Sanz: "Los cordobeses son los que van a tirar del carro"
El entrenador del Yosiquesé Cordobasket valora a un grupo de jugadores “que están donde han querido estar” y apunta hacia el futuro: “Este proyecto no nace para quedarse aquí”
Si le cuentan hace justamente un año que el baloncesto cordobés iba a experimentar un terremoto como el de este verano, seguramente se hubiera reído con ganas. A Rafael Sanz Armada (Córdoba, 1976) se le ve cansado, pero le brillan los ojos cuando habla de su nuevo desafío. Ha estado situado en el eje de un episodio sin precedentes en el deporte local: el club que durante los últimos tiempos representó al baloncesto en una máxima categoría (la EBA, cuarta nacional) se despeñó por un descenso administrativo y su plaza fue ocupada por una entidad de nuevo cuño. Que Sanz, todo su cuerpo técnico y el bloque de jugadores cordobeses que llevaron al Bball a un histórico Top 16 vistan ahora el verde del Cordobasket ha sido un brutal golpe de timón. “A mí me da igual lo que me digan, no soy de escudos ni de banderas: lo que a mí me importa son las personas”, dice el hombre que se situó, desde el principio de esta impactante operación, en el centro de la escena. Este sábado, ante el Real Betis Energía Plus, comienza el baile para el Yosiquesé en el Palacio Vista Alegre.
PREGUNTA. Segundo año en Córdoba y en la EBA. Con otro club pero la misma base de jugadores. ¿Qué sensación tienes?
RESPUESTA. La primera sensación que tengo es que no hay evolución sin conflicto. Eso es así. Si no estaríamos todavía en el feudalismo. Hay que entender que cuando a mí me llamó Ángel Lopera, yo entendí que era una idea que se acercaba más a mi filosofía, a mi manera de ver la vida y el deporte. Entonces le escuché porque me agradó. El Cordobasket es un club que tiene una base bastante potente, que va de la mano de una empresa como Yosiquesé que fomenta una serie de valores que para mí son muy importantes, como la igualdad de oportunidades... Me sonaba bien. Nos reunimos y entendí que el baloncesto cordobés podría crecer a través de Cordobasket, de Yosiquesé, de Blas García, de Ángel Lopera... Yo hay una cosa que tengo clara. Para mí lo importante son las personas, no las banderas ni los escudos. Desde que salí del Colegio Salesianos, la verdad es que para mí se rompió un poco el tener un nexo familiar con un club. Yo allí toqué el cielo de la ilusión, la amistad, el compañerismo... Y después, muy joven, me dediqué a ser entrenador de baloncesto profesional. Desde ese momento opté por darle importancia a las personas y no a las banderas. Este del Cordobasket es un proyecto de entrenadores metidos a gestores y no al revés, que es lo peligroso, cuando los gestores se meten a entrenadores. Me pareció un proyecto con fundamento y llegamos a un entendimiento. Y aquí estamos. De momento es una aventura con muchas dificultades, pero es un proyecto que vale la pena.
P. ¿Cómo has llevado el intenso y tumultuoso verano de cambios? ¿Te ha causado mucho desgaste personal?
R. Pues sí. Eso es evidente. Y mira que yo intenté ser muy explícito especialmente con la gente de cantera del CB Europa. Yo hablé con su coordinador, al que le expliqué que había cosas que no me convencían y que la posibilidad de que yo no estuviera en ese club era real. Pero, bueno. A veces, cuando uno toma decisiones hay gente a la que no le parece bien. Yo era totalmente libre de tomar la decisión que considerara. Y libre no sólo contractualmente sino también moralmente. Porque yo di todo, igual que lo voy a hacer en este club y igual que lo hice en todos los sitios en los que he trabajado anteriormente. Yo trabajo en un lugar como si fuera a estar toda la vida, aunque luego esté dos o tres años o los que sean. Ésa es mi filosofía. Yo voy a darlo todo al cien por cien desde el primer día hasta el último. Y tomaré decisiones como si fuera a estar cincuenta años. No tengo ningún remordimiento moral, porque creo que las cosas fueron muy claras, y entiendo que el baloncesto de Córdoba tiene más vía de crecimiento desde este ángulo que desde el anterior. Desde ahí, por feeling personal, por cercanía mental, ideológica si quieres... por muchas razones me sentía más cómodo moralmente en esta idea y en este proyecto. Sin desmerecer para nada el año que estuve en el otro. Creo que desde aquí se puede crecer y en el otro lado no veía ese crecimiento.
