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Amor, suerte y comunidad: el camino de Dalila dentro del 'underground'

La dj y productora Dalila

Rosario Ostos

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En un pueblo sevillano marcado por su cercanía a Doñana y a la aldea de la Virgen del Rocío, en una casa donde la música se respiraba a todas horas, una niña de apenas 12 años grabó su primera sesión en un casete para compartirlo con sus amigas. Viente años después, aquella niña de Pilas se ha transformado en Dalila, una dj que trae “frescor” a una escena musical renovada. Dalila no viene sola, sino que la acompañan otras artistas y productoras con las que se han “lanzado hacia arriba las unas a las otras” hasta dar el salto a la Boiler Room, plataforma musical internacional, o al cartel del Sónar, el festival de más prestigio en el mundo de la electrónica y que se celebra en Barcelona.

“En la vida las cosas llegan casi sin pensarlas”, asegura en esta entrevista con Cordópolis. La unión entre la tradición popular andaluza y la música más innovadora y vanguardista se canaliza en una abogada, dj y productora que logra mantener un estilo “sin pretensiones y de forma natural”. Asegura que descubrir nuevos temas es “el amor a primera vista en su máxima plenitud”. El amor como parte de una ecuación en la que se unen la suerte, la oportunidad y el trabajo, además de una pizca de querer “meterse en fregaos”. Uno de ellos es la raverbena organizada este sábado en Córdoba dentro del Tour del Talento.

PREGUNTA (P): ¿Cómo ha sido el pasado de Dalila para llegar hasta donde está hoy?

RESPUESTA (R): Criarme en Pilas me orientó a estar muy cerca de la música, gracias al arraigo de mi familia con la cultura popular del pueblo, la andaluza. En mi casa siempre se ha vivido ese folclore relacionado con las romerías por la cercanía a Doñana, al Rocío y Almonte. Esto me ha unido mucho al flamenco, las sevillanas y el cante. Me llaman mucho las letras que hablan de la idiosincrasia de los pueblos, las tradiciones populares, lo campero y lo marismeño. Todo eso me aporta mucho como artista.

Recuerdo que hasta los 12 años estuve en la escuela de música. Hacía los deberes con los canales de música de la televisión e, incluso, tengo un casete grabado con canciones de Canal Fiesta Radio. Siempre digo de broma que esa fue mi primera sesión porque, en cierto modo, ya seleccionaba y montaba música con lo que tenía a mano. Durante mi Erasmus a Montpellier (Francia) descubrí el underground, la electrónica y la cultura del club. A mi vuelta a Sevilla comencé a coleccionar vinilos, pero por inseguridad, miedo y vergüenza, sumado a que no tenía muchos referentes femeninos, no lo hacía mucho.

La parte especial que más me motiva a ser dj es el estudio y descubrir cosas que son difíciles de encontrar. Para mí es el amor a primera vista en su máxima plenitud, es una sensación de enamoramiento. Esa obsesión al descubrir algo, no parar de escucharlo, querer contárselo a todo el mundo, para mí es el auténtico enamoramiento y la principal motivación que me mueve a hacer esta cosa.

Me llaman mucho las letras que hablan de la idiosincrasia de los pueblos

P: ¿Cómo reflejas la unión entre lo tradicional y lo vanguardista en un estilo propio?

R: Es muy complicado desprenderse de ese arraigo que te da haber pasado tantos años en un pueblo. Aunque lleve años viviendo en Sevilla, nunca me he desvinculado de Pilas, siempre digo que soy de allí. Además, disfruto mucho compartiendo tiempo en familia, no solo con mis padres y mi hermano, sino con mis tíos o mi tata, una vecina que nos cuidaba porque nuestros padres trabajaban. Tengo la suerte de tenerla en mi vida, ir al pueblo, comer donde siempre, ir al campo sin ninguna excusa y cantar y bailar. Es una parte troncal y principal en mi vida. A la hora de exponer mi trabajo, esa impronta está en mí.

Esa foto en un callejón con el vestido negro es de una sesión que hice con Alicia Arce, una fotógrafa excelente que revela y escanea las fotos. No hay grandes recursos ni gente poniendo pasta detrás. Le pedí a una amiga un vestido negro que se puso para los premios Goya, me hice unas ondas al agua en el pelo y nos fuimos a pasear por Sevilla a ver qué encontrábamos. Cuando vi esa puerta pensé: “Es un after”, era mezclar la salida de un after, en mi ciudad y en Semana Santa. Es un planteamiento muy natural, nada deslocalizado. Eso le da un matiz muy natural a todo y creo que así le llega a la gente.

P: ¿Quién acompaña a Dalila en este proceso creativo?

R: Estar rodeada de gente es lo que me ha ayudado a estar en este punto. A nivel imagen, trabajo con La Cura o Carne al Corte, que a su vez trabajan para Cruzcampo, La Casera, el grupo La Plazuela o Chico Blanco. Estar junto a estos colectivos tan talentosos me ha ayudado a alcanzar ese estándar visual que se impone en la industria. Necesito a profesionales para llevar mis ideas a la realidad.

