Bretones roza la cima en Italia

El judoka José Bretones participó en el Campeonato del Mundo de Judo de Veteranos en Olbia (Italia), cayendo en cuartos de final cuando aspiraba a lo más alto del podio. El cordobés, que entrena con los maestros César Pérez y Juan Cobos, viajó hasta Italia para participar nuevamente en una competición internacional. Se presentaba posiblemente como el Mundial con más nivel de los últimos celebrados, con cerca de 30 participantes solo en la categoría M3 -66 kg y un total de 1.126 atletas. Hay que tener en cuenta que participan, entre otros, antiguos campeones olímpicos o mundiales.

El sorteo encuadró al cordobés en la parte complicada de las eliminatorias. Aún con ello demostró el buen estado de forma, derrotando en primera ronda al italiano Filippo Cardia, que, a pesar de tener las gradas llenas a su favor, perdió por ippon (10 puntos, puntuación máxima que finaliza el combate) tras haber marcado previamente dos wasaris (corresponde a 5 puntos cada uno), el primero tan solo a los siete segundos. Cuando todo parecía indicar que en octavos se enfrentaría al japonés Nakayama, este cayó frente al brasileño Alexandro de Freitas, por lo que Bretones ya conocía su siguiente rival. Tras un combate duro, fue en el golden score (tiempo adicional al del combate en el que gana el primero que marque una técnica) cuando, por una falta de su rival, el español se hizo con la eliminatoria.

Llegaron los cuartos de final con un difícil compañero, el francés Lofti Khalfi -varias veces medallista en Mundiales y Europeos-, sabiendo además que en la semifinal el cruce sería con el intratable Vladimir Días, actual subcampeón del mundo, que a posteriori sería el campeón y sin duda una de las atracciones del torneo. Se presumía un duelo a vida o muerte, como así fue, en el que lamentablemente los árbitros y jueces de mesa demostraron no estar al nivel del torneo.

Empezó marcando el francés y respondiendo el español con un punto que fue anulado por mate cuando había progresión en la técnica del cordobés. Tras otro punto del francés, Bretones sorprende con una proyección a Lofti y marca, pero en la caída es inmovilizado aunque consigue escapar antes del fin del tiempo que marca un ippon. Se reanuda el combate y  vuelve a marcar el español, aunque para sorpresa de este y del público en general el marcador refleja un 4-0 para el francés, injusto e irreal por lo acontecido. Aún así, lejos de desconcentrarse, Bretones hace un último ataque faltando un segundo en el que logra puntuar, pero que posteriormente es anulado injustamente. La técnica que ejecutó estuvo cerca de ser ippon, lo que le habría permitido lograr el paso a la final asegurando la medalla de plata como mínimo. El gran combate ante el francés no fue correspondido con la atención de jueces y árbitros, debiendo al menos haber llegado al tiempo extra por empate.

Al cordobés Bretones le quedaba la pelea por el bronce, pero llegaba muy mermado por un traumatismo sufrido en cuartos en la mano que le impedía agarrar con normalidad, por lo que apenas pudo hacer nada ante el inglés Marck Taylor.

Terminó así en el torneo quedando por segundo año consecutivo entre los diez mejores del mundo, pero esta vez el sabor a medalla estuvo muy presente en la mente de la expedición española que viajó para apoyarle durante gran parte del torneo.