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Un club histórico del fútbol sala nacional que volvió a tocar fondo y que, ahora, renace de sus cenizas. El Deportivo Córdoba FS es uno de los equipos mas emblemáticos de la ciudad, así como uno de los más laureados. Fundado en 1984, el combinado cajista fue ascendiendo categorías hasta que, en la temporada 2004-05, el equipo cordobés llegó a la élite del fútbol sala femenino nacional. Eran los años de gloria. En la 2008-09, se proclamaron como campeonas de División de Honor Nacional, convirtiéndose en el único equipo de Córdoba que ha logrado el título de liga en la máxima categoría de cualquier deporte. Sin embargo, el declive comenzó en la 2012-13 cuando, a raíz de diversos problemas económicos, el club descendió hasta Primera Andaluza.

Ahora, más de una década después, el Deportivo Córdoba vuelve a estar en esta misma categoría, en el tercer escalón nacional, en Primera Andaluza. Tras varios años en Segunda División buscando un nuevo ascenso a la primera categoría femenina del fútbol sala nacional, las cajistas cayeron con estrépito la pasada temporada al finalizar en duodécima plaza, a doce puntos de la salvación. Sin embargo, la resiliencia del club se marca en momentos como este y, en las peores circunstancias posibles, siempre, el Deportivo Córdoba ha logrado resurgir y volver a ser uno de los clubes emblema de la ciudad de Córdoba.

Mari Sierra Hinojosa (Cabra, 1995) estuvo en aquél Deportivo Córdoba de la temporada 2012-13 que compitió en Primera Andaluza. Once años después, la egabrense ha vuelto al club cajista, pero en un cargo histórico para ella. Hinojosa es la primera entrenadora de la historia del Deportivo Córdoba. Asumió el cargo el pasado verano, tras el descenso del club al tercer escalón nacional. Ahora, la entrenadora egabrense busca un nuevo ascenso para el equipo cajista en una complicada categoría marcada, hasta el momento, por el pleno de victorias del líder, el Playas de Málaga. El Deportivo Córdoba, por su parte, se ubica en segunda posición, once puntos por detrás, pero con la esperanza de que el descenso del Torcal les brinde una oportunidad de volver a la plata.

Unos inicios entre el fútbol sala y el fútbol convencional

Mari Sierra comenzó como una chica cualquiera a la que le apasiona el fútbol sala: “jugando en el parque con los niños”. Según ella, así comenzaría su historia con el deporte. Con apenas trece o catorce años, el equipo de su pueblo, Cabra, pondría sus ojos en ella. Comenzaría a una edad tardía, pero eso sí, ya federada y con la ambición del que más quiere. Los nervios, como es normal, es la emoción que más recuerda de aquellos primeros partidos. La granda, la gente, la tensión del partido. Ese tipo de recuerdos que nunca se olvidan en la vida de un deportista aún siguen muy vigentes en ella.

Poco después, con unos dieciséis años, Mari Sierra Hinojosa entraría en la espiral del Deportivo Córdoba aprovechando el “inesperado” descenso del club por problemas económicos hasta Primera Andaluza. Esa reconversión de la entidad cajista le abriría una puerta a las más jóvenes, entre las que se encontraba ella. Es por ello que, en cierto modo, se sintió “contenta” por ello, ya que “el club que estaba en Primera División contó conmigo en Andaluza para el nuevo proyecto”. El peso de la historia del equipo seguía ahí, por lo que Hinojosa recuerda aquella etapa con “mucha presión, muchas cosas encima”, además de que “exigía mucho” a las jugadoras por ello, pero aún así, rememora que lo vivió “con mucha ilusión”.

Sin embargo, su etapa en el fútbol sala acabaría pocos años después, con su salida del Deportivo Córdoba. Este fin daría comienzo a un nuevo periodo en su vida, centrado en el fútbol, y enrolado en el Atlético Menciano. “He podido probar el fútbol durante tres o cuatro años, y ya luego me volví al fútbol sala, también en Doña Mencía”, relata Hinojosa en su entrevista a CORDÓPOLIS. Como es lógico, las diferencias entre fútbol convencional y fútbol sala son evidentes, “comenzando por el propio terreno de juego o el balón”, tal y como relata la egabrense. Aún así, también destaca que se “manejaba, más o menos, bien también en el fútbol”, tras lo cual se le escapa una tímida risa.

