El teléfono rojo (del tripartito) empieza a comunicar
Este lunes arranca un nuevo curso político en Capitulares tras una dura semana para el equipo de gobierno
Quizás una de las películas más divertidas de la Guerra Fría la filmó Stanley Kubrick. ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú era la traducción al castellano de Doctor Strangelove, una de las mejores cintas de Peter Sellers, con permiso de El Guateque. En Capitulares también existe un teléfono rojo, una especie de línea de comunicación (que ahora se hace por Whatsapp o Telegram) entre el cogobierno de PSOE e Izquierda Unida y Ganemos. Desde que en junio de 2015 la asamblea de Ganemos decidió no entrar a gobernar, aunque sí apoyar al equipo de gobierno, esa línea siempre ha estado abierta. Es la que se ha usado para limar asperezas y lograr que finalmente los cuatro ediles de la agrupación de electores (fundamentales para la supervivencia del cogobierno) votaran a favor los presupuestos y asuntos fundamentales. Esta semana, por primera vez, el teléfono rojo ha empezado a comunicar.
A partir de este lunes arranca un nuevo curso político (en Córdoba, hasta que no pasa la Fuensanta no se retoma la actividad municipal con toda la intensidad). Y lo hace de la peor de las maneras, tras el fallecimiento de una de las concejalas, María José Moros. Su pérdida ha sido un auténtico mazazo para la alcaldesa, Isabel Ambrosio, su gran apoyo dentro de su equipo, pero también para el resto de la Corporación. Moros era una concejala transversal, con grandes amistades y que trabajaba codo con codo con ediles de otros grupos municipales, especialmente con IU y Ganemos.
Apenas dos días antes de su deceso (nadie en Capitulares sabía que su enfermedad estaba ya tan avanzada), Ganemos dio una rueda de prensa en la que suspendió la gestión presupuestaria del equipo de gobierno. Obviamente esta crítica (algunos ediles bromeaban que con un “aprobado raspado” hubiera bastado para mantener el buen ambiente) no sentó nada bien en el cogobierno del PSOE e IU.
Desde el cogobierno, que empiezan a perder la paciencia ante el retardo en la decisión definitiva de Ganemos, desconfían de que la agrupación de electores pueda estar trazando una estrategia ya casi más electoral que otra cosa. “No vamos a permitir que se imponga la imagen de que esto es un desastre y de que son ellos los que nos van a salvar”, aseguran fuentes consultadas por este periódico. Las fuentes insisten en que el primer año de gobierno ha sido “durísimo” y que lo que queda de mandato será más pacífico, con asuntos municipales que han ocupados páginas y páginas de periódico, y horas y horas de radio, ya prácticamente enderezados.
El teléfono rojo, que hasta hace no mucho echaba humo, también comunica porque tampoco está claro cómo entraría Ganemos en el equipo de gobierno, y qué competencias asumiría. Tras más de un año de gobierno, muchos concejales están muy asentados en sus delegaciones y no será fácil convencer a algunos de que compartan algunas de esas parcelas. También se desconfía de que muchas negociaciones se están llevando a cabo con concejales que luego tienen que ratificar lo hablado ante una asamblea, que es soberana. No se quiere repetir lo que sucedió en junio, cuando las delegaciones municipales ya se habían repartido entre el PSOE, IU y Ganemos, pero la asamblea de estos últimos acabó tumbando todo lo negociado y acordado tras muchas horas y días de reuniones.
Sin embargo, y es algo que ni está hablado ni por supuesto pensado, la alcaldesa está obligada ahora a reformar su equipo de gobierno. En pocos días, un nuevo concejal jurará o prometerá su cargo en Capitulares y, supuestamente, Ganemos tendrá también que decidir si finalmente convoca o no la asamblea para entrar en el gobierno municipal. De momento, el teléfono rojo sigue comunicando y eso es algo que también empieza a incomodar a los ediles de Ganemos.
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