De las Cuevas, el que siempre está
Su nombre siempre está en la faena. Ya sea en la luz o en la sombra, Miguel de la Cuevas se mantiene como un fijo en el rendimiento del Córdoba semana tras semana. De los que, en la mayoría de los casos, van con la flecha hacia arriba, como diría aquel. Indudablemente, el alicantino es uno de los activos con mayor trascedencia del cuadro blanquiverde, ya sea dentro o fuera del terreno de juego. Un plus de veteranía en el vestuario y un seguro técnico en el césped. Son 33 años y muchas batallas vividas en Primera y Segunda División. Con esa carta de presentación aterrizó en el club la pasada temporada, decidido a aportar, desde la experiencia, a una entidad herida en todos los frentes. Así, y pese a que no se pudo alcanzar el objetivo colectivo, el rendimiento del jugador estuvo por encima de lo esperado (incluso por él mismo). Una regularidad que le valió la continuidad -con satisfacción por ambas partes-, siendo uno de los pocos futbolistas que siguieron tras uno de los episodios más dolorosos de la historia reciente del club.
Ése es Miguel de las Cuevas. El que siempre está. Y ahora, más incisivo que nunca, para fortuna de la afición blanquiverde. En efecto, el centrocampista de Alicante vive ahora más pegado al área contraria que en toda su carrera. Y con una efectividad sobresaliente. La más alta en sus registros históricos. De este modo, el jugador alcanzó la pasada semana nada menos que las seis dianas convertidas, gracias a su gol desde el punto de penalti que a la postre serviría al Córdoba para sumar un punto (agridulce) ante el Villarrubia en El Arcángel. Su impacto estuvo, al igual que el de sus compañeros, lejos de su mejor nivel. Pero lo cierto es que su nombre volvió a aparecer en las estadísticas. Estuvo y lo hizo notar, aunque fuese desde la pena máxima. Así, dicha cifra le deja como el máximo goleador del equipo, aunque empatado con Owusu. No obstante, el delantero tiene los días contados en la entidad.
“Individualmente me encuentro bien, cada vez incluso mejor, estoy con la racha del gol y espero que no se vaya”, indicaba el futbolista al término del último encuentro. Eso sí, quiso matizar que “no puedo estar contento porque contábamos con tres puntos que se nos escapan en casa”. Palabras de capitán. Y precisamente ése es el galón que deberá asumir De las Cuevas en la visita del Córdoba al Real Murcia (domingo, 17:00 horas), ya que Agné no podrá contar con los servicios de Javi Flores, el otro gran exponente ofensivo de la plantilla, por cumplir ciclo de tarjetas. “Tocará llevar el brazalete, aunque yo me siento capitán sin llevarlo. Al final hay bastantes jugadores veteranos que pueden hacer de capitanes sin ser de Córdoba, porque sienten el fútbol y son muy buenos profesionales”, subrayó en la zona mixta.
Y no es casualidad, ni flor de un día, la dinámica ofensiva de De las Cuevas. Un recurso que se prolonga desde su llegada a Córdoba, y que se ha potenciado precisamente al vestir la blanquiverde. De hecho, el pasado año finalizó con nueve goles en 32 partidos, una marca que suponía el tope de su trayectoria futbolística. Y este curso va camino de superarse a sí mismo, pues, como se ha dicho, lleva seis en 19 enfrentamientos. Por tanto, el jugador acumula en las dos últimas campañas un total de 15 dianas, más de la mitad de lo que sumó en el resto de su carrera, la cual comenzó allá por la temporada 2002-03. De este modo, se contabilizan 28 goles entre sus estancias en el Hércules, Atlético de Madrid, Sporting y Osasuna, teniendo como segundo pico de efectividad su primer año en Gijón (2009-10), cuando registró un total de ocho. Ahora, ese estado de gracia en materia goleadora se prologa en una segunda juventud de blanco y verde, a lo que hay que sumar la experiencia acumulada durante tantos años.
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