido el mantra, al que han contribuido también compañeros periodistas, que a mí eso me parece más lamentable, que los periodistas no señalemos entre nosotros, porque aquí cada uno tiene su pedrada. Entonces, me da mucha rabia y además, porque no es cierto. No, no es verdad. Que tenemos un grupo de accionistas que está detrás de El País, pues sí, claro, porque habrá que pagar las nóminas.

Llevo muchos años ya en esta casa y yo trabajo con libertad

P. ¿Crees que los periodistas de los nuevos medios que pertenecen al modelo de la suscripción de socios, llámese espectadores, oyentes o lectores, pueden volar con mayor libertad?

R. Yo solo te voy a formular una pregunta. Pueden tener más libertad en cuanto a los anunciantes porque no dependen tanto de ellos. Me pregunto si tienen libertad política, libertad en cuanto a la independencia de los partidos políticos [silencio largo] Lo dejó ahí sobre la mesa.

P. Quién tiene más poder en un medio como la SER ¿un partido político o El Corte Inglés?

R. A mí nunca me han dicho que no hable de El Corte Inglés. Es un anunciante. Pero es que nosotros vivimos de la publicidad. O sea, es que un medio vive de eso ¿Puedes vivir de los suscriptores?. Bueno, puedes sobrevivir de los suscriptores, pero de toda la vida los medios privados, las teles, las radios, los periódicos han vivido de la publicidad. Me hace mucha gracia cuando la gente, por ejemplo, critica cuando todos los periódicos en la portada llevan una publicidad ¿renunciamos a ello y echamos a toda la redacción? Me gustaría también que todos estos medios también cuenten lo que pagan a los colaboradores, etcétera, etcétera. Es que claro, hay mucha literatura sobre esto.

Me pregunto si los medios con suscriptores tienen libertad política, libertad en cuanto a la independencia de los partidos políticos

P. La nube negra sobre la profesión periodística se agranda con esta nueva crisis.

R. Estamos en muy malos tiempos, entonces si queremos renunciar a los anuncios de El Corte Inglés, pues renunciemos a los anuncios de El Corte Inglés, pero nos iremos a la calle porque vivimos de eso. Nosotros, cuando la pandemia, bueno, nosotros y todos los medios de comunicación que vivimos de la publicidad lo hemos sufrido una barbaridad. El Corte Inglés retiró su campaña durante la pandemia y para nosotros eso fue como, ostras. O sea, esto es así.

Cuando yo trabajaba en Telecinco, el consejero delegado, Paolo Vasile, este ejemplo es otro extremo, un día yo le protesté porque cada vez ponía más publicidad dentro del informativo que yo dirigía. Bloques de siete minutos de publicidad dentro del informativo. Y un día dije que no se podía hacer un informativo cortado con siete minutos de publicidad una y otra vez. Y me respondió, qué día vas a entender que lo que tú haces es un espacio para rellenar los espacios que quedan entre bloques de publicidad. Eso es un extremo. Tampoco tengo tan claro, por lo que te decía antes, de la dependencia a los partidos políticos, que la inexistencia de publicidad o que la suscripción sólo de lectores o de oyentes te dé la total libertad. Tampoco te tengo tan claro.

P. Pero no me negarás que es un modelo que se impone aquí y en muchos países.

R. Sí, sí es un modelo que se impone.

A mí nunca me han dicho que no hable de El Corte Inglés

P. ¿A qué hora escribes tu editorial de las ocho de la mañana?

R. Pues depende. Hay días que cuando lo tengo muy claro antes de acostarme, porque así duermo más tranquila. Pero hay días que no, porque no lo tengo claro. Y entonces me levanto por la mañana y cuando llego a la radio a las cuatro y media lo hago. El de mañana, por ejemplo, lo tengo muy claro. Tengo cosas escritas, voy apuntando cosas porque luego se me va de la cabeza. El de mañana es sobre Casado, claro. Hay otra y es yo no tengo criterio sobre todo.

P. Me encanta que reconozcas esto. Muchos periodistas, sobre todo hombres, no lo dirían.

R. Claro. A veces pasa algo durante la madrugada y cuando llego por la mañana digo es que no sé qué pienso sobre esto exactamente. No sé qué pienso y tengo que leer, tengo que escuchar a gente que sí que sabe, entonces, cuando hago todo esto ya me puedo formar un criterio. Pero yo no tengo criterio sobre todo. A veces le pregunto a mi compañero Sastre, de esto qué pensamos (risas), es bueno o es malo, de qué lado estamos en esto. Si lo tengo claro, es más fácil.

Yo no tengo criterio sobre todo. A veces le pregunto a mi compañero Sastre, de esto qué pensamos (risas)

P. Sé que pasas muchas horas en la radio, ¿te da la vida para mucho más?

R. Mira, pues la vida me ha dado para... sí, sí, sí me da la vida. Sí buscó los huecos. Y además, sabes qué pasa, que a mí mi trabajo me llena muchísimo. O sea, yo soy muy feliz trabajando, muy feliz y yo nunca imaginé que llegaría donde he llegado, que haría lo que estoy haciendo ahora. El día que me apunté en la universidad fui a hacer la preinscripción en la carrera de Periodismo y nunca imaginé esto. A mí me llena muchísimo lo que hago. He sacrificado muchas partes de mi vida personal y soy consciente de ello, me he perdido muchas etapas del crecimiento de mi hija, etcétera, etcétera, pero yo he sido muy feliz y yo creo que sí yo he sido feliz al final todo mi entorno ha sido feliz también. No tengo en eso mala conciencia.

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