De hecho, el fin de semana pasado estuvimos en Barcelona grabando el videoclip en colaboración con Highkili, un dj canario, con la productora andaluza Carne al corte, compuesta por andaluces migrados. Al final son gente que se une al proyecto sabiendo que el presupuesto es limitado, esto es el underground. Es un acto de compartir y de colaborar precioso, una apuesta que estos profesionales hacen por tu trabajo y por amor al arte. 

En el ámbito musical, siento que ha tenido mucho valor el componente de comunidad. He empezado a despuntar cuando se está consolidando en Andalucía una escena muy potente. A mí me adoptaron en Granada, en una escena ya consolidada. A raíz de Niki Lauda, del grupo B2BBS,  conocí a muchos artistas, con proyectos sólidos, que me han cuidado y me han llevado con ellos. Eso es comunidad y acompañar. La comunidad, el Do It Yourself, el amor, el cariño y cuidarnos ha sido muy importante en mi trayectoria. Aparte del trabajo, el componente estar en el sitio y en el momento hace bastante. Y lo digo porque me han puesto en una Boiler Room, que es el mayor escaparate para trascender de lo local. Todo esto ha tenido una influencia determinante en mi carrera.

Antes la sororidad no existía porque la escena estaba más monopolizada por hombres

P: ¿Qué te ha aportado el hecho de rodearte de otras profesionales de la escena y apoyaros entre vosotras?

R: He hablado de la escena de Granada, pero en Sevilla formamos un equipo de muchas mujeres que ya nos conocíamos de otros proyectos donde trabajábamos juntas. Llegó un momento en que nos dimos cuenta que ese amor y cariño que poníamos en otros proyectos podíamos ponerlo en los nuestros propios. Esta unión no creo que haya ocurrido solo en Sevilla. A nivel nacional también hay esa unión y esas ganas de querer hablar todas con todas.

Ahora que tenemos el Sónar en junio, hemos decidido hacer una videollamada para charlar, compartir y no pasar solas este trámite de nervios en un momento importante. Nos contamos nuestros miedos, inseguridades, compartimos mezclas y temas. Me da la sensación de que antes esto no existía porque la escena estaba más monopolizada por hombres.

P: ¿Cómo explicarías a alguien ajeno a este mundo el desarrollo que ha tenido la escena actual?

R: Creo que la escena del underground ha tornado en otra cosa. Hablando con djs de otras generaciones me han dicho que flipan con las novedades que hemos traído, porque antes se encasillaban en ciertos géneros y ahora nosotras hemos roto con eso. Me comentaban que hemos llegado como una ventolera de aire fresco, sin complejos hemos mezclado estilos y han salido cosas nuevas. En ese sentido creo que ha habido una renovación y un fortalecimiento de la escena aprovechando esas ideas nuevas. Se les da la oportunidad a todo tipo de sonidos y resulta muy sano y constructivo. Ahora hay propuestas muy interesantes que nos permiten conocernos en un ambiente de unión y hermandad. Algo tan natural que beneficia a la escena porque evita conflictos entre egos. Era una renovación muy necesaria por la llegada de caracteres más libres y menos encorsetados. Parte de la consolidación de la escena nacional son estos matices.

P: ¿Qué artistas y estilos te han llevado a tu música a día de hoy?

R: Tenemos que partir de la base de que a mí me gusta toda la música, no puedo decir otra cosa. El flamenco o la salsa son igual de influencias para mí que otros estilos. No podría elegir un sonido del que nutra mi proyecto. Ahora me ha dado por intercalar en las sesiones temas de house o break melódico, voy cambiando mucho.

Bebo de todo lo que escucho. Igual es algo disperso, pero a mí me realiza como artista. Es meterte en fregaos y a mí eso me encanta. El próximo tema va a ser de UK garage en español y el siguiente que tengo grabado tiene una batería de dembow y una parte de dubstep. Como escucho mucho, me gusta descubrir nuevos géneros y subgéneros, al final voy descubriendo. Es cierto que luego me escucho y me reconozco, no me pierdo en ese trajín de estilos musicales. Me gusta experimentar y meterme en fregaos.

P: ¿Cómo canalizas todo lo que llevas dentro a través de un estilo tan reconocible?

R: Nunca me he marcado como objetivo llegar a ciertas cosas, aunque cuando empiezas es obvio que te hace ilusión alcanzar ciertos objetivos. Nunca he hecho las cosas con pretensiones. Disfruto descubriendo nuevos géneros, no me limito a uno solo. Esta conjunción de cosas, al final, tiene sentido porque lo hago de manera natural, no me disfrazo, no es impostado. Todo eso hace que conecte mucho con la gente y tampoco sorprende que cambie tanto de registro. Intento transmitirlo con naturalidad, de forma espontánea y ese es el hilo común de mis proyectos. Todo el mundo reconoce mis trabajos, no sé si por cómo canto o me expreso, pero en diferentes proyectos hay elementos o matices que están ahí y hacen que se me reconozca. Admito que se me asocia mucho con el breakbeat, pero también se queda esa impronta de quien juega a ser dj.

No podría elegir un sonido del que nutra mi proyecto

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