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Lucha sin premio de CBM y ARS

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Redacción Cordópolis

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La decimotercera jornada en la División de Honor Plata ha dejado un balance netamente negativo para los representantes cordobeses. No pudo sacar nada positivo el Cajasur CBM en su visita a la pista del segundo clasificado. El Villa de Aranda derrotó a los granates por 30-25 tras ir dominando a lo largo y ancho del partido, llegando al descanso con cuatro goles de renta. Los de Escribano lo intentaron, pusieron voluntad y dejaron buenas sensaciones, pero no les dio para llegar a poner en aprietos mayores a una escuadra burgalesa que está lanzada en las últimas jornadas.

Primeros diez minutos de primera parte muy extraños, ya que el Villa de Aranda pareció salir como una apisonadora a la pista, y su ímpetu, unido a algo de desconcentración granate, le puso pronto en ventaja con un 4-1 de partida. Lo que quizá no entraba en el guion arandino era la reacción cordobesa, con cuatro tantos consecutivos que le pusieron por delante. Alberto Suárez tenía un cabreo monumental y solicitó ya su primer tiempo en el minuto ocho.

La verdad es que no se veía nada incómodo al cuadro de Escribano sobre la pista, con Nazario canalizando el ataque. Pero llegó una fase de desconcierto granate y en ese momento Aranda no perdonó. El Cajasur se atascó en el séptimo tanto y la escuadra burgalesa olió sangre para distanciarse nuevamente (11-7) en el minuto 18, teniendo que parar el juego Escribano con un tiempo muerto.

El 6-0 defensivo arandino se atragantaba a la ofensiva cordobesa, que no conseguía superar el muro rival, y eso imposibilitaba reducir la renta. Lo mejor era que Aranda tampoco estaba muy entonado, y el partido no se terminaba de romper. Kiko Padilla entró en pista a siete para el descanso debutando con los cajistas, pero tampoco pudo contribuir a estabilizar algo una desventaja que fluctuaba entre los tres y cuatro goles, llegándose al descanso con victoria local por 15-11.

La segunda mitad se inició con una tónica similar al del final del primer acto. El intercambio de goles en ambas áreas no favorecía a un cuadro de Escribano que seguía estrellándose contra la aplicada defensa local. Los balones a Filipe Martins fueron la mejor opción para concretar la ofensiva, aunque la desventaja no se reducía y no había atisbo de poder puntuar.

Todo porque, a pesar de la aceptable defensa granate, en las filas burgalesas el brasileño Matheus y el pivote Javi García se las apañaban para mantener al Cajasur a raya, especialmente el fornido jugador de la cantera de Ademar, que sacaba mucho petróleo en sus acciones desde los seis metros.

Sin opciones de meterse en el duelo, los minutos pasaron para los granates con un quiero y no puedo ante una afición local que nunca vio peligrar la victoria de los suyos, porque el Cajasur nunca logró bajar la desventaja de los cuatro goles, incluso intentándolo a la desesperada con una defensa muy abierta. Al final, 30-25 en la pista del segundo clasificado, pero quizás con mejores sensaciones que las dejadas en otros partidos, como pudo ser el de Zamora.

El ARS tropieza como local (24-30)

Un tímido rayo de luz se pasó la pasada jornada sobre un ARS Palma del Río que está atravesando un momento muy complicado en la categoría de plata. Sin embargo, esa alegría no ha podido prolongarse en el tiempo y ante su público, ya que el cuadro cuco ha cedido contra el Balonmano Alcobendas, uno de los clubes más potentes de la división. Y eso que los cordobeses arrancaron mejor el encuentro. El ímpetu local se notó de inicio. El triunfo había dado alas y la afición estaba dispuesta a aumentar la racha. Así transcurrió un primer acto en el que las ventajas casi siempre fuero de los palmeños (7-5, minuto 15), liderados por Diego Cristian Reyes (8 goles) y Ángel Povedano (6). No obstante, poco a poco los madrileños fueron ganando terreno, hasta el punto que consiguieron voltear el electrónico camino de vestuarios (12-13).

Esa mínima diferencia hizo mucha mella a nivel psicológico en los cordobeses, y la inercia del partido cambió radicalmente. El tiempo de asueto no sentó nada bien a los de Víctor Montesinos, que sufrieron un parcial en contra de 5-8, el cual dejó más que encarrilado el duelo para los visitantes. Así, el desenlace no tuvo mayor emoción que el intercambio de goles, para cerrar la contienda con el definitivo 24-30.

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