Viva Belgrado: “Hemos intentado ser mucho más transparentes y rebajar la carga metafórica”
En la redacción de este periódico tenemos un serio aspirante a canción pop del año, y estamos encantados de que la firma sea cordobesa. Más triste que Shinji Ikari es el segundo adelanto de Bellavista, el tercer disco de los cordobeses Viva Belgrado, uno de los proyectos más internacionales surgidos en la última década en entre las ruinas de la escena de rock alternativo de la ciudad.
Viva Belgrado encontraron en Córdoba la grieta por la que colarse y lo hicieron. Su discurso se basaba en unos patrones -el hardcore y el screamo- que apenas habían tenido predicamento en la ciudad más allá de aquella gran banda de punk melódico de finales de los 90 llamada Goblins. Claro que en aquel momento los integrantes de Viva Belgrado no eran más que unos chavales.
Hoy son un proyecto consolidado con un nuevo disco debajo del brazo, el tercero ya, en el que abren, además, nuevos y sorprendentes caminos. De todo ello nos habla Cándido Gálvez, guitarrista, letrista y cantante de Viva Belgrado.
PREGUNTA. La primera es obvia: Bellavista no tiene nada que ver con asomarse al balcón.
RESPUESTA. (Se ríe) No, no para nada. Nos lo han dicho bastante, pero ha sido una coincidencia.
P. Cuéntame un poco la génesis de este disco.
R. Pues empezamos a hacerlo en la segunda mitad de 2017 y empezamos a componerlo combinándolo con la gira. Somos mucho de trabajar en casa y nos vamos pasando ideas por el Google Drive. Luego lo vamos completando con un trabajo importante en el local. Y en un principio la idea era grabarlo en 2018, pero cancelamos una grabación que teníamos porque no estábamos completamente satisfechos con el material que había. Y al final pues lo grabamos a final de 2019.
P. Ese hiato, ¿en qué lo invertisteis como banda?
R. Pues en principio quisimos hacer borrón y cuenta nueva. Luego sí que acabamos recuperando canciones de las que teníamos. Y bueno, creo que lo invertimos en tomarlo con calma. Y creo también que porque coincidió con la transición entre dejar de ser estudiantes y convertirnos en adultos. Alguno de nosotros abrió una empresa, empezamos a buscar trabajo y en cierto modo a independizarnos un poco. Así que nos lo tomamos con mucha calma.
P. ¿Esa calma se ha traducido quizá en la madurez de la que hace gala el disco?
R. Sí, yo creo que sí. Una de las cosas que hemos intentado hacer en los últimos años es tomárnoslo todo con calma y hacerlo todo de manera más reflexiva. Creo que en nuestros primeros años vivimos todo con mucha ansiedad. En casi cuatro años sacamos 4 trabajos, giramos por 23 países, dimos más de 150 conciertos y creo que, aunque estamos muy contentos y orgullosos de esa etapa, la vivimos con tanta ansiedad que no llegamos a recoger bien los frutos de lo que habíamos sembrado. Y con este disco creo que está empezando a haber un poco de eso.
P. Además me imagino que también cuesta mantener un proyecto como el vuestro en Córdoba.
R. Sí, bueno, yo personalmente siempre he pensado que, a pesar de internet, en una ciudad como Madrid y Barcelona nos habría ido mejor. Pero es evidente que estar en Córdoba ha afianzado mucho el carácter Do it yourself del proyecto. Y ha hecho que no nos sintamos parte de ninguna escena y estar un poco en un limbo. Creo que ha marcado un poco la personalidad de la banda.
P. Estáis confinados del resto de la escena ¿no?
R. Jajaja. En cierto modo sí.
P. El disco habla bastante de eso. De la relación del artista y la banda con vuestras expectativas y las expectativas del público.
R. Sí. Yo creo que este disco... Verás, nosotros seguimos siendo una banda pequeña y mucho más cercana al underground que al mainstream, pero cuando ya llevas cierta trayectoria y haces ciertas cosas pues vives las cosas de una forma que... A ver, no sé como explicarlo.
P. Bueno, es igual el tamaño de la banda o del éxito. La ansiedad que puede generar el compromiso hacia lo que haces puede ser la misma.
R. Claro sí, totalmente. A ver, yo me encargo de las letras y tiendo a escribir sobre lo que me ronda la cabeza en ese momento. Antes tenía una especie de ambición más metafórica e intentaba una especie de collage impresionista con las letras y de crear imágenes preciosistas. Y con este disco hemos intentado ser mucho más transparentes y rebajar mucho la carga metafórica. Entonces, creo que deja al descubierto mucho el tema del desengaño, de la relación con la escena, de la relación con el público... Pero al final, nuestra vida se ha convertido en eso. El rasgo que me define a mí ahora mismo es la banda.
P. En la primera canción esa sensación la resumes en un verso: “Estoy tirando de la soga pero no hay tensión”. Que sí que tiene un matiz más metafórico. Salvando todas las distancias, me ha recordado a la canción de Residente, René. Tú utilizas más el grito y la rabia, y él apuesta por un formato más de confesión.
R. Es un temazo el suyo. Y súper arriesgado. Una locura.
P. Sí, y creo que el paralelismo está en la confesión de esos sentimientos de debilidad, ansiedad que, desde mi desconocimiento, no suelo atribuir a la escena hardcore o screamo.
