No era un borrado, era un 'Palimpsesto': Sota Pérez releva a Sake Ieneka como muralista del Teatro Góngora
No era un borrado definitivo, era un palimpsesto. La desaparición de la niña con mascarilla que grafiteó el artista urbano Sake Ieneka en la fachada del Teatro Góngora estaba pactada de antemano por el creador y el Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE) de Córdoba.
Desde el primer momento, se habló de convertir este espacio en un lienzo temporal para el arte urbano. Un muestrario de la mirada de un creador al mundo del teatro de Córdoba, y que iría cambiándose año tras año. Así se definió el proyecto Palimpsesto, con el que el IMAE apuesta por incorporar otras miradas contemporáneas a su propia fisionomía. Concretamente al marco que circunda su fachada.
La idea detrás del proyecto, según han especificado desde el IMAE, era “trascender de su misión principal, promoción de las artes escénicas, haciendo un guiño a otras artes que puedan tener impacto en la ciudad”.
Con esa idea, el IMAE contactó con Sake Ieneka, uno de los muralistas cordobeses más importantes, al que le pidieron que rompiera el hielo. La premisa era doble: “tú obra no perdurará en el tiempo y tú elegirás al artista que pinte sobre ella”, recuerda Hortensia Revuelta, jefa de Comunicación del IMAE, sobre la génesis del proyecto. El artista cordobés aceptó el reto de buen grado, y fijó, en su habitual estilo realista, una adecuada imagen: una niña con mascarilla en la sala del teatro.
Y, también desde el principio, Sake Ieneka tuvo claro quién habría de ser su sucesor. Buscaba algo totalmente diferente y dijo dos palabras: Sota Pérez.
Así que ha sido el propio Sota Pérez, diseñador gráfico y artista urbano que reside y trabaja en Córdoba, el que este jueves comenzó a borrar el mural de su antecesor. Y es Sota Pérez quien, desde este viernes, ha comenzado a crear una nueva obra de arte urbano en la fachada del Teatro Góngora, con la misma expectación y caras de sorpresa de los viandantes que pasan por la calle Jesús y María.
De lo que ocupará el lienzo poco se sabe. Sota Pérez suele trabajar con la tipografía y, por lo que ha contado a este periódico, a la hora de concebir esta obra se ha inspirado en la propia tipografía del Teatro Góngora, que es de carácter modernista y que, a su juicio, da pie a crear “un mundo vivo”. “Hay un mundo interior dentro del teatro que desde fuera no siempre se percibe”, explica Sota Pérez sobre el work in progress que está desarrollando.
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