El Cabildo propone abrir otros accesos al Patio de los Naranjos desde el muro norte de la Mezquita
El plan director de la Mezquita Catedral que este miércoles presentó el Cabildo y entregó a la Junta de Andalucía prevé una multitud de intervenciones en el monumento. La más notable, aunque no es la más costosa, ni mucho menos, es la del muro norte de la Mezquita Catedral, el que linda con el Patio de los Naranjos. La intervención en este punto es clave y polémica a la vez. Esta obra estaba prevista en el plan director de 2001-2003 que nunca llegó a aprobarse. Los técnicos de la Junta siempre mostraron su desacuerdo. El propio Cabildo intervino en el muro norte retirando una de las cuatro celosías de Rafael de la Hoz, instaladas en los años setenta del siglo XX. Tanto la autorización de la Junta como la licencia de Urbanismo han sido anuladas por varias sentencias judiciales.
El acceso al interior del monumento desde el Patio de los Naranjos es clave para el Cabildo y para mantener el uso religioso. La retirada de la celosía, por ejemplo, fue un asunto capital para el traslado de la carrera oficial de la Semana Santa a la zona. Ahora, el plan insiste en la intervención en el muro y en la posibilidad de abrir más accesos eventuales, pero en los vanos en los que no haya capillas.
El muro norte de la Mezquita Catedral estuvo, en época omeya, abierto al Patio de los Naranjos al completo. Todos esos vanos ofrecían la luz horizontal que tanto caracterizaban al templo principal de la Qurtuba islámica. Tras la conquista cristiana, a lo largo de los siglos los vanos se fueron tapiando, salvo los accesos actuales, que son usados por el Cabildo para facilitar la entrada y salida de turistas. En los años setenta, De la Hoz intervino en cuatro vanos donde no había capillas y construyó unas celosías con las que quiso devolver la luz horizontal al monumento. La luz vertical de la Catedral haría un juego clave en un monumento único en el mundo.
La propuesta del Cabildo está considerada en el plan director como una intervención urgente. De hecho, se fija un presupuesto de casi 700.000 euros en una intervención “prioritaria”. Los arquitectos conservadores que han redactado el plan director señalan que la fachada presenta “una situación de deterioro” que consideran grave, ya que se han perdido la mayor parte de los acabados. Los arquitectos aseguran que el muro ha perdido sus acabados, que hay ladrillos sueltos, maderas y añadidos de difícil datación que consideran que tienen que ser retirados.
Antes de elaborar el proyecto de obra, los arquitectos conservadores plantean trabajos arqueológicos previos que determinen la calidad del muro en muchos puntos y evaluar, insisten, las zonas donde no hay capillas. El proyecto original del Cabildo de 2001 y 2003 planteaba el retranqueo de las capillas y la apertura de la mayor parte de los vanos tapiados.
Esta no es ni la más cara de las intervenciones previstas. En total, el Cabildo ha previsto inversiones por 25 millones de euros en el monumento durante los próximos diez años. Entre las actuaciones urgentes también está una intervención en la Maqsura de la antigua mezquita aljama, que ya ha recibido el visto bueno de la Comisión de Patrimonio, o la restauración de la Capilla Real, el lugar donde se llegaron a enterrar varios reyes. Se continuará además trabajando en la restauración de fachadas, en las puertas y se intervendrá en las cubiertas.
Retirada de las exposiciones permanentes
Por otra parte, otro de los planteamientos del plan director, que ordena el plan de conservación de catedrales, es que las exposiciones permanentes que alberga actualmente la Mezquita Catedral sean trasladadas al futuro centro de recepción de visitantes, en el Palacio Episcopal. Así, se propone el traslado de los llamados museos de San Vicente y San Clemente, y liberar así espacio en el interior de la Mezquita Catedral para mejorar su comprensión histórica y patrimonial.
El plan director señala que sí que podrán seguir habiendo muestras temporales en el interior del monumento, pero que éstas deberán tener una zona concreta y perfectamente acotada, que no impidan la visita turística ni la vida litúrgica en el interior del templo.
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