Una portería a la altura de la excelencia
Tras una temporada idílica en todos los sentidos en los que prácticamente todos y cada uno de los jugadores del Córdoba CF han rallado a un gran nivel, llega el turno de analizar el desempeño de la plantilla posición por posición. Las bajas deben de llegar para que la escuadra así siga evolucionando, adaptándose a esa nueva categoría, la Primera RFEF, en la que el conjunto califal tratará de volver a imponer su juego en busca de ocupar las posiciones altas de la tabla y luchar así por un ascenso al fútbol profesional, a la Segunda División, lugar del que nunca debería de haber caído.
Comenzando con este análisis, toca hablar, precisamente, de la única línea del equipo que Juan Gutiérrez 'Juanito', director deportivo del Córdoba, ha anunciado que no tocará: la portería. Tanto Carlos Marín como Felipe Ramos han logrado desenvolverse a un gran nivel durante toda la temporada, alternando titularidades y suplencias entre ellos en una extraña dualidad de porteros en el fútbol actual, ya que no es fácil ver como dos guardametas comparten la posición tan asiduamente. No en vano, Germán Crespo ya recordó, a mitad de temporada, que ninguno de sus dos porteros era titular indiscutible, y que tendrían que trabajar durante la semana para hacerse con un hueco en la alineación titular de cada jornada.
Con todo esto, el portero titular en la liga regular comenzó siendo el más veterano, Felipe Ramos. El guardameta madrileño empezó aglutinando una gran cantidad de minutos en sus guantes, atesorando buenas actuaciones y siendo clave en el buen inicio liguero de los blanquiverdes. Sin embargo, tras diez compromisos ligueros llegó el turno de la primera suplencia en Liga para Felipe. Sería ante el Cacereño, después de la semifinal copera ante el CD Ebro, cuando Carlos Marín debutase en liga regular, saliéndose así de su rol hasta el momento de portero en Copa, y dejándoselo a Felipe Ramos, que se encargaría de defender la portería del Córdoba CF en la final.
Sería en ese momento cuando comenzaría a darse el cambio en la titularidad de la portería. Tras la Copa RFEF, llegó el turno de la Copa del Rey ante el Sevilla FC, encuentro que tuvo a Felipe Ramos como uno de los protagonistas gracias a varias intervenciones con éxito para forzar el empate y la posterior prórroga. Su buena actuación supuso que Germán Crespo confiase en él para los siguientes dos duelos ligueros, ante Las Palmas Atlético y Panadería Pulido. En cambio y tras los mencionados encuentros, tan solo volvería a disputar dos partidos oficiales más: en la goleada al Tamaraceite, y en la visita a Panadería Pulido.
De esta manera, la tendencia de Carlos Marín fue la opuesta a la de su compañero de posición. Su lesión a comienzos de temporada le impidió pelear por un puesto en el once titular pero, conforme avanzó la campaña, sus buenas actuaciones en Copa RFEF le dieron motivos a Germán Crespo para confiar en el almeriense de cara a la competición doméstica. Una vez que se logró hacer con el puesto, el arquero se afianzó como el portero titular del Córdoba CF gracias a unas buenas actuaciones que, además, han llevado a que la dirección deportiva siga confiando en él, renovando así su contrato hasta 2024.
Por lo tanto, el reparto de minutos entre ambos arqueros ha quedado de la siguiente forma. Felipe Ramos, a sus 34 años, ha completado un total de 1440 minutos, repartidos en 16 partidos, uno de ellos en Copa RFEF y otro en Copa del Rey. Carlos Marín, por su parte, se lleva la terna habiendo disputado 2160 minutos como jugador blanquiverde, en un total de 24 partidos de los cuales, tres fueron de Copa RFEF. Pese a estos datos, las porterías imbatidas quedan muy equiparadas entre los dos guardametas, atesorando un total de catorce imbatibilidades en el caso de Felipe, por quince para Carlos Marín. Por último, en el apartado del coeficiente de goles encajados, es el madrileño quien vence en la particular contienda, atesorando tan solo una media de 0.88 goles por partido gracias a que tan solo ha encajado catorce goles, mientras que Marín, con 18 tantos encajados, promedia 0.75 goles por partido.
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