Una efectiva España cumple en Vista Alegre
El espectáculo estaba servido. El Palacio Municipal de Deportes de Vista Alegre se vestía de gala para una cita histórica con el baloncesto. Por primera vez, la selección absoluta femenina visitaba Córdoba y lo hacía, además, en un encuentro con mucho en juego, ya que no era otra cosa que una de las últimas paradas de la preparación para el Eurobasket de 2021 en Valencia de finales de junio. El primero de los partidos del triangular que iba a albergar la ciudad medía a Nigeria ante el conjunto de Lucas Mondelo, que en teoría debía ya mostrar su clara superioridad tras los dos primeros tropiezos frente a Francia.
Lo cierto es que, como suele ser habitual en este tipo de encuentros, era el teórico plantel inferior el que menos iba a especular de inicio. Una gran puesta en escena de las nigerianas deparó en una salida efervescente. Y para sorpresa de las locales, con mucho acierto desde el perímetro, sobre todo con Amukamara, que se apuntó dos lanzamientos desde más allá del 6.75. Así, en pocos minutos, Mondelo ya se vio obligado a frenar el ímpetu visitante tras un parcial de 2-8.
Innegablemente el tiempo muerto surtió efecto, aunque quizá fueron más decisivas aún las rotaciones. Las jóvenes Raquel Carrera o Paula Ginzo dieron un punto extra en la defensa del poste, lo cual permitió más libertad de una Silvia Domínguez que, cuando encontraba la claridad en ataque, resultaba prácticamente imparable. De hecho, fue la base del Perfumerías Avenida la que permitió los primeros aplausos de la grada. Y tanto fue el cambio de cara de España, que el parcial favorable ahora era de 12-2.
Continuaba carburando a máxima potencia el combinado nacional, que aumentó ese tramo hasta el 17-2 con una Leo Rodríguez afinando la mirilla desde el triple. Eso sí, no cedía mucho más terreno el conjunto africano, con lo que el primer cuarto finalizó con un igualado 17-14.
Precisamente eso, la igualdad, fue la tónica dominante en los segundos diez minutos de partido, con España sabiendo y pudiendo generar más en el cinco para cinco, al tiempo que Nigeria insistía en la velocidad y un juego lo más vertical posible. Sin especulación. Salvo alguna circulación, primaba el uno contra uno. No cabía duda que el físico era el principal recurso de las visitantes, y ahí intentaron hacer daño, principalmente hacia jugadoras veteranas como Laia Palau, que sufría mucho en las transiciones. Y aún así, con el paso de los minutos iban imponiéndose la superioridad española, que llegó al descanso con máxima ventaja (36-29). Pero todo seguía abierto.
El paso por vestuarios apenas varió el guion de partido. Ambos conjuntos buscaban lo mismo. Verticalidad máxima por un lado y un juego más de pruebas y combinación en el otro. Fue eso lo que hizo que el electrónico virara casi en todo momento en los mismos guarismos, aunque ya con España casi en todo momento por delante. Ni se acercaba Nigeria, ni las locales conseguían alcanzar esa ventaja psicológica de los diez puntos. Fue el empujón del tercer cuarto cuando, a base de acumular varias acciones a la contra, un lanzamiento en suspensión desde la media distancia de Torrens puso el 45-35, con su posterior tiempo muerto africano.
En esas distancias se entró en los últimos diez minutos, aunque ya con la inercia favorable se fue edificando otra máxima (50-38). El devenir del encuentro dejó entrever todo el esfuerzo físico previo de las nigerianas, que se fueron desintegrando a medida que se acercaba el final. Eso lo aprovechó aún más España para sacar a relucir su brillo, con una Alba Torrens imperial y que, una vez más, acabó siendo el principal foco ofensivo. Sin más historia, el 61-52 iluminaba al término del choque. Primera misión cumplida. A seguir calibrando.
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