'Peter', el sorprendente y clásico musical que nos devuelve a la niñez

En la segunda estrella a la derecha todo seguido hasta el amanecer. Hasta allí, al remoto país de Nunca Jamás, han viajado este viernes los niños que se han sentado en las butacas del Gran Teatro de Córdoba. Acompañados por Peter Pan, pequeños y adultos, han peleado con los piratas y ayudado salvar a los niños perdidos.

La súper producción de Theatre Properties, Atresmedia y Grupo Eventix Peter, El Musical ha llegado a la ciudad cordobesa para revivir la historia de Peter Pan y los niños perdidos. Con una escenografía novedosa e impactante por su movimiento y variabilidad, el público ha podido rememorar los diferentes lugares, desde la casa de Wendy, John y Michael -una estructura de 12 metros de alto por 5 de ancho- hasta el barco pirata de Garfio, en hasta 15 cambios en directo.

Durante las dos horas y media de la obra, varios entreactos cómicos, como los protagonizados por la perra de la familia, Nana, o el pirata Smith -con un particular acento andaluz- han provocado las risas de los asistentes. Alguno incluso ha contado con participación del público, una manera de crear una relación más directa de los personajes con los niños que asistían al espectáculo.

Para guiar a Wendy y sus hermanos hasta Nunca Jamás Peter, interpretado por Laura Muriel, ha sobrevolado el escenario, dejando boquiabiertos sobre todo a los más pequeños. Pero el público no solo ha volado, sino que también ha podido bucear por las profundidades del lago de las sirenas, que han protagonizado otro de los momentos más sorprendentes. Una escena en la que, al igual que en el campamento indio, ha destacado la acrobacia.

Wendy, Peter, John, Michael, pero ¿y Campanilla? Aquí la producción ha utilizado recursos lumínicos y sonoros para representar a la minúscula hada que acompaña siempre al líder de los niños perdidos. Precisamente ha sido Campanilla quien ha provocado uno de los momentos más tiernos y cálidos del espectáculo, cuando niños y mayores han tenido que manifestar su creencia en estos seres.

El musical, dirigido por Tomás Padilla, destaca por su agilidad en el texto, al igual que por la energía que desprenden sus actores en cada número musical. Tras los cuales han resonado los aplausos en el Gran Teatro.

Música, canto, baile, interpretación, humor, acrobacia y muchos polvos de hadas, todo en un mismo espectáculo para el que no hay edad. Porque este viernes los pequeños han seguido disfrutando de eso a lo que los mayores han regresado, la niñez. Y es que “todos los niños crecen, excepto uno”, Peter Pan.