Y en mitad del desastre, Diego Domínguez
En medio de la tormenta de arena, un oasis en el que asirse. Con el vacío del abismo provocando vértigo en los atrevidos que se hallan al filo, algunos brotes verdes surgen en clave blanquiverde. Es el caso de la cantera del Córdoba, que vio cómo uno de sus pupilos debutaba con el primer equipo contra otro filial, el Cádiz B, que superó al cuadro blanquiverde en rentabilidad goleadora para llevarse los tres puntos. El protagonismo recayó en Diego Domínguez, que acumula 14 goles con el Córdoba B y que dispuso de diez minutos en la ciudad deportiva cadista para mostrar sus credenciales.
A pesar del poco tiempo de juego del que dispuso, el cambio de capitán general en el navío cordobesista podría precipitar la acumulación de más minutos en el primer plantel. Tras la salida de Pablo Alfaro y posterior nombramiento de Germán Crespo, ex técnico del filial, el delantero sevillano gozaría de más focos tras el poco margen de maniobra con el que se encontró con su salida al campo el pasado domingo en el Campo Ramón Blanco en el minuto 80. Por otro lado, con ese debut, se convirtió en el sexto jugador del segundo equipo que obtiene minutos en el primero en este curso, después de que lo hayan hecho, con más o menos continuidad, Alberto Del Moral -ahora con ficha profesional-, Luismi Redondo, Ricardo Visus, Julio Iglesias y Meléndez, completando una lista de 30 jugadores que han jugado algún minuto en este curso en el Córdoba.
Esa media docena de canteranos hace recordar al uso de las categorías inferiores para que tuvieran protagonismo en el primer equipo. Tras el descenso a Segunda División en 2015, hasta 27 jugadores con presencia activa en el filial han gozado de minutos, tanto en liga como en Copa del Rey, hasta la fecha. Si bien en la primera tras el descenso sólo debutaron Moha Traoré y Abel Moreno, la siguiente fue en la que más rédito se sacó del segundo plantel. Gracias a José Luis Oltra y Luis Carrión, los jóvenes blanquiverdes Javi Galán, Esteve, Pablo Vázquez, Víctor Mena, Quiles, Jordi Ortega y Sebas Moyano obtuvieron su oportunidad de jugar en el primer equipo, de los cuales sólo el primero ha llegado a Primera División -con el Huesca y de manera muy destacada-.
La temporada de la salvación que precedió al desastre produjo cuatro perlas cordobesistas, albergando similitudes con la anterior en el sentido de que sólo uno disfruta de minutos en la elite. Waldo Rubio, actualmente en las filas del Valladolid, sólo dispuso de 35 minutos entre dos partidos en la 2017-18, acompañando en su ascenso al primer equipo a Álvaro Aguado, Javi Soler y Borja Estepa. En la siguiente debutaron cinco futbolistas, aunque dos de ellos lo hicieron de manera testimonial en el último aliento del Córdoba en Segunda División. El más destacado fue Andrés Martín, actualmente en el Rayo Vallecano, a los que se suman los porteros Alberto González y Marcos Lavín, Antonio Moyano y Chuma. Cabe destacar que jugadores de aquella temporada como Álex Carbonell, Quezada, Erik Expósito o Manzambi tenían dorsal del filial, pero eran, de facto, jugadores de la primera plantilla.
En la campaña de regreso a Segunda División B, Iván Navarro, Fran Gómez, Vera y Llamas tuvieron minutos con Enrique Martín y Raúl Agné, aunque ninguno con cierta continuidad ni impacto activo en el primer equipo. Así, el ascenso del entrenador del Córdoba B al equipo sénior -que sucedió por última vez en la 2018-19 con Rafa Navarro- vuelve a traer a escena la duda constante de qué jugadores del segundo equipo tendrían el nivel para adaptarse a la categoría y la plantilla, si bien también es reseñable el bajo rendimiento de algunos pesos pesados del plantel. Así, el filón existe para los futbolistas más destacados del Córdoba B, que podrían aprovechar el hueco y la mano de Germán Crespo.
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