Los Labios, superiores
Cuatro sevillanos y un inglés, de padre sevillano también, atracan la noche del sábado al domingo la Sala Long Rock, a golpe de riffs de guitarras y ritmos infecciosos
Nos encontramos en la Sala Long Rock, situada dos calles más abajo del epicentro de la ciudad (Teniente Braulio Laportilla, 6). Son las 11 de la noche, entrada libre al local, y sobre el escenario podemos ver a Charlie Cepeda, Alvaro Suite, Riki y Fernando Reina. Más tarde entrará en escena Sammy T., hijo del legendario rockero Silvio Fernandez. Juntos y en conjunto, forman Los Labios.
Desde los primeros acordes, quedó claro de qué iba aquello. Rock de corte clásico. En concreto, de la corte de sus satánicas majestades, los Rolling Stones. Los Labios nos besuquean con un ruido intenso y lengüetazos eléctricos. Se asemejan a las Arañas de Marte, la banda que acompañaba a Bowie, tanto en estética como en sonido. Y el cantante de Los Labios, Sammy, parece más bien hijo de morritos Jagger, que del autor de la Ragazza del Elevatore.
Lo suyo sobre el escenario es un no parar: se revolcó por el suelo, bailó de forma convulsa, e incluso regurgitó un tetrabrik de Covap sobre un cuenco metálico preparado al efecto. Pasión y sudor con ADN. Carisma paterno cantado en inglés, su lengua materna.
Algún purista o hipster podrá pensar que Los Labios no nos están descubriendo nada nuevo. Le contestamos cantando aquello de los Rollings: ya lo sé, es sólo rocanrol, pero me gusta.
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