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Samuel de los Santos Gener, 5: flores para la caridad

Encargada del patio de Samuel de los Santos Gener, 5 | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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El patio del número 5 de la calle Samuel de los Santos Gener es el patio solidario de este concurso 2018. Y es que lo presenta a la competición Cáritas del Sagrario de la Catedral, que tiene en él su sede social después de que dejara de ser la casa de la cofradía Universitaria. Así, a ella acuden las 27 familias cordobesas que atiende esta Cáritas, cuya directora es Carmen Guisado. Aunque no pernoctan allí, hacen vida habitualmente pues acuden a por alimentos o medicamentos y compartir sus problemas y necesidades con los miembros de Cáritas que también animan a estas familias a convivir en el patio donde los invitan a veces a comer. Además, también se les paga colegio a los niños e incluso se ha llegado a sufragar el coste de un entierro para una mujer.

Carmen Guisado se muestra contenta y satisfecha de la actividad que tiene el patio que, si bien no es el más grande de tamaño, “sí lo es en cuestión humana” y el que más familias reúne. Se entra en él por un arco adintelado de ladrillo visto que da al zaguán, se pasa un pasillo al aire libre con fuente y al fondo a la derecha aparece el patio principal, el cual presenta en tres de sus lados pórticos sobre columnas con capiteles toscanos y arcos de medio punto de ladrillo visto, y en la planta superior galerías cubiertas. Todo ha sido arreglado por Cáritas, que también ha comprado plantas, las macetas en La Rambla y las flores en Fuente Palmera, a las que se han unido las que muchos miembros de Cáritas y amigos han aportado de sus casas. “Este año nos empeñamos en continuar con el patio porque era una lástima que la sociedad cordobesa no viera lo que aquí hay”, dice Carmen Guisado, que presume de los muchos premios que desde los años setenta ha logrado el recinto, originario del siglo XVIII.

“Cuando atendemos aquí a las familias a veces nos dan alegrías pero la mayoría de las veces vienen a contarnos penas. Pero si las recibes en un entorno agradable las penas las llevarán mejor, entonces por eso nos hemos liado la manta a la cabeza y nos hemos embarcado en este lío”, relata la máxima responsable de Cáritas Sagrario, que cuenta con 17 voluntarios como ella para atender el patio durante este concurso y que son quienes lo han adecentado pues “hace un mes aquí no había nada, las paredes estaban desconchadas, con humedad, y hemos trabajado duro para darle otra cara”, explica Carmen Guisado.

¿Y por qué se hace eso? “Pues porque somos cristianos y consideramos que la propia naturaleza y la vida nos ha dado mucho y el estar rodeados de personas con necesidades nos hace ver lo afortunados que somos y tenemos que devolverlo”, explica esta mujer cuyo lema es: “Si no estamos para hacer el bien y ayudarnos, ¿para qué estamos?”. Además, cree que es mejor recibir a las familias en un entorno favorable porque se dignifican. Familias cordobesas que hace unos años tenían sus empleos y hoy no tienen nada y que aunque suelen ser del entorno de la Catedral, también provienen del Campo de la Verdad, Sector Sur, Guadalquivir, Palmeras o Ciudad Jardín.

Para ellas será lo que el patio ha obtenido de subvención por presentarse y si hay premio, también. Además, Cáritas Sagrario ha concursado con una Cruz de Mayo y lo recaudado en la barra y el dinero de la subvención es igualmente para las familias que atiende pues “no nos hemos metido en este laberinto para uso personal ya que aquí nadie cobra nada por su labor”, cuenta Carmen, que espera que este patio tenga  algún premio y que los visitantes y el jurado los miren con cariño porque el esfuerzo que han hecho para presentar el patio ha sido ímprobo.

Por el fin que tiene el patio, en el que se pueden ver muebles antiguos y lienzos de principios de 1900, Carmen asegura que “es muy importante que la gente nos visite, sería de agradecer”. Además, allí hay una hucha de barro en la que quien lo desee puede dejar donativos que tendrán un destino más que bueno para los necesitados. Todo será por caridad, como el esfuerzo de los voluntarios que han hecho posible que este patio con unas 500 macetas -entre las que hay una higuera, camelias, magnolio, pinsapo, yuca y olivos enanos, además de limoneros, gitanillas y naranjos- este año sea una realidad y contribuya a que continúen importantes recintos en la modalidad de Arquitectura Antigua del concurso.

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