R. Sí, a mí me gustaba que ese tema sirviera de introducción al resto del disco para marcar el tono. Sí que creo que una de las cosas en las que hablo mucho en el disco es de esa especie de relación con el escenario y el público, y cómo la relación con la música es una especie de fruta-veneno. Como de estar muy enganchado a la música, en el sentido de no poder dejar de hacerlo, tiene cierto peligro. Porque al final es como cualquier relación obsesiva, y la música tiene muchas cosas buenas, pero también te quita algunas cosas. Estar fuera de casa girando erosiona mucho las relaciones con amigos y familiares, con tu pareja... También tiene ese otro peligro de verte en el escenario y hacerte creer algo que no eres.
P. En el disco también le robas un par de versos a C. Tangana. No sé si lo haces como homenaje o también para reivindicar vuestra propia personalidad como banda, porque no creo que sea muy común reivindicar una figura como la de Tangana, que por otra parte es un letrista cojonudo.
R. Sí. Bueno a mí es que me flipa ese disco. Y me gusta ser muy transparente con mis influencias y si algo me gusta mucho no lo escondo. Y al final, de tanto escuchar, acabo emulando esas cosas. Me pasa también con los libros. De hecho, el título del último tema está sacado de la última frase de Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. También lo robé sutilmente.
P. Esto de mezclar el hardcore con ritmos urbanos no es muy raro. Al menos no tanto como lo que habéis hecho con El collar, donde metéis un break con una guitarra flamenca. No sé si eso tiene precedente.
R. La verdad es que no lo sé. La historia viene de unos amigos japoneses, que estuvieron grabando con Santi García, que es quien nos ha grabado los tres discos. Y Santi decía que tenían unas síncopas y algunos ritmos que a él le sonaban flamencos. Y que tenía que haber algún grupo que mezclara el hardcore y el scremo con el flamenco. Y se nos metió en la cabeza esa idea. Y al final hicimos varias ideas y esa fue la que quedó mejor.
P. ¿No os planteasteis llevarla un poco más allá y jugar con voces flamencas?
R. Sí. A mí la verdad es que es algo que me atrae mucho y me interesa. Sí que creo que esta vez nos ha quedado una aproximación un poco naive porque al final nosotros somos de Córdoba y, aunque el flamenco sea nuestro folclore, no controlamos nada de flamenco. Entonces nos quedó algo a medias. Y no sé, quizá en el futuro nos atrevamos con algo más.
P. Otro tema muy singular del disco es el de Shinji Ikari. Ya habías experimentado con este tipo de canción un poco más accesible. Me viene a la cabeza Guillotinas, por ejemplo, pero aquí es que la vocación es directamente popera.
R. Absolutamente. A nosotros siempre nos ha gustado cuidar los tracklist de los discos para que no sean un ejercicio de estilo todo el rato igual, si no que haya dinámica y diferentes registros. Y con este tema, queríamos llevarlo a otro nivel. Y queríamos trabajar una estructura completamente pop de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo-puente-estribillo, que es algo que no habíamos hecho nunca. La idea era coger como un loop rollo lofi o chillhop y que yo pudiera cantar de forma melódica, que es algo que tampoco he hecho mucho. Y creo que nos ha quedado guay. De hecho nos sentimos bastante orgullosos de esa canción.
P. De hecho, me imagino que habrá pillado por sorpresa a mucha gente.
R. Sí. Al principio nos llovieron algunos palos. Pero también lo buscamos. Lo hicimos por eso. Fuimos a cuchillo a por eso, a ganarnos un poco la crítica del público.
P. Ese tránsito entre distintos géneros, a veces dentro de una misma canción, es algo muy difícil de equilibrar en un mundo que tiene unas reglas tan marcadas como puede ser el hardcore, ¿no?
R. Es que nosotros siempre nos hemos rayado mucho con eso. No nos gusta repetirnos ni repetir fórmulas. No nos gusta ser reiterativos. Es algo que hemos intentado trabajar mucho y en lo que hemos puesto mucho esfuerzo.
P. Bellavista es también un disco muy cosmopolita en sus letras, muy viajero. De algún modo casi un tratado de la antigua normalidad. De cómo era la vida prepandemia. Ahora toca preguntarte cómo vais a afrontar la nueva normalidad y por dónde pasa vuestro futuro.
R. Sí, bueno, a nivel promoción, al margen de no poder apoyar el lanzamiento con la gira que teníamos planeada en mayo, realmente no nos ha afectado demasiado. Y de hecho, creo que ha salido bastante bien. Pero sí es verdad que teníamos una gira maravillosa planteada durante todo el año y hasta 2021, que pasaba por Europa, Japón y Latinoamérica, y que de momento se ha tenido que paralizar. Pero bueno, también vemos este parón como una oportunidad para hacer otras cosas de trabajo interno de la banda y a nivel composición.
P. ¿A qué te refieres?
R. Pues tendemos mucho a caer en esto de sacamos el disco, giramos y nos olvidamos y ya hasta dentro de un año o dos años no volvemos a componer. Y estamos intentando no caer en eso esta vez. Por ese lado nos va a venir bien.
P. O sea, ¿es posible que volváis a ser tan prolíficos como al principio?
R. Nos gustaría. Lo hemos hablado a nivel interno. Y nos gustaría no tener que tardar cuatro años en sacar un disco. Así que a ver si es posible.
0