El baloncesto cordobés tiene un actor más sobre la mesa. Tanto por la cúspide de la pirámide, como por la base que es, en definitiva, todo lo que sustenta lo demás. Hay casas que, como se suele decir, se construyen por el tejado, lo que provoca que, a la larga, acaben cayendo. Proyectos que mueren de su propio éxito y sin tener nada en lo que sustentarse cuando pasa el buen temporal. El Coto Córdoba nació hace unos años como un proyecto marcadamente sénior y con la mirada en la élite, aunque desde primera hora quiso asegurarse unos cimientos seguros.
Así nacieron los acuerdos con el Ciudad de Córdoba y el Colegio Virgen del Carmen, aunque la entidad, pese a seguir creciendo como la mirada puesta hacia la élite, no ha dudado en continuar ampliando ese tejido formativo, sumando fuerzas a través de los diferentes estamentos de la ciudad y la provincia. Es así como nace la Academia CCB, al amparo del equipo de Segunda FEB, pero concentrando el foco en la formación para todos aquellos y aquellas jóvenes que quieran seguir puliendo su talento individual a través del conocimiento de técnicos de primer orden.
Botes de ilusión y progreso, bajo el sello de una élite. Ser referente, en el fondo y en las formas. Es el ejemplo que quiere dar el club blanquiverde, que el pasado mes de octubre, y de la mano de Alfredo Gálvez, antiguo técnico del primer equipo cordobés y actual gerente del club, quien ha sido uno de los firmes impulsores de la idea. “Todos los niños y niñas que vienen, aparte de esta actividad, tienen otras actividades y sus propios clubes”, por lo que “es complicado satisfacer las necesidades de horarios, de días”, expone Gálvez, destacando además que “hay gente que viene de pueblos como Puente Genil, El Carpio o La Carlota y es complicada la organización”.
Eso sí, puntualiza que, de momento, están “satisfechos”, dado que “creo que estamos cumpliendo objetivos a nivel de entrenadores y técnicos que están viniendo y de la participación que es muy buena”.
Una academia abierta a cualquier jugador que desee participar, de entre 9 y 18 años. Por y para todos. Y es que, desde el primer día, el club blanquiverde quiso diferenciarse de otros proyectos pasados. Ser referencia y abrigo del baloncesto cordobés. Unir por encima de liderar. Y en este caso, formar a las nuevas generaciones, sin más pretensión que la enseñanza. “No es un lugar de captación de talento, sino que es un lugar de crecimiento, de trabajo y de mejora al margen de que cada jugador o jugadora tenga su equipo o su escuela”, matiza Gálvez.
Hasta la fecha, en las semanas de vida de la academia, han pasado ya más de un centenar de jóvenes jugadores cordobeses, algunos incluso repitiendo, con la presencia además de entrenadores de diversos clubes, tales como Luis Requena, de Maristas, Alfonso López o Quique Garrido, del Ciudad de Córdoba, o Paco Zafra, del Colegio Virgen del Carmen. Ir, entrenar, aprender y divertirse. En definitiva, jugar al baloncesto, pues no hay verbo que pueda acompañar mejor al deporte de la canasta desde la índole y el prisma de las categorías base.
La Academia CCB no solo ha puesto el foco en el trabajo técnico y físico de los jugadores, sino también en lo mental. Sea cual sea la edad, es importante trabaja cuerpo y cabeza. Es por ello que ha intervenido igualmente un psicólogo especializado en deporte, con el fin de procurar un aprendizaje global del jugador, que no solo se enfoque en la parcela técnica, sino incidir y orientar igualmente en la resolución de problemas como de coordinación o de lesiones, así como en la concentración o la frustración.
Formar en detalles técnicos, vitales y en valores. Sembrar las nuevas generaciones con las enseñanzas del talento presente. Con un espejo al que mirarse, con los ojos hacia arriba, pero de tú a tú. Canastas de ilusión para armar el presente con el valor del futuro.
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