Del hobbie al Deportivo Córdoba

Ya fuese en fútbol o fútbol sala, lo cierto es que a Mari Sierra Hinojosa también le gustaba mucho el mundo de los entrenadores. Aún así, en su escala de preferencias, el fútbol sala está por encima ya que lo ve “más táctico, más bonito y donde pasan más cosas”. Así, con esta pasión en vena, fue sacándose los niveles de entrenadora hasta que comenzó, poco tiempo después, entrenando a uno de los cadetes femeninos del Encinas Reales, durante apenas un mes, dirigiendo entrenamientos. Le saldría entonces la oportunidad de dirigir al equipo de su pueblo, Cabra, comandando el sénior masculino durante cuatro años. Sería la principal impulsora del proyecto del CD Cabra FS, que nacería de las cenizas del Vital Cabra.

Aún a día de hoy, aunque parezca extraño, es difícil ver a entrenadoras comandando a equipos masculinos. Por suerte, cada vez es más común, y se sigue trabajando en ello, pero aún queda mucho camino por recorrer. La propia Mari Sierra reconoce que la primera vez que ejerció como entrenadora “iba con susto porque era la primera vez, me federaba y era para llevar a un equipo sénior masculino, pero lo lleve bien. Ellos, en todo momento, me trataron súper bien. Éramos y somos un equipo muy bueno”.

Aún así, reconoce que se vería en esta espiral sin comerlo ni beberlo. Para ella, el ser entrenadora era “más como un hobbie, porque me gustaba”. Así, tras cuatro años al frente del CD Cabra FS, cuando se disponía a tomarse un año de descanso del mundo del deporte, llegaría la llamada del Deportivo Córdoba. Una oportunidad única, de entrenar uno club histórico, de nuevo, en horas bajas. Un nuevo descenso a Primera Andaluza le abriría de nuevo las puertas del club a Hinojosa. Reconoce que cuando llegó, iba con “un poco de susto, porque no sabía qué me iba a encontrar”. Pese a ello, reconoce que “las niñas son todas muy buenas, y el grupo trabaja muy bien”.

El valor de veteranas como Inma Sojo

Mari Sierra Hinojosa se define a sí misma como una entrenadora a la que le gusta “llevar bien el grupo, ser amiga” de las jugadoras, aunque eso no quite que, obviamente, espere que “dentro de la pista, me hagan caso”. Sin embargo, considera que “fuera de la pista”, es “una compañera más”. Y precisamente ahí radica una de las motivaciones que la llevaron hasta el Deportivo Córdoba. “De chiquitilla, yo veía al Deportivo Córdoba en Primera División, con referentes como Sarita, Ampi o Inma Sojo, que justo saltó al primer equipo esa temporada. Me gustaba mucho, así que también vine porque me motivaba mucho el entrenar a una jugadora como Inma Sojo”, reconoce.

Así, se vio entrenando a una de las jugadoras que admiraba en su niñez. “Es muy buena compañera, una capitana excelente y buenísima persona”, explica sobre Sojo, reconociendo que a ella le gusta “mucho trabajar con Inma porque te da mucha paciencia en el juego, mucha calma y tranquilidad. Siempre tienes un comodín ahí con ella”, explica sobre la capitana del Deportivo Córdoba.

La primera entrenadora de la historia del Deportivo Córdoba

Así, la entrevista llega al punto en el que se explica que Mari Sierra Hinojosa es la primera entrenadora del club en sus cuarenta años de existencia. Grandes referentes como Juanma Cubero han ocupado el puesto que se le otorga ahora a ella. “No está mal, ¿no?”, afirma mientras rie al comentarle el hito. “La verdad es que no me he hecho esa pregunta nunca. Llegué y ni me lo plantee”, reconoce Hinojosa, que, a la vez, espera que “cuando yo me vaya, pasen más entrenadoras por aquí”.

