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25 de septiembre de 2025 20:00 h

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A veces, las grandes pasiones no nacen de un sueño, sino de una obligación. La historia de esta portera venezolana no arranca en una cancha anhelando un balón, sino casi por imposición. Fue su madre, atleta de profesión, quien la llevó a un entrenamiento y la dejó ante una encrucijada: o aprendía a jugar o se enfrentaba sola al mundo. Lo que comenzó como una obligación de dos semanas se transformó en un amor incondicional por un deporte que, años más tarde, se convertiría en su válvula de escape, en motivo de orgullo para toda una nación y en su pasaporte a una nueva vida a miles de kilómetros de casa.

Yarketzi Moreno (San Felipe, Venezuela, 2000) es una de las guardianas de la portería del Rahi-Sepisur Córdoba que arranca su temporada regular este mismo fin de semana. Pero, sobre todo, es un ejemplo de superación. Con una sonrisa permanente en su cara, Yarketzi, narra para este primer ATENEAS de la temporada la difícil decisión de dejar su país natal para buscar un futuro en España, un viaje que emprendió sin compañía y que describe como “lanzarse al vacío”. En Córdoba, donde vive desde hace dos años, ha encontrado un hogar, una familia en su equipo y la estabilidad necesaria para perseguir su gran meta: competir en unos Juegos Olímpicos representando a su país, Venezuela, tras haber firmado previamente una impresionante plata en los Juegos Centroamericanos en 2022. Y, para ello, buscará ayudar al Adesal a lograr ese tan ansiado ascenso a la élite femenina del balonmano nacional.

PREGUNTA. Llevas ya dos años en Córdoba. ¿Sientes que esta es ya tu casa?

RESPUESTA. Sí, la verdad es que me encantó Córdoba desde que llegué. Siento que ya es mi casa. El clima, sobre todo en primavera y otoño, que no está ni el calorcito ni el frío, se acerca más al lugar de donde yo vengo, y desde que pisé la ciudad dije que me encantaría para vivir un buen rato. Por ahora estoy súper a gusto aquí, me encanta.

P. ¿Cómo es tu día a día? No es fácil compaginar deporte y trabajo.

R. Pues sí, por la mañana entreno en algunos días de la semana; por la tarde también entreno, y por la noche trabajo. Esa es mi rutina diaria.

P. ¿Qué crees que le falta al balonmano para ser un deporte totalmente profesional?

R. Yo creo que no le falta nada. El balonmano podría ser ya un deporte súper reconocido para que la gente lo conozca en cada rincón. Es un deporte con mucho entretenimiento que merece estar más arriba de donde está. Lo tiene todo.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. Una vez que sales de la pista, ¿quién es Yarketzi?

R. La verdad es que soy la misma en la cancha y fuera. Tengo la misma personalidad entrenando, jugando, en el trabajo o con amigas. Siempre soy la persona que está 'jodiendo', que siempre está jugando, sonriendo o tratando de sacarle una sonrisa a alguien. Esa soy yo.

P. Pasando ya al tema deportivo, empezaste muy joven en el balonmano, ¿cómo fueron esos inicios y por qué elegiste este deporte?

R. El problema es que no lo elegí, fui obligada a jugar al balonmano, a entrenar balonmano. Mi mamá era atleta, de atletismo, y quería que yo fuese igual que ella, atleta, pero yo prefería no entrenar nada, no hacer nada. Un día me llevó a la cancha, que estaba súper lejos de donde vivíamos, me dejó allí y me dijo: “Tú verás qué vas a hacer, si te quieres perder en la calle o si quieres entrenar algo”. Y pues fui obligada por dos semanas hasta que no tuve otra opción y empecé a querer el balonmano y a relacionarme con él. Terminé amándolo.

P. ¿Y por qué en la portería? ¿También fue por obligación?

R. No, la verdad es que yo creo que el portero no es obligación. Ser portero es algo que te sale, porque si le preguntas a un jugador de cancha si se pondría en la portería, te va a decir que jamás. Solo los porteros estamos tan locos de pararnos ahí a que nos metan un pelotazo. Todos tenemos ese chip de 'soy portera y voy a pararlas todas'. No fue que me obligaran, yo lo decidí.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. Es una posición difícil, donde más se ven los fallos.

