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El Córdoba provoca el divorcio con la afición tras caer por la mínima

FOTO: MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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El debú del técnico argentino ante la Ponferradina concluye con las aspiraciones de play off de un Córdoba sin ideas que acaba recibiendo la bronca de su afición tras un gol de Yuri

Minuto cuarenta y seis (antes del descanso): “Jugadores, mercenarios”. Minuto ochenta y tres: “Directiva, dimisión”. Minuto ochenta y seis: “Alfredo Duro, hijo de puta”. Minuto ochenta y siete: “Iros pá Madrid”. Minuto ochenta y nueve: “Esnáider, vete ya”. Minuto noventa: “Villa, Villa, Villa, Villa maravilla”. Minuto noventa y dos: “Hasta los huevos”. Aquí podría concluir la crónica de un partido que el Córdoba ha perdido por la mínima ante un aspirante al play off, un homólogo. Pero, por respeto al lector, este sólo es el principio de un texto que marca un antes y un después en la temporada blanquiverde.

Desgraciadamente para la afición, desgraciadamente para la directiva, el partido que ha enfrentado al Córdoba y a la Ponferradina ha servido para que desde ya queden claras algunas cosas. La primera, que el divorcio entre la afición y la directiva del club parece avecinarse. La segunda, que a los jugadores les falta motivación. La tercera, que los jugadores ya no son para la grada lo que habían sido hasta la fecha. La cuarta, que el club deja de ser un aspirante al play off para convertirse en un aspirante a la permanencia, de la que no se duda, pero, si posible es alcanzar aún los puestos de promoción, también lo es pasarlas con dificultades pese a la proximidad con la zona de descanso. Y, por último, en quinto lugar, que con estos argumentos, queda todo listo para una marcha masiva de jugadores al final de temporada.

Esnáider, tal y como se apuntó durante las pocas sesiones de ensayo semanales, alineó a Gaspar en el centro de la zaga, que alternó con Armando. Con el doble pivote previsto, constituido por Alberto Aguilar y López Garai, el equipo no pudo reconocer su juego en la mayor parte de las posesiones. Las transiciones nunca adquirieron profundidad, evidenciando una falta de entendimiento claro entre ambos jugadores. Así, los de Esnáider practicaron una de las primeras mitades más flojas en lo que va de campeonato en El Arcángel concluyendo la misma con el abucheo del respetable que, tal y como se ha detallado, arrancó las críticas.

Hasta pasados los diez primeros minutos del partido, con una posesión mayoritariamente cordobesista, los de Esnáider no se aproximaron a las inmediaciones de Santamaría con algo de peligro. Tras un saque de córner en contra, el guardameta de la Deportiva despejó de puños para que los de Claudio montaran una contra con Nano a la cabeza. En el minuto trece, Acorán no llegó tras una combinación buscada por Mayor, uno de los más activos. Un minuto después, Pedro, tras un balón en largo que aprovechó merodeó portería intentando remachar un balón que salió por el fondo. Acto seguido, Nano dejó una asistencia a Acorán que dio en el palo de la meta guardada por Alberto.

En apenas cinco minutos, el partido cogió un tono vibrante, circunstancia que se diluyó con el paso del partido. Ambos conjuntos, sin estar certeros en los pases y combinando con dificultades se dieron un respiro hasta el minuto veintiséis, cuando una genialidad de Mayor, que se deshizo de Armando con un autopase orientado hacia la frontal, propición un disparo que salió por alto. Todas las ocasiones las puso el rival blanquiverde mientras los de Esnáider, sin apenas trenzar pedían a gritos el descanso. Acorán, en el borde de la media hora volvió a remata un balón sólo dentro del área que, de nuevo salió alto.

A cuatro para el intervalo, Gaspar, que llevaba sin jugar desde el pasado veintidós de diciembre, pareció decir adiós a la temporada tras evidenciar con gestos de dolor una lesión en su tobillo derecho que le obligó a pedir el cambio.

Con uno menos, Saúl, en el cuarente y tres, a punto estuvo de enganchar lo que fue la últtma ocasión de la Ponferradina en una primera parte que acabó con un centro de Fede Vico al área rival que Rennella no pudo alcanzar. Pitos y cierta bronca para los jugadores en la entrada al túnel.

