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El tesoro musical de Bartolomé: una colección de más de 200.000 vinilos

Bartolo Jaén con su colección de vinilos

María Berral

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Izquierda, izquierda, derecha, derecha. Delante, atrás. Un, dos, tres. Seguro que mientras leían esto en muchas cabezas ha sonado la popular melodía de La Yenka. Una canción que fue la infancia de muchos niños de los 60, como es el caso de Bartolomé, padre entonces, a quien Johnny y Charley hicieron aficionarse a la música. “Siempre que podía me iba a casa de un vecino a escuchar la radio, o cuando me enteraba de que alguien se había comprado un tocadiscos les pedía que me dejaran escucharlo”, cuenta a Cordópolis.

Y es que Bartolomé, natural de Fernán Núñez, ha rememorado como si fuese ayer la noche en la que compró su primer comediscos. “Me lo compré con 15 años, en el 71, con los ahorros que me daban en la fábrica donde trabajaba, como no gastaba mucho, me lo compré a escondidas y cuando se enteraron me regañaron”. Sorprendentemente, a pesar de los años, recuerda cada detalle de aquella valiosa compra. “El comediscos me costó 2.300 pesetas, di 800 de entradas y luego cada mes daba dinero. Me compré por 90 pesetas cada uno Con qué te lavas la cara? y Oye cómo vas de Santana”.

Todo el dinero que de joven ganaba con sus primeros trabajos tenía un fin: discos y más discos. “Para las fiestas en los pueblos se solía comprar ropa nueva e íbamos a Córdoba, a mi me dieron dinero para unos pantalones, pero volví sin ellos, me planté en mi casa con 7 u 8 discos en la mano y sin pantalones”, recuerda entre risas.

Su pasión siguió y aumentó cuando se fue a vivir a Barcelona, “allí se ganaba más dinero y todo el que ganaba, que no era para comida o gastos básicos era para discos”. Ya que su afición por salir con sus amigos nunca ha sido la principal -aunque lo ha haya hecho-, Bartolo prefería quedarse en casa escuchando sus discos. “A lo mejor estaba hasta las 3 o las 4 de la mañana escuchando música”.

Entre su colección prima la música rock y pop que son sus géneros preferidos, además de ser un gran apasionado de grupos como Los Beatles o Los Mustang. Pero también tiene entre sus discos algunos de Triana, Lola Flores o Manolo Escobar, que más que por escucharlos los guarda “como documento, para en un futuro poder decir pues mira en esta época esto era lo que se escuchaba”.

Por su portada, por la edición o por el artista, el cordobés se ha ido haciendo disco a disco con una colección, que calcula, de unos 200.000 discos. Los guarda en una habitación de su casa con las estanterías a rebosar y en varias cajas, ordenados por orden alfabético, por años, por grupos, por solistas de los 80 o los 90, por mujeres u hombres tiene todas los vinilos. Una clasificación que a pesar de la cantidad de vinilos y gracias al tiempo que le ha dedicado, le permite encontrar cualquiera de ellos en segundos. “Lo tengo ya tan metido en la cabeza porque llevo toda la vida así”, explica.

Pero no todos los discos los ha conseguido comprándolos, hay quienes les han regalado hasta centenares de ellos, amigos, compañeros de trabajo o clientes. Bartolomé fue el dueño de la tienda de vinilos más antigua de Córdoba, Amigos del Vinilo, que tuvo que cerrar después de la pandemia. Aquí no se vendían reediciones, sino discos originales, algunos ejemplares rarísimos y difíciles de encontrar, que es lo que Bartolo destaca de su colección.

Tras pasar por muchas ferias de coleccionistas y más de 25 años detrás del mostrador, el cordobés se muestra orgulloso de su colección de discos que incluye piezas que le ha llevado años encontrar. Uno de ellos es El Gran Musical de Los Bravos, el que vio en una feria del disco de Barcelona y por el que llegó a ofrecer hasta 15.000 pesetas. Gracias a un amigo que le quitó la idea de la cabeza finalmente pudo comprarlo unos miles de pesetas más barato, “pero al cabo de los años”.

Entre su miles de discos se encuentran colecciones enteras como las de Los Beatles o Los Rollings, de cada uno tiene tres estuches llenos de discos, “todos con sus nombres y bien organizado”. Además, aclara que solo colecciona ediciones españolas, eso sí busca y consigue todas y cada una de esas ediciones, ya que podían ser distintas nada más que por haberse hecho las tiradas para comunidades distintas. “A lo mejor Los Beatles sacaban una tirada de 5.000 ejemplares y la han distribuido por Cataluña y como se han vendido de momento, en Andalucía a lo mejor tenían que hacer otra tirada y era distinta”.

Aunque sea difícil quedarse solo con uno, tiene claro cuáles son a los que guarda más cariño. Los de Los Beatles. “Hasta que conseguí todos sus discos...los primeros es muy fácil pero hablando de ellos que tienen tantos discos... En la convención Europea en Valencia de Los Beatles, por ejemplo, se hicieron discos especiales para la gente que fue allí y ahora esos encuéntralos, pero yo los conseguí”, indica. “Esos no los vendo por nada, más que nada por el trabajo que me ha costado tenerlos todos”.

Ahora los guarda todos y los cuida como un tesoro, haciendo feliz a ese niño que encendía su comediscos a escondidas de sus padres. Ahora, Bartolomé sueña con poder crear un Museo del Vinilo.

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