Ahí queda eso: Cabello deja huella en Apeldoorn

Pasarán muchos años hasta que nazca otro igual. Quizá no suceda nunca. Alfonso Cabello ha añadido un episodio más a su historia de superación personal con otra hazaña deportiva al más alto nivel en el Mundial de Apeldoorn. No se fue sin el oro que buscaba. Lo conquistó en la especialidad que domina de modo absoluto: el kilómetro contrarreloj. Este domingo se despidió con una participación en la prueba de velocidad por equipos junto a sus compañeros Edu Santas y Amador Granados. Quedaron quintos.

Fue un adiós discreto a un campeonato que resultó formidable para la selección nacional, que se marchó con una cosecha de seis medallas: dos oros y un bronce de Ricardo Ten, el oro de Cabello y dos platas de Eduardo Santas. El rambleño ha puesto en Apeldoorn la firma a una obra cumbre. Era el principal favorito para conseguir la victoria en su prueba fetiche: el kilómetro contrarreloj. De hecho, no hay nadie como él en el mundo desde hace un puñado de años. En el velódromo holandés, el pistard cordobés mostró su poder superando con notoria claridad a sus perseguidores y añadió el quinto título a su palmarés dentro de la categoría C5. Lo hizo, además, con una formidable marca de 1:04.414. Segundo fue el británico Blaine Hunt, con 1:06.406, completando el podio el estadounidense Christopher Murphy, el único que sabe lo que es ganar un Mundial en la distancia, aunque fuera aprovechando la ausencia por lesión del rambleño en Los Ángeles 2017.

Lo de Cabello está en un nivel superior. En Apeldoorn ya logró el título mundial en 2015, revalidando el que un año antes había conquistado en Aguascalientes (México). Allí estableció un tiempo estratosférico de 1:01. 683, que sigue siendo desde entonces la plusmarca mundial. En 2016 volvió a colgarse otro oro en Montichiari (Italia), y tras el paréntesis de Los Ángeles, retomó la posición de número uno mundial en Río de Janeiro (2018).

El pentacampeón mundial está demostrando un extraordinario momento de forma en esta temporada de 2019. El cordobés llegó a Apeldoorn después de haber conseguido un nuevo título de campeón de España en Galapagar, el octavo de una exitosa carrera que aún aguarda nuevas gestas.