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Un policía que acudió a Las Moreras asegura que escuchó: “Esto se ha acabado, me lo he cargado”

Juicio del crimen de Moreras

María Berral

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“Me lo he cargado”. Esta es una parte de la frase escuchada por un policía interrogado en la mañana de este jueves en la tercera sesión del juicio sobre lo ocurrido en Las Moreras en 2018. Tras acudir a una segunda llamada que informaba de una reyerta en este barrio, el agente ha narrado que un joven les indicó que otros dos estaban heridos en un parque. Tras acudir al lugar, encontraron a dos varones gravemente heridos.

Este jueves se ha desarrollado la cuarta jornada del juicio con jurado popular sobre el crimen de Las Moreras, donde han comparecido varios agentes que se personaron en el lugar de lo ocurrido como otros, pertenecientes a la policía científica. Los primeros policías han relatado que acudieron en dos ocasiones al lugar de los hechos, ya que tras la primera llamada que alertaba de una reyerta, no encontraron indicios de esta. Tras un corto periodo de tiempo, recibían otra llamada, sin haber llegado al lugar, en la que un varón les alertaba de dos hombres heridos. Uno de ellos se encontraba más grave, con una herida de arma blanca en el antebrazo; el otro, un corte en la cara.

Tras acudir al patio Poeta Gabriel Celaya, donde habían resultado heridos, los agentes fueron increpados por otro grupo de personas que se encontraban allí. “Nos decían que la culpa era nuestra porque no habíamos hecho nada”, ha explicado uno de ellos.

Ambos agentes coinciden en que, tras varias llamadas a la ambulancia y un largo periodo de tiempo de espera, los heridos se fueron en sus propios vehículos acompañados por los familiares hacia el hospital. Antes de esto, uno de los policías asegura haber escuchado una frase clave a escasos centímetros suyos, “con el brazo lo podía alcanzar”. “Escuché a uno de ellos, el del corte en la cara, calmando a la madre, la cogió por el cuello y le dijo: No te preocupes que esto se ha acabado, que me lo he cargado”, ha declarado.

Esta frase fue la que hizo pensar diferente a este agente en el momento en el que el resto de sus compañeros decidieron que, ante la falta de asistencia sanitaria, se dirigieran al hospital por sus propios medios, siendo en todo momento seguidos por coches policiales. “Le dije a mi jefe lo que escuché y le decía que de aquí no se puede ir nadie, creyendo que la ambulancia estaría al llegar”, ha explicado. Sin embargo, ha explicado que se produjeron contradicciones entre ambos hermanos (J. J. R. V y R.R.V.), ya que J. J. habría sido quien le dijo a su madre “Esto se ha acabado, que me lo he cargado” y R. R. también hizo referencia, según el agente que no recuerda las palabras textuales, a que había sido él.

Finalmente, los heridos llegaron hasta el hospital en los vehículos acompañados de sus familiares y acompañados de la Policía. Según han declarado los agentes, en el hospital se dio “una situación violenta entre los familiares”.

Tras la declaración de estos agentes, ha intervenido el policía que formó parte del atestado en las declaraciones, participó en la reconstrucción del vídeo, extrajo fotogramas e identificó a varias personas en estos. El agente ha explicado cómo percibe en el vídeo un forcejeo entre Juan José, Rafael y Luis, la víctima de 27 años, que murió en el lugar. “En un momento le quita el cuchillo, Juan José coge a la víctima y la víctima se apoya en el suelo, y ahí es cuando le da la puñalada mortal”, ha explicado mientras se mostraba el vídeo en la sala. Ha señalado que durante la trifulca se ve cómo “las primeras puñaladas no eran vitales porque está defendiendo su vida”. Por su parte, la defensa de los hermanos acusados ha rebatido que no se logra ver con claridad en el video que J. J. dé la puñalada mortal a Luis, a lo que el juez ha concluido que es la percepción del agente.

Más testigos

Por su parte, ha dado declaración la pareja de la madre del niño de 13 años presuntamente agredido por la víctima y la tía de los principales acusados, quien ha afirmado que no presenció la reyerta ya que se encontraba en su domicilio. Sin embargo, los agentes lo identifican en el vídeo, a lo que él ha alegado que no es él, ya que en esa fecha se encontraba escayolado y en el vídeo no se aprecia escayola o muletas.

El hombre ha declarado que se enteró de lo sucedido por un vecino “me dijo que lo habían matado. Cuando llegué a casa de mi hermano tenía la puerta partida y toda la casa revuelta”.

Las pruebas retiradas por la policía científica

El agente interrogado perteneciente a la policía científica ha detallado los distintos vestigios que recogieron en el lugar de los hechos, tras realizar una inspección ocular. Según ha explicado, las muestras de ADN, por su parte, han sido analizadas en un laboratorio de Sevilla. “Lo primero que realizamos es un reportaje fotográfico de cómo encontramos todo, vemos que tenemos que recoger y etiquetamos cada cosa que nos vamos a llevar”. Entre estos objetos recogidos, según ha detallado el agente se encontraron “en un banco, una bata con una zapatilla, detrás del banco, una jardinera donde encontramos dos armas blancas, un cuchillo plateado y algo de un cuerno, algo hecho casero”. Además, de restos de la zapatilla compañera a la encontrada anteriormente, una cadena metálica y una cazadora de color azul. Otro arma encontrada fue un cuchillo que había en una alcantarilla. “Después encontramos gotas de sangre hacia una dirección y nos dirigimos con ellas, recogiendo muestras”. El interrogado ha identificado durante la sesión dos de las armas mencionadas anteriormente.

Por su parte, un agente del grupo de homicidios, ha aclarado que bajó a los calabozos acompañado de la policía científica “para intervenir ropas y enseres” que podrían contener algún indicio o vestigio. Según ha expuesto, “se retiraron a cada varón las zapatillas y un pantalón de chándal. A la señora unas botas una cazadora y un vestido”. Estas prendas y objetos fueron individualizados y embalados para su traslado para recabar muestras de ADN en Sevilla.

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