Marta Rubio: "Me encantaría verme jugando en Vista Alegre con la camiseta del Coto Córdoba CB"

Durante este verano ha nacido en Córdoba un proyecto con la mirada puesta en el futuro, pero con raíces profundamente ancladas en el presente. El Coto Córdoba CB Femenino ha irrumpido en el panorama del baloncesto local con una filosofía clara: apostar por la juventud, el talento cordobés y la construcción de una identidad propia desde la base. Se trata de una iniciativa fresca y ambiciosa, diseñada no solo para competir, sino para crear un ecosistema donde las jóvenes promesas de la provincia encuentren el entorno ideal para desarrollarse sin tener que buscar oportunidades lejos de casa. Es la energía de lo nuevo, la ilusión de empezar un camino con la convicción de que el talento local, cuando se le da la oportunidad, puede llegar a lo más alto

Y no podría haber una figura que encarne mejor esa filosofía que Marta Rubio (Córdoba, 2006). Con apenas 19 años recién cumplidos, pero con una madurez impropia de su edad forjada en experiencias competitivas fuera de su ciudad -incluyendo un debut en Liga Challenge y un ascenso a esa misma categoría-, su regreso a casa es mucho más que un fichaje. Es la personificación del proyecto: joven, cordobesa, con una proyección enorme y la valentía de apostar por construir algo significativo en su tierra. Fue la primera jugadora de esta nueva era del baloncesto cordobés, y eso la sitúa como el espejo perfecto en el que se mira un club que nace con el objetivo de ser el referente del baloncesto femenino provincial.

PREGUNTA. Antes de ser la jugadora que eres hoy, ¿cómo empieza la historia de Marta Rubio con el baloncesto? ¿Fue amor a primera vista o probaste otros deportes antes?

RESPUESTA. Yo empecé en el colegio por el simple hecho de tener una actividad lúdica con mis amigas por la tarde. Poco a poco, esas ganas y esa actividad pasó a ser algo más importante, hasta que ya le planteé a mis padres irme a un club, que en este caso fue Adeba. Allí estuve hasta Junior de primero, o sea que toda mi etapa de formación prácticamente la pasé allí. Lo recuerdo como unos años súper bonitos, me llevo mucha experiencia y mucha gente con la que todavía guardo contacto. Antes del baloncesto hice desde ballet hasta hípica, pádel... y lo que más tiempo estuve fue en el fútbol.

P. ¿Y por qué al final te decidiste por el baloncesto?

R. Algo me dio, algo diferente. No recuerdo lo que pensaría con esa edad, pero algo me daría diferente que diría: esto es lo que quiero.

P. Destacaste pronto, te llamaron para ir a la selección provincial, autonómica... ¿Sentiste presión en algún momento por todo eso?

R. Sí, en las selecciones es verdad que al final, una niña de 11 años... lo ves todo como “guau, una selección”, sabes que te tienen que seleccionar entre 12 niñas... Recuerdo esa presión. Estuve a punto incluso un día de no ir ni al entrenamiento porque mi madre me dijo: “Tienes que disfrutar, no tienes que ir con tanta presión”. Eso sí lo recuerdo.

P. Después de Adeba, ¿cuál fue el siguiente paso? Te fuiste joven de Córdoba.

R. Después de Adeba me fui a Estepona, en Junior de segundo. Fue una experiencia muy bonita en todos los sentidos: el primer año fuera de casa, segundo de bachillerato... La recuerdo muy bien, no fue un año fácil tampoco por eso mismo, pero la volvería a repetir.

P. Me imagino que es difícil irse de casa tan joven.

R. Fue una decisión, a la vez que muy clara y decidida, también un poco arriesgada porque coincidía con segundo de bachillerato, un año muy exigente. Fue un poco arriesgado, sin saber qué me podía venir, pero la volvería a repetir.

P. Debutaste muy joven en sénior y vienes de lograr un ascenso a Liga Challenge. ¿Qué has aprendido en estos años fuera de Córdoba?

R. Estos dos años no han sido fáciles a nivel personal por muchos motivos. Más que a nivel deportivo, que también he aprendido muchísimo, lo que más me ha hecho crecer ha sido como persona. En Córdoba pienso que siempre he tenido un papel protagonista en el equipo, que haya estado y, por ejemplo, el año pasado en Sevilla no tenía tanto ese papel. Creo que siempre viene bien tener como esa cosa de decir: “tengo que ganarme mis minutos, tengo que ganarme esto, no me lo van a regalar”. En ese sentido aprendí mucho y la verdad es que súper bien.

