Un castillo en pleno corazón de la Campiña mucho más grande de lo que se pensaba
Hasta no hace muchos años, el castillo de Dos Hermanas apenas asomaba alguna de sus torres sobre el terreno fértil de la Campiña de Córdoba. En el término municipal de Montemayor, pero en el camino hacia Espejo, los restos de esta antigua fortaleza de la Edad Media permanecían dormidos, a la espera de que alguien los despertase.
Desde hace más de dos décadas, y casi cada verano, el Ayuntamiento de Montemayor ha emprendido varias campañas arqueológicas para ir desenterrando una de las piezas clave de su pasado, la de esta fortaleza que un día se abandonó y cuya población se trasladó a lo que es el municipio actual, en un punto más elevado junto a otro castillo.
Ahora, lo que inicialmente se consideraba un pequeño enclave fortificado ha resultado ser un vasto complejo defensivo, con una importancia histórica mucho mayor de lo que se había imaginado. Este descubrimiento no solo amplía el conocimiento sobre la arquitectura militar medieval en la región, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre la historia de la Campiña cordobesa y su papel estratégico en épocas pasadas.
Entre marzo y mayo de 2024, un equipo de arqueólogos, de la empresa Arqueobética liderados por Javier Tristell, llevó a cabo una de las campañas más ambiciosas en el yacimiento del Castillo de Dos Hermanas. Este esfuerzo, que se centró en dos áreas clave del castillo, ha proporcionado una nueva comprensión de la estructura y la historia del lugar. Los trabajos arqueológicos se enfocaron principalmente en el patio de armas y la zona de acceso al castillo, revelando una complejidad y una extensión inesperadas en la fortificación.
Como detalla el director del Museo de Ulía, Miguel Ángel Díez Matilla, en un trabajo preeliminar, el castillo de Montemayor tiene tres torres. Los trabajos de esta primavera han certificado que el antiguo castillo de Dos Hermanas tenía ocho, lo que evidenciaba que se trataba de una de las grandes fortalezas militares de la zona del siglo XIV.
El patio de armas: un espacio clave
El patio de armas, que constituye el corazón del castillo, ha sido una de las áreas más reveladoras de la excavación. Aquí, los arqueólogos han podido delimitar claramente este espacio central, descubriendo además un aljibe que habría sido fundamental para la vida dentro del castillo. Este aljibe, junto con estructuras relacionadas como una pileta de decantación, sugiere un sistema de agua bien desarrollado, crucial para la supervivencia en un entorno militar.
Los restos encontrados en el patio de armas también indican que la planta superior del castillo sufrió un derrumbe, probablemente intencionado, durante el siglo XV. Este hallazgo proporciona pistas sobre los cambios estructurales y de uso que el castillo experimentó a lo largo de los siglos. Además, se documentaron estancias que fueron reutilizadas como basureros y otras estructuras que podrían haber funcionado como una fragua o una cocina, lo que da una idea de la vida cotidiana en el castillo durante su época de esplendor.
Aunque los trabajos en la zona de acceso al castillo no pudieron completarse debido a las limitaciones de tiempo, lo que se ha descubierto hasta ahora sugiere una complejidad adicional en el diseño del castillo. Se identificó una torre hueca y una posible canalización, elementos que podrían haber desempeñado un papel crucial en la defensa y en la gestión de los recursos del castillo. A pesar de no haber terminado la exploración de esta área, los arqueólogos han tomado medidas para proteger el sitio, lo que permitirá futuras investigaciones que continúen desvelando los secretos de este imponente enclave.
Un castillo más grande de lo que se pensaba
Uno de los descubrimientos más sorprendentes de esta campaña ha sido la confirmación de que el castillo de Dos Hermanas es significativamente más grande de lo que se pensaba. Hasta el momento, se han identificado al menos ocho torres, lo que amplía considerablemente las dimensiones conocidas del castillo y sugiere que desempeñó un papel mucho más importante en la historia militar y política de la región.
Este hallazgo desafía las ideas previas sobre el tamaño y la función del castillo, posicionándolo como uno de los complejos fortificados más relevantes de la Campiña cordobesa. La magnitud del castillo sugiere que no solo fue un punto de defensa, sino también un centro de control estratégico en la región, lo que habría tenido implicaciones significativas para el control territorial durante la Edad Media.
La relevancia histórica del Castillo de Dos Hermanas ha quedado más clara que nunca gracias a esta reciente campaña de excavación. Los descubrimientos realizados no solo amplían el conocimiento sobre la estructura y la historia del castillo, sino que también subrayan la importancia de continuar las investigaciones en el lugar. Con cada nuevo hallazgo, se revela un poco más sobre el pasado de la Campiña cordobesa y sobre la red de castillos que alguna vez protegió esta región.
La campaña de 2024 ha sido solo el comienzo de lo que promete ser un esfuerzo continuo para desenterrar y preservar la historia de este castillo. El equipo de arqueólogos está convencido de que aún queda mucho por descubrir, y ya se están planificando futuras excavaciones que permitirán desvelar más secretos del castillo y, con ellos, una parte fundamental de la historia de Córdoba.
El Castillo de Dos Hermanas es una antigua fortaleza medieval, además de un asentamiento orientalizante, ibérico y romano, origen de la población de Montemayor, que se trasladó a su actual emplazamiento en el siglo XIV. Ocupa un pequeño cerro ceñido al sur por el arroyo Carchena, en un entorno rural de campos cultivados, donde hay un yacimiento arqueológico con restos desde el calcolítico. En las proximidades del arroyo destaca un gran pilar asociado a una vía pecuaria.
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