En la reanudación, Saúl se adentró por la banda derecha en una buena acción que Alberto repelió enviando a córner tras un disparo. El Córdoba, con el mismo dibujo, con poco descaro y falto de creatividad concedió una nueva ocasión a Mayor, que chutó topándose con la defensa.

Un minuto después, Saúl obligó a Alberto tras un disparo que sirvió de antesala para otro llevado a cabo en la siguiente acción donde, de nuevo, pinchó con la zaga recogiendo para ceder a Acorán. Buena ocasión para los de Claudio.

De su lado, los locales apenas generaban ocasiones. Seoane, trascurrido algo más del cuarto de hora dejó un lanzamiento lejano que tuvo su réplica en un remate de Mayor tras centro de Alan que salió por encima del travesaño de Alberto.

Hubo que esperar un total de sesenta y tres minutos para que los de Esnáider, que habían incorporado a Joselu por Rennella, practicaran el primer disparo peligroso entre los tres palos. Precisamente, fue el delantero onubense, el que llevó a cabo tal acción que acabó en las manos de Santamaría, el mejor de los forasteros.

Dicho lanzamiento sirvió para activar la motivación blanquiverde, tan inexistente como ausente en los últimos encuentros. La conexión entre Pedro y Seoane mejoró de tal manera que el conjunto blanquiverde pareció enchufarse. El técnico argentino incorporó a Caballero, que sustituyó por primera  vez en todo el campeonato al vasco López Garai.

Con las armas de la creatividad más limpias, el equipo mejoró regalando un serial de minutos donde se estiró el campo y en el que Xisco pudo marcar en un fuera de juego tras recibir un balón de Pedro, que alternó banda con Fede.

A diez para el final, Santamaría metió el puño en un saque de esquina cuando ya se atisbaba el remate de Xisco en pleno punto de penalti, que dibujó el gol con un gran movimiento. Con los locales más animados, llegó el minuto de los sueños rotos. En el ochenta y tres, el delantero mallorquín del Córdoba se quedó sólo y algo escorado en la banda derecha dentro del área pequeña llegado a efectuar un disparo que topó en el muñeco.

El guardameta rival envió a córner. Dubarbier, en el rechace de la zaga rival practicó un disparo que acabó en las manos de portero, que habilitó una acción que culminó con Yuri en solitario en la línea de tres cuartos y que permitió dio paso al gol. El delantero, que había sustituido a Mayor, se deshizo de los defensores en una contra mal resuelta por la zaga. Tras un disparo por lo raso, el baló acabó entrando ajustado al palo derecho de un Alberto desesperado. Después de eso, los cánticos. Después de eso, la decepción.

El Córdoba diluye así las opciones de jugar el play off, algo que únicamente podría concretarse con un milagro. Una lástima. Se veía venir. Lo que está por llegar, también. Semanas difíciles, en lo extradeportivo, tranquilas en lo otro. A lo mejor es que tenía que ser así.

FICHA 0-1

CÓRDOBA: Alberto, Seonane, Gaspar (Kiko Olivas, minuto 43), Armando, Dubarbier, Alberto Aguilar, López Garai (Caballero, minuto 71), Pedro, Fede Vico, Rennella (Joselu, minuto 57) y Xisco.

PONFERRADINA: Santamaría, Baró, Carlos Ruiz, Samuel, Nano, Juande, Acorán (Iván Moreno, minuto 60), Isaías Eneko, Joni, Saúl (Sergio Rodríguez, minuto 79), Mayor (Yuri, minuto 68).

GOLES: 0-1, Yuri (minuto 83).

ÁRBITRO:  José Ramón Piñeiro (asturiano). Amonestó a Armando (minuto 53); Alan (minuto 56); Mayor (minuto 64); Isaías Eneko (minuto 70); Pedro (minuto 78); y Alberto García (minuto 92).

INCIDENCIAS: Jornada 34 de Liga. 8.510 espectadores. Terreno de juego en aceptables condiciones.

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