R. Es una de las posiciones más difíciles del balonmano. Además de que tienes que tener muchos reflejos y flexibilidad, no se puede explicar lo que un portero siente cuando las para todas, o cuando no para dos seguidas. Mentalmente tienes que interiorizar que no todas se pueden parar y no siempre se juega al 100%.

P. Tu progresión fue rapidísima, enseguida llegaste a la selección de Venezuela.

R. Comencé a jugar a mis 11 años. A los seis meses de entrenamiento ya estaba compitiendo en mi provincia y a los tres meses ya era parte de la selección de mi país. Desde los 13 o 14 años estoy en la selección y hasta ahora, que todavía sigo siendo parte de la selección de Venezuela. Para mí es un honor representar a mi país y a los millones de venezolanos. Aunque algunos no sepan qué es el balonmano, pero me gusta mucho representar a mi tierra y que mis familiares y amigos se sientan orgullosos de que alguien está acá fuera, en el extranjero, dando todo por ellos.

P. ¿Tienes algún recuerdo especialmente marcado de tu carrera?

R. Sí, la medalla de plata en los Juegos Centroamericanos de 2022. Quedamos subcampeonas, perdimos la final contra México. Para un país como el nuestro, que no tiene los recursos para salir a competir tanto, que no tiene la posibilidad de tener tantos amistosos fuera del país como Argentina o Uruguay, esa plata fue como un oro, porque fuimos con mucho sacrificio, con dinero de nuestro bolsillo, solo por quedar en mejor posición. Quedamos más arriba de lo que pensamos porque no nos preparamos al cien por cien para esa competencia. Para mí, fue uno de los mejores recuerdos que he tenido.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. Hay mucha diferencia entre el balonmano de allí y el de España.

R. Sí, es mucha la diferencia. Uno de mis sueños era venir aquí para jugar con equipos de nivel. En Venezuela no hay ligas ni campeonatos constantes, solo algunos torneos para ojear para la selección nacional o para futuras competencias. No hay ligas ni nada como aquí en Europa. Aquí en España el balonmano está súper avanzado, el nivel está súper bien, y creo que cualquier jugadora de Sudamérica quisiera venir a jugar acá, porque acá es donde está el nivel.

P. ¿Qué te impulsó a tomar la decisión de venir a España? Has comentado en alguna entrevista que bandas ilegales llegaron a extorsionar a tu familia.

R. Una de las razones fue que quería superarme más, subir de nivel y estar en un equipo competitivo. Sentía que allí me estaba quedando estancada y que tenía que dar un poco más. También me impulsaron problemas internos del país que no podía seguir llevando allí. Problemas como... cosas que no están bien en el país, que se les escapa de las manos a los dirigentes o a los encargados de hacer su trabajo. Allá no hay ley, pero no es como que me vine huyendo. Sí, nos extorsionaron y toda esa cosa, pero nos fuimos del lugar, aunque tras todo eso surgió en mí esa decepción. Eso fue lo que me dijo que me fuese de allí, puesto que sentía que no tenía nada que hacer, que no había nada bueno allá.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. Fue una decisión valiente, porque te viniste tú sola.

R. Sí, fue muy duro, porque vine sin familiares, sin amigos, sin nadie a quien conociera. Es como lanzarse al vacío y no saber hacia dónde ir. Gracias a personas maravillosas que conocí aquí del trabajo y del mundo del balonmano, que me ayudaron a buscar una dirección, he podido sobrellevarlo. No es fácil y no se lo recomiendo a nadie, porque sufres una especie de depresión por estar lejos de los tuyos, de tus familiares, y de que las cosas no te salgan de un día para otro.

P. Tu familia sigue en Venezuela. ¿Cómo se encuentran ellos?

R. Pues la situación que hizo que me viniera, ya eso digamos que cesó, pero la situación que engloba a todo lo que está mal en Venezuela, sigue estando ahí. Influye en todo. Es una cosa extraordinaria. Si alguien de aquí se volviera allá, parecería que estuviera viviendo en una 'Jumanji', con poca luz y pocas cosas. No son para salir a sacar el pueblo hacia adelante. Tienen el cómo, pero todo para ellos.

P. ¿Recuerdas aquel viaje en el avión?

R. Pasé todo el viaje llorando porque dejé a mi familia en el aeropuerto. Sabía que me iba por mucho tiempo y que no iba a regresar pronto. Es doloroso soltar algo que quieres y que nunca pensaste que tendrías que dejar. Duele bastante, pero son partes del proceso.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. Te aferraste al balonmano como una válvula de escape.

