La bondad de los números, según los ojos con que se miren
Las sensaciones en torno al Córdoba pueden ser mejores o peores si se atiende a unas estadísticas, como el progreso lejos de casa, u otras, como la cifra de goles encajados
Sumó un punto, pero también encadenó su segunda semana sin conocer la victoria. Logró regresar a la zona de play off de ascenso al final de la jornada, aunque comenzó a ver como otros rivales quieren ya marcar diferencias. Sonrió y quizá no fue del todo feliz. La visita a Mendizorroza deparó para el Córdoba ese doble punto de vista, con lo positivo de arañar al menos un empate lejos de casa, donde el conjunto califal mejoró desde el inicio del nuevo año, y lo negativo de las sensaciones dejadas en el terreno de juego. Quizá las estadísticas podrían ofrecer la posibilidad de hallar conclusiones más claras sobre la situación de los blanquiverdes, aunque no es así en esta ocasión. Los números muestran una imagen mejor o peor del equipo que dirige Pablo Villa según la perspectiva desde la que se miren y analicen. Por ejemplo, en los últimos tres encuentros que disputó como visitante siempre obtuvo alguna recompensa en forma de puntos.
En ese sentido, sin ir más lejos, existen síntomas de que fuera de El Arcángel pueden cambiar las cosas de aquí al final del campeonato. No en vano, el Córdoba cosechó en las tres citas más recientes lejos del coliseo ribereño sólo un punto menos que en las diez anteriores. Es decir, pasó de sumar seis de 30 posibles a sacar cinco de nueve. Además, volvió a ganar en Ponferrada después de varios meses -no vencía en calidad de foráneo desde la segunda jornada liguera- y consiguió dejar su portería a cero, precisamente en tierras bercianas, tras cuatro partidos sin hacerlo cuando jugó fuera. La mejoría en ese sentido se nota, y bien podría haber ayudado a tomar impulso en la clasificación, pero no fue así, ya que se produjo el segundo tropiezo en casa de la temporada en la penúltima fecha del curso, ante el Deportivo. Ése fue el primer duelo que concluyeron los blanquiverdes sin marcar cuando jugaron como locales en lo que va de temporada. En términos generales, llevaba hasta ese momento ocho partidos sin hacer gol -la última vez, ya penúltima, que sucedió eso fue en Alcorcón-.
Pero andaba el tema en las cifras que como local tiene el Córdoba. El cuadro califal es en ese sentido el mejor de la categoría de plata, si bien el tropiezo ante el Deportivo supuso que el Sabadell le igualara en lo que a puntos se refiere –también lo hacen la Ponferradina y el Éibar, aunque estos disputaron en su campo dos y un encuentro más que los blanquiverdes respectivamente-. Otro dato para pensar en positivo es ése. Sin embargo, toca dejar en el olvido la derrota a orillas del Guadalquivir, donde el equipo de Villa perdió dos de los tres últimos partidos que disputó. Algo que ayudó a que la regularidad no terminara de ser la deseada y que imposibilita una dinámica positiva desde hace ya demasiado tiempo. Porque hay surgen otras dos visiones estadísticas. Desde que arrancó 2014, el conjunto cordobesista obtuvo ocho puntos de 15 posibles, algo que contrasta con los números desde el final de 2013. Las tres derrotas seguidas ante Mirandés, Barcelona B y Zaragoza hacen daño a ese respecto, de forma que en las últimas diez jornadas del campeonato sólo se sumaron 11 puntos -de 30 posibles-.
Más allá de la puntuación y la doble mirada que puede tener, reflejo del cambio de racha continuado del conjunto blanquiverde y del equilibrio existente esta campaña en Segunda A, se puede atender a los números en materia de goles. En ese ámbito, el Córdoba ya no vivió tan acostumbrado a dejar a cero su portería como sí lo hizo a principios de temporada. Si en las diez primeras fechas del curso apenas encajó seis tantos y logró acabar imbatido cinco partidos, en las 14 siguientes recibió 20 y Saizar no recogió el balón del fondo de sus redes en cuatro ocasiones. Con todo, el cuadro califal se mantiene como el séptimo equipo menos goleado de la categoría, junto con Las Palmas. En lo que se refiere a hacer diana, la comparación resulta mucho más positiva en esos mismos períodos de tiempo. En las diez jornadas iniciales, los de Villa anotaron nueve goles y en las siguientes 14 hicieron 19; mientras que si sólo quedó sin marcar en dos encuentros en vez de en cuatro como sucedió en la primera etapa analizada. En definitiva, la bondad de las cifras depende de los ojos con que se miren.
0