La 'playlist' cordobesa del 2025
La cosecha musical cordobesa de 2025 ha carecido, con contadas excepciones, de trabajos capaces de trascender lo local. La marca de este año que termina en cuanto al sonido facturado desde Córdoba ha sido la heterogeneidad y, acaso, el rasgo más marcado, la vuelta del flamenco ligero, tanto mirando al pasado, como desde el presente.
Esta playlist funciona como un mapa sonoro del presente: del flamenco que se remezcla con electrónica global al pop de autor, del club más nocturno a la canción íntima, pasando por la experimentación radical.
El flamenco vuelve a ser punto de partida, pero rara vez de llegada. India Martínez firma uno de los grandes discos de su carrera con Aguachile, un trabajo que cruza el cante con el regional mexicano, y amplía su proyección internacional, que tuvo su gran momento junto a Will Smith en First Love. En una línea distinta, pero igual de permeable, EFE publica Electronic Flamenco Re-Esquejes, un compendio de remezclas que conecta a productores históricos del house y la electrónica experimental con la raíz andaluza.
Por su parte, voces feminas como las de Beli Moli aportan un flamenco pop elegante en Todo llega, mientras Zilah (Raíces), Laura Edhel (Pandeia), La Espe (Fragilidad) y Eva Calyza (Esta reina) dialogan con lo ancestral desde el pop, el reggae, el r&b electrónico y la canción contemporánea.
La canción de autor vive un buen momento. Titín debutaba con Canción casera, un disco que mezcla pop, música popular andaluza y humor cotidiano. Álvaro Guerrero vuelve a su folk acústico más introspectivo con Eco de mi voz, Madame Dolor ha irrumpido reclamando la atención a su propuesta de canción minimalista con Si no te vuelvo a a ver, mientras D’Donnier refina su electro folk en Always y Be Fine, celebrando la belleza de lo rutinario. LaLola se ha sumado con Duerme conmigo, reforzando el pulso íntimo del año.
El rap dejó un disco destacado, el de We Ruanda, que sorprendieron con Bantú, un LP que ellos llaman AOR (Adult Oriented Rap), un cruce generacional donde conviven Ciclo, Guerrita, Elphomega y Escandaloso Xpósito. En paralelo, Rusowsky miró al pop cordobés de principios de siglo y sampleó a Las Ketchup en Johnny Glamour, demostrando que la nostalgia también puede ser vanguardia.
El rock cordobés también ha dejado señales de vitalidad en 2025. Los primos chicos han lanzado el sencillo Tu hijo, adelanto de un LP que debe estar al caer. Los hermanos Bonier, por su parte, ha consolidado su propuesta con La noria, un disco que reafirma su personalidad dentro del pop rock estatal. Y, aunque inmersos en un intenso año de gira, Viva Belgrado han encontrado tiempo para rendir homenaje a Triángulo de Amor Bizarro con una versión especialmente inspirada de Estrellas místicas, que conecta su sensibilidad post-hardcore con la tradición alternativa reciente.
El pulso nocturno lo marcan propuestas muy diversas. Nice G inauguraba etapa con Lasaña RemiXXXTape, una mixtape cruda y libre que mezcla jersey club, drum & bass, baile funk y rave. Kursiva adelantaba su esperado LP con Bear with me, reafirmando su peso en la escena drum & bass internacional. El productor Juan firmaba Time To Go Home, un EP que captura ese momento entre el club y el regreso a casa. Más radicales son Tsode, que presentaba Totum, una pieza de 65 minutos, y Vera Harlot, que consolidaba su universo oscuro y electrónico en Vera effigies.
Un universo en el que seguro se habría sentido cómodo Gabi Delgado, una figura que, cinco años después de su muerte, ha visto publicadas por fin unas grabaciones realizadas en Córdoba hace más de una década junto a Marc Hurtado. Ha sido con Neue Weltumfassende Resistance, pieza clave para entender su legado post-industrial. Por su parte, Fernando Vacas llevaba la creación sinfónica al streaming con Floating in the Air, Peace in Our Hands, mientras Steinberg/Cobos Quartet y Forma Antiqva (De Sópitu, con la voz del tenor cordobés Pablo García-López) amplíaban el espectro hacia el jazz contemporáneo y la música barroca reinterpretada.
Y, como signo de los tiempos, La Corredera irrumpía como elefante en una cacharrería en el panorama de flamenco pop con El Arte, un debut que ha seducido al algoritmo de las nuevas redes, y que los ha consolidado, en apenas cinco meses y sin apoyo de grandes discográficas, como un fenómeno musical capaz de trascender fronteras a partir de una mezcla que, salvando todas las distancias, recuerda un poco al sonido Queco de principios de milenio.
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