P. Tuviste incluso la oportunidad de irte a Estados Unidos. ¿Qué pasó con aquello? ¿Por qué no acabaste allí finalmente?

R. Sí, es verdad que eso también fue un tiempo muy inestable, estaba ahí, ahí entre irme o no. Lo del inglés me paró mucho, porque la prueba que me exigía la universidad a la que tenía comprometida no la pasé. Luego tuve ofertas para irme a otras universidades, pero más en NCAA, y decidí al final quedarme aquí porque entré en Enfermería, que es lo que estoy haciendo ahora, y yo creo que he decidido bien.

P. No debe de ser fácil rechazar una oferta así, porque al final Estados Unidos es un poco la meca del baloncesto, ¿no?

R. Sí. Esa posibilidad que te dan de compaginar una carrera con un deporte, que no te la dan en España, es muy llamativa.

P. Y en medio de toda esa indecisión, aparece el proyecto en Sevilla que acaba con el ascenso a Liga Femenina Challenge. ¿Cómo viviste la temporada?

R. Pues como ya te digo, personalmente no fue un año fácil, pero gracias a ellas pude disfrutarla lo máximo posible. No pude jugar esa Fase de Ascenso por una lesión en la rodilla, pero me hicieron sentir parte de todo en todo momento, y súper bien. Yo la verdad es que es un año que siempre voy a recordar como una temporada súper bonita.

P. ¿Cómo afronta una deportista una lesión así, sobre todo psicológicamente?

R. Una lesión siempre fastidia. Sobre todo cuando es en un momento clave de la temporada, o cuando estás recuperando sensaciones... En ese momento teníamos a tres días la fase de ascenso, fue un palo decir “¿en serio ahora?, ¿por qué a mí?”. Es duro, pero ellas -mis compañeras- me ayudaron mucho a llevarla.

P. ¿Cómo fue esa transición hasta acabar en el Coto Córdoba? ¿Tuviste opciones de seguir en Liga Femenina Challenge con Sevilla?

R. Tuve la opción de seguir allí, y estuve indecisa un buen tiempo. La verdad es que el proyecto de Córdoba me hacía muchísima ilusión, sobre todo por estar en casa, aquí, con los míos, y empezar un proyecto, desde el principio, con miras a conseguir todo lo que nos propongamos.

P. ¿Cómo te convencieron?

R. Pues lo que más me convenció fue el proyecto de ser al final un referente aquí en la ciudad, estar con la gente que conoces de toda la vida... Y aparte, yo estudio aquí en Córdoba, y tener que ir y venir a Sevilla también es agotador. Eso también influyó bastante.

P. No sé si lo sabes, pero fuiste la primera jugadora en la historia del Coto Córdoba Femenino. ¿Qué sentiste al firmar? ¿Pesa la responsabilidad de ser un poco la piedra angular?

R. Es verdad que de primeras, por lo que la gente espera o las expectativas de haber venido de Sevilla, de Estepona... sí te entra esa presión de decir “tengo que cumplir”. Pero luego ves a las compañeras, pienso que todas tenemos un rol importante, por eso estamos aquí. Es un equipo chulo que, trabajando bien, vamos a conseguir muchas cosas. Yo creo que cada una en su momento tiene su papel.

P. Era necesario ya un proyecto así en Córdoba, ¿no?

R. Sí, la verdad. Ya se intentó con el Milar Córdoba, no funcionó por diferentes motivos, pero yo creo que se necesita algo así de referencia sobre todo para los niños, que vean algo ilusionante.

P. Precisamente te iba a preguntar ahora por esa cantera. ¿Qué mensaje le das a esa niña de las categorías inferiores que te ve como la prueba de que ya no hay que marcharse?

R. Le diría que si les gusta el baloncesto, que trabajen, que disfruten mucho con la gente, que se lleven todo lo que puedan. Sobre todo, que disfruten, que al final esto es lo bonito. Si tú juegas aquí es para conseguir lo que quieras, pero si disfrutas es lo que te llevas. Si echo la vista atrás, yo me llevo momentos, gente... que se queden con eso y que aprendan todo lo que puedan.

