Auténtico festival de otoño: lluvias persistentes y máximas por debajo de los 20 grados para el puente de los Santos

Al fin llegó el cambio. Al infraqueable muro anticiclónico de las Azores se le ha abierto una grieta. En su flanco norte, la presión de una extensa y profunda borrasca Atlántica centrada al sur de Islandia, ha conseguido romper el monopolio anticiclónico. Dicha borrasca, aunque sólo llegará a afectar a la Península Ibérica parcialmente en un primer momento, sí que servirá para arrastrar hasta la vertical peninsular un incesante caudal húmedo de origen subtropical.

La borrasca islandesa servirá de eje de tracción para encarrilar hasta nuestro territorio una sucesión de bajas y ondas secundarias que son las que empezarán a rellenar embalses y pantanos justo en el mismo momento en que se firme el decreto de sequía para la cuenca del Guadalquivir. Las lluvias, que comenzarán durante la tarde del viernes, tendrán durante todo el puente de los Santos su punto álgido. Aunque podrán prolongarse más allá del 1 de noviembre, las precipitaciones dejarán sus mayores acumulados entre las jornadas del sábado al lunes.

A falta aún de que los grandes modelos de predicción acuerden cantidades e intensidades, lo que sí parece asegurado es que desde el viernes 29 de octubre la lluvia se muestre de manera persistente en toda la provincia. El marcado flujo de poniente arrastrará hasta la atmósfera del sur de la Península un importante caudal húmedo de largo recorrido marítimo. Las lluvias serán especialmente intensas durante la jornada del sábado 30, cuando podrán registrarse acumulados superiores a los 20 litros por metro cuadrado en menos de 12 horas.

La lluvia seguirá durante el domingo 31, cerrando un mes de octubre que podría terminar en la media de precipitaciones históricas gracias al carrusel de lluvias del fin de semana. Lluvias que seguirán durante los primeros días de la próxima semana y que irán acompañadas además de un muy notable descenso de temperaturas. La llegada del primer sistema frontal durante la tarde del viernes será de carácter frío, arrastrando tras de sí aire frío en altura, que unido al aumento de nubosidad y la persistencia de la lluvia, provocarán un descenso en las máximas próximo a los 10 grados.

Las máximas caerán durante la tarde del viernes por debajo de los 20 grados en toda la provincia, algo que en el caso de la capital no ocurría desde el lejano 25 de abril. Aunque a partir del sábado comiencen a recuperar terreno el termómetro quedará estabilizado en el rango de los 21 a 23 grados. El frío diurno no tendrá reflejo en el nocturno, que por efecto de la lluvia y la nubosidad amortiguará el descenso térmico para dejar mínimas en la mayor parte de la provincia que rondarán los 12 a 15 grados durante el fin de semana.

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