También explica poco después las diferencias que ha observado entre aquél Deportivo Córdoba recién descendido del que formó parte hace ya más de diez años, y el de hora. “En aquél momento, cuando descendió, no había categorías base y, si no se tiene una base, es difícil seguir en Primera. Eso es lo que le pasó al equipo en ese momento. Al fin y al cabo, si hubiese tenido unas bases, lo mismo no habría descendido”, se lamenta la entrenadora egabrense. Sin embargo, el trabajo del club en este sentido ha sido amplio, y, Hinojosa también reconoce y pone en valor que “poco a poco se ha ido trabajando en ello, y lo bueno es que han salido muchas niñas de la cantera”.

“Tenemos que intentar mantener la segunda plaza por lo que pueda pasar”

Así, centrando la entrevista en este tramo final en la actualidad, el Deportivo Córdoba se encuentra actualmente en segunda posición, con 28 puntos, de la División de Honor femenina andaluza de futsal. Muy por delante lidera un Playas de Málaga que, hasta el momento, no ha fallado ni un solo partido: trece victorias en trece partidos que le otorgan una puntuación de 39 puntos, once más que las cajistas. Y, además, cabe recordar que el ascenso solo lo logra el primer clasificado, por lo que la situación es complicada para las de Mari Sierra Hinojosa.

Sin embargo, aún cabe una posibilidad, más allá de recortar esos once puntos que les distancian actualmente del liderato. El Playas de Málaga es el equipo filial del Nueces de Ronda Atlético Torcal que, actualmente, se encuentra ubicado en decimotercera posición de Primera División, una por encima del descenso a Segunda División, y con tan solo tres puntos de margen con respecto a la zona de peligro. Un descenso del Atlético Torcal haría que el Playas de Málaga no pudiese ascender a la categoría de plata, por lo que, en caso de permanecer en esa segunda posición, el ascenso iría para el Deportivo Córdoba.

“Somos personas y fallamos, y el equipo no te puede dar tampoco todos los partidos al cien por cien”, explica Mari Sierra Hinojosa. “Contamos con eso, con que tenemos que fallar algún partido, pero también confío en que el Playas de Málaga pinche y, a ver si pudiéramos, al menos, luchar por la segunda plaza por si en tal caso se pudiese ascender”, añade. Por ello, explicando las posibilidades de ascenso, la entrenadora egabrense es consciente de que ahora mismo deben “intentar mantener la segunda plaza, porque no sabemos lo que pueda pasar”.

“Me gustaría ascender al equipo a Segunda División”

Así, en el último apartado, ya más personal, Mari Sierra se confiesa y reconoce que le “gustaría ascender al equipo” a Segunda División. “Sería una cosa muy bonita ascender al equipo en el que he estado entrenando, y regresarlo a la Segunda División”. Así, ese es el objetivo claro que se marca la egabrense. En caso de no lograrlo, espera que “sigan trabajando las niñas” y que este ascenso llegue “lo más pronto posible”. Y, de hecho, incluso alcanzando la plata, no confirma su continuidad en el club cajista. “No te puedo decir, sería cuestión de reunirnos y hablar”, apunta.

De igual manera, no sabría ubicarse dentro de diez años a sí misma. “No lo sé, la verdad. Me pillas fuera de juego. No lo sé porque me quería tomar este año más tranquilo, pero al final no, así que no lo sé, y dentro de diez años menos aún”, explica Hinojosa. Aún así, sí que tiene un deseo claro. “Ojalá, dentro de diez años, esté el Deportivo Córdoba en Primera División de nuevo. Cuando descendió, yo comencé a jugar con ellos en esta categoría, así que, bueno, sería bonito verlo de nuevo en Primera División”, reconoce. Así, tan solo el futuro dirá si esta vuelta a lo que una vez fue el Deportivo Córdoba irá de la mano de la primera entrenadora de la historia del club cajista.

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