P. ¿Algún recuerdo que tenga Marta Rubio grabado en su cabeza? ¿Alguno que quiera olvidar?

R. El del año pasado del ascenso, sin duda. Y olvidar, no es que quiera olvidar, pero sí me dolió mucho, por el equipo que era y por el significado que tenía, fue el último campeonato con Adeba, que nos eliminaron en cuartos de final. Más que el hecho de que nos eliminasen y eso, era el saber que era el final con ellas y no pude acabar con ese buen sabor de boca. Me marcó y me dolió.

P. Hablemos de la pista. Temporada inaugural en Primera Nacional. ¿Cómo ves al grupo?

R. Pues veo un grupo, la verdad, con mucha ilusión, joven, y eso creo que es un punto a favor para nosotras, al igual que en algunos momentos en contra. Es verdad que esa semana -por la pasada- no hemos tenido buenas sensaciones de juego, pero yo creo que también nos ha servido para ver en qué punto estamos de la competición, y ver en qué tenemos que seguir trabajando y reforzándonos. Un proyecto a largo plazo es muy bonito, sobre todo en Córdoba, porque hay mucho nivel y no se ha aprovechado casi nunca. La verdad es que pienso que podemos conseguir muchas cosas.

P. Precisamente te tengo que preguntar por eso. ¿Objetivos realistas para este primer año?

R. Creo que todavía la temporada es muy larga, tienen que pasar muchas cosas. El ascenso podría ser un objetivo perfectamente. Yo creo que nosotros no nos queremos poner ningún límite. Ir a por lo que podamos, trabajando día a día y disfrutando del camino, que es lo más importante.

P. La ambición del club es llegar a la máxima categoría. ¿Te ves liderando a este equipo en Liga Endesa en unos años?

R. Eso sería una pasada, vamos. ¿Quién no querría? Espero y ojalá que sí. Yo intentaré trabajar y haré todo lo posible porque pase. Y si no lo puedo disfrutar yo, por lo menos que las niñas que vengan detrás lo disfruten.

P. La presión de ser la jugadora insignia puede ser intensa. ¿Cómo gestionas esas expectativas?

R. Pienso que, al igual que es un proyecto ilusionante, al ser el primer año también es difícil. Somos niñas que venimos cada una de un club, nos tenemos que conocer jugando... Es verdad que nos conocemos de coincidir en selecciones, jugar entre nosotras, pero nos tenemos que conocer todavía jugando. La temporada es muy larga, hay equipos muy bien hechos y con buenos fichajes. Yo creo que puede ir muy bien, pero tenemos que trabajar mucho todavía.

P. Llevabas tiempo fuera. Más allá del baloncesto, ¿qué es lo que más te ilusiona de volver a vivir y competir en Córdoba?

R. Lo que más me ilusiona es la idea de no tener techo en cuanto a que el club nos va a apoyar en todo. El hecho de estar aquí en Córdoba con la gente de toda la vida con la que he crecido, poder tener a la gente cerca y disfrutar con la afición, que espero que tengamos bastante.

P. Dentro de unos años, ¿cómo te gustaría recordar esta primera temporada de Marta Rubio en el Coto Córdoba?

R. A nivel personal, lo que me gustaría es volver a encontrarme conmigo misma jugando, que es algo que en estos dos años no he tenido o que lo he perdido. Me gustaría recordar que este año me sirvió para volver a ser yo misma jugando y volver a ganar esa confianza que perdí o que no tuve. Y a la vez, compaginarlo con los momentos que vivamos.

P. ¿Y cuál crees que puede ser la clave para encontrar esa mejor versión? ¿Has trabajado algo específico, tema psicológico...?

R. Sí, he trabajado psicológicamente. A nivel personal, yo a mí misma me encuentro en ese sentido mejor. Es verdad que los resultados ahora mismo no me están acompañando personalmente, pero la clave está en no rendirse, intentar seguir trabajando día a día, mejorando... y yo creo que ya llegará. Los esfuerzos tarde o temprano tienen su recompensa.

P. Ya la última: ¿Dónde se ve Marta Rubio en 5 o 10 años? ¿Dónde le gustaría verse?

R. Personalmente, me gustaría verme trabajando de lo mío -enfermería-. Y deportivamente, me encantaría verme jugando aquí en Córdoba. Si me apuras, te voy a decir jugando en Vista Alegre con la camiseta del Coto y representando a Córdoba en la liga más alta posible, ya sea Endesa, Challenge o Liga 2... Eso es lo que me gustaría.

P. Pues esperemos que esos deseos se cumplan, y que el Coto Córdoba y tú crezcáis de la mano hasta ese punto. Mucha suerte.

R. ¡Muchísimas gracias!