R. Sí, el balonmano te da muchas puertas. He conseguido trabajo aquí por personas que conozco del balonmano, he llegado a este club por personas del balonmano. He llegado a Córdoba también por ello, ya que al principio vivía en Madrid, pero no es para mí, quería un lugar más tranquilo, no estoy para estresarme más aún. Todo ha sido gracias al deporte. Estuve primero en el Córdoba de Balonmano, pero ya tenían toda su plantilla lista y solo me podían ofrecer entrenar; y luego ya llegué acá, al Adesal.

P. ¿Cómo acabaste desde Madrid en Córdoba?

R. Yo conocí a una chica que era entrenadora, de las categorías inferiores del Córdoba de Balonmano, Alba. Ella fue la que me recomendó el club. Llegué allí, hablé con Benito -Puerto-, y comencé a entrenar allí con ellos. Me comentó que si quería seguir para la próxima temprada, pero luego no se acabó de sellar bien el que jugase la temporada y demás. Luego, Marta, una de las que juega conmigo en balonmano playa, me habló de Rafa -Moreno-, me contactó y fue él quien me dijo que viniera a entrenar con ellos, al final de la temporada pasada, para empezar ya esta temporada.

P. El entrenador, Rafa Moreno, ha sido una figura importante para todas.

R. Sí, Rafa me ayudó a buscar trabajo, me dio trabajo. Y si necesito algo, se lo comento y buscamos la manera de resolverlo. La verdad es que sí, creo que la mayoría lo vemos así, como un padre.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. ¿Cómo ves al grupo para luchar por el objetivo del ascenso este año?

R. Veo que cada una está poniendo de su parte y eso es bueno. Creo que esta vez va más en serio, cada vez hay un poco más de responsabilidad y el equipo está súper bien.

P. ¿Y cómo es Yarketzi dentro del vestuario?

R. Soy una persona que, cuando estoy súper callada o apagadísima, es porque me siento mal. Pero, el resto del tiempo, soy súper alegre, parece que no se me acaba la energía. Siempre ando con lo mejor, aunque haya tenido un mal día. Soy la que anda molestando al grupo siempre -risas-. Si veo a una tranquila, hago que se levante o le levanto los ánimos. Es parte de lo que soy.

P. En la portería hay una competencia sana, ¿no? Sois tres porteras: Amanda Valero, Inma y tú.

R. Sí, la competencia es muy sana. Nos apoyamos mucho, nos damos ánimos, nos corregimos… En un entrenamiento nos decimos: “mira, estás haciendo esto mal”, o “si levantas este pie o aguantas un poco más…”. Es muy buena competencia, la verdad. El entrenador nos va rotando, jugamos dos por partido.

Entrevista a Yarketzi Moreno para Ateneas

P. Tu familia sigue tu trayectoria desde allí, ¿pueden ver tus partidos?

R. El problema es el cambio de hora. Cuando jugamos a la 13:00, allí son las seis de la mañana, y a veces no pueden verlos porque están durmiendo. Pero se sienten bien y orgullosos, igual que cuando estaba en Venezuela y venían a apoyarme a todos los partidos. Dicen que “la loca se fue”, porque soy muy caprichosa, pero se me meten las cosas en la cabeza y las cumplo. Tienen pensado venir este año a España, que sería muy bueno porque ya tengo dos años que no los veo. Quisiera ver a mi mamá porque no es fácil verla envejecer desde una pantalla o desde lejos. Cuando vienes, chocas con la realidad de que sí ha pasado mucho tiempo y no somos los mismos, vamos avanzando como personas.

P. ¿Qué sueño deportivo te queda por cumplir?

R. Uno de mis sueños es llegar a los Juegos Olímpicos. Hace cuatro años tuve la oportunidad, pero por problemas con algún entrenador no pude. Ya he ido al Mundial, pero el top de un atleta siempre es un Olímpico. Y, por supuesto, el ascenso con el equipo. Esa es la meta de este año.

P. Ya para terminar, ¿qué le dirías a aquella Yarketzi que se tuvo que marchar de Venezuela?

R. Le diría que no estaba loca, que su cabeza tenía la razón y que lo que se planteó, sí se dio. Y que los sueños que tuvo de niña, cuando empezó a amar tanto este deporte, se cumplieron: jugar con algunas de las mejores del mundo.

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