P. Los jugadores del Bball te siguieron en el camino hacia Cordobasket. Eso ha sido clave en este proceso sin precedentes en el deporte local.
R. Los jugadores están donde quieren estar. Nadie tenía contrato, nadie ha roto nada. Los jugadores de Córdoba jugaban por la cara. Los jugadores de Córdoba han sido despreciados. Los jóvenes, ¿eh? No los veteranos. A los veteranos siempre se les ha buscado una remuneración y que entrenen menos. Yo rompí con esa filosofía el año pasado. A diferencia de otros, yo sí creo en el café para todos, en la igualdad de oportunidades... Los galones no te los da el carné de identidad, sino lo que haces en la cancha. Este grupo de jugadores rompió una dinámica de lustros en Córdoba, una dinámica que tenía que ver con entrenar poco, hablar mucho, medrar bastante... Estos jugadores, desde el anonimato, desde el trabajo diario y el sacrificio, se han reivindicado y han puesto a Córdoba en el primer plano nacional en la categoría de Liga EBA. Entonces, estos jugadores han tenido la oportunidad de venirse y han decidido venirse. Libremente. Cada uno puede jugar donde quiera. El único jugador que no quiso venirse fue Luis Rodríguez. Tuvo una propuesta para hacerlo y dijo que no. El resto sí se vino con nosotros. Si alguno mañana se quisiera ir tiene las puertas abiertas. Aquí el que ha venido lo ha hecho libremente y el que se quiera ir lo hará igual. Pero hay dos cosas que saben que con nosotros van a tener seguro: exigencia y respeto a su trabajo y su esfuerzo. Ellos han elegido venirse.
P. ¿Qué expectativas deportivas tienen en el Yosiquesé?
R. La idea es clara: salvar la categoría y que los jugadores vayan creciendo.
P. ¿Salvar la categoría entrando en el grupo de ascenso?
R. Bueno, eso ahora mismo es un sueño. Hay que tener cuidado porque hay que entender que queremos dar dos o tres pasos adelante en protagonismo para los jugadores de Córdoba. No podemos obviar que el peso en el equipo del año pasado lo tenían Medina, Matt y Cheick. Es evidente. A esa fiesta se sumaron muchos jugadores. Arturo López, por ejemplo, que era un jugador despreciado y que el año pasado para mí fue el mejor escolta de la competición en el Grupo D sin lugar a dudas. También un alero como Adolfo Vega, al que a mí se me indicó que ni siquiera le llamara para la pretemporada del año pasado... Hubo jugadores que se subieron al carro del que tiraban otros que eran de una categoría por delante. Matt, Cheick y Medina eran de LEB Plata en un equipo que al principio era más de Primera Nacional que de EBA. Ahora esos jugadores de Córdoba ya se han ganado ser de EBA. Ahora ellos son los que van a tener que tirar del carro sin esas, digamos, estrellas. Ángel Vázquez y Rod cumplen un papel distinto, de buenos jugadores pero sin ser determinantes. ¿Por qué hemos querido hacer esto? Pues porque queremos que los jugadores de Córdoba cojan responsabilidades y no se conviertan en unos meros agitadores de toallas. Queremos que jueguen con la presión de tener que demostrar cada minuto. Ellos tienen el objetivo de salvar la categoría con ellos llevando el peso. Queremos ver de qué madera están hechos. Para ver si podemos crecer con este proyecto. Porque esto no nace para quedarse en EBA. Este proyecto tiene que crecer y queremos ver qué jugadores están capacitados para hacerlo.
P. El estilo de juego será similar al del curso pasado...
R. El estilo lo marcan los jugadores. Tenemos jugadores rápidos, agresivos, que se sienten a gusto a campo abierto. Y luego hay otra cosa importante: jugamos para el público. Muchas veces los entrenadores nos creemos que juegan solo para nosotros y nuestro ordenador, pero también hay una afición detrás y una gente que viene al pabellón a ver un espectáculo deportivo. A la gente le gusta la velocidad, el riesgo, la osadía... Nuestro compromiso con la gente tiene que estar ahí. El año pasado ya vibraron y espero que esta temporada sea igual o mejor en ese aspecto.
P. ¿Esperas el respaldo del público?
R. Yo estoy convencido de que en todo partimos de una base superior a la del año pasado. El año pasado partíamos de un nivel baloncestístico más cercano a la Primera Nacional que la EBA y ahora salimos con un nivel de jugadores de EBA, no inferior para nada. Le podemos jugar de tú a tú a cualquiera en esta categoría. Y en cuanto al público, el año pasado iban 125 personas en las primeras jornadas y terminamos con más de mil. Yo creo que este año nuestra base de inicio es infinitamente mayor. Sinceramente, creo que a la gente de Córdoba le va sonando que hay jugadores de Córdoba que funcionan, que hay un equipo que está ahí y funciona, que cada dos semanas en Vista Alegre hay un proyecto joven, limpio, sano, que tiene algo que ofrecer. La respuesta creo que va a ser buena porque aquí hay gente que merece la pena.
P. ¿Sientes esa expectativa, e incluso cierto morbo, por ver lo que este equipo es capaz de hacer?
R. Bueno... Hay una cosa irremediable. Hay gente que irá a Vista Alegre a ver si perdemos, ¿sabes lo que te digo? Pero no nos engañemos. El Cordobasket tiene una masa social importante que evidentemente se siente identificada con el proyecto y la idea. La energía positiva que vamos a tener en casa será muy grande, porque la ilusión que tenemos todos también lo es. Cuando la pelota vuele el sábado en Vista Alegre se disparará la ilusión de mucha gente que hay detrás de esto, gente como Ángel Lopera, Miguel Ángel Luque, Simón Calvo... Son gente que ha vivido una época de baloncesto bueno en Córdoba y que ahora se ven construyendo algo importante en su deporte, de la mano de Blas García, que es fundamental en todo este proyecto con Yosiquesé. Ellos van a transmitir su ilusión al resto, eso es seguro.
P. ¿Cuáles son tus planes? ¿Te ves como un pilar del futuro de este proyecto en Córdoba?
R. Yo me veo cansado y desgastado, sinceramente. A mí me da igual lo que digan. Eso no me preocupa y además a mí me va la marcha. Tú lo sabes porque me conoces desde chiquito. No me preocupa, de verdad. Lo que sí tengo es un gran desgaste físico y mental porque este proyecto me ocupa demasiado tiempo en cosas que no tienen que ver con lo puramente baloncestístico. Ahí pierdo potencial. Necesito más tiempo para crear, para estudiar, para pensar, inventar... Eso es lo que me preocupa. Yo no soy ningún iluminado. Hay gente que con mucho cariño hacia mí habla de milagros y tal. Yo sólo soy un estudioso y un currante de esto desde que era muy pequeño. Yo necesito tiempo para analizar, reflexionar... Eso es lo que más echo de menos y me tiene preocupado. Yo no puedo perder parte de mi creatividad y mi potencial como entrenador y este proyecto me está absorbiendo mucho. Mi compromiso es muy grande y el club me demanda muchas horas. Yo soy un entrenador profesional de baloncesto y como tal estaré donde crea que puedo desarrollarme mejor. Pero hay una cosa que no puedo obviar. Cuando esta historia empezó en verano yo sentí sensaciones que no sentía en Córdoba desde hace casi veinte años, eso te lo digo honestamente. Sentí esa ilusión, las ganas, el romanticismo... No me gustan las huidas hacia adelante ni me gusta estar para que no estén otros. No me gusta c0nstruir para destruir a otros. Quiero construir para que los chavales que se están formando vean otra cosa, que no se negocia con las horas de entrenar, que no se negocia con el esfuerzo. Eso es lo que yo quiero. Que haya una cultura deportiva mayor, un nivel más alto. Yo quiero empujar ese carro sin quemarme en pachanguerismos, en vulgaridades y en mediocridades. Y que tampoco me quemen. Mi ilusión es máxima. La unión que yo quiero es que estemos cada uno en nuestro sitio.
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