Vox interpreta su aumento de votos en Córdoba como un amargo empate

Apenas un centenar de simpatizantes, militantes y apoderados de Vox estaban esta vez esperando, pasadas las 23:00, a que apareciera Alejandro Hernández, candidato de Vox Córdoba a las elecciones andaluzas y, desde este lunes, parlamentario andaluz de la formación por segunda vez. Eran un centenar pero parecían apenas dos decenas.

Lejos de otras noches electorales, muy lejos, sobre todo, de aquella lejana noche de diciembre de 2018 en la que Vox entró en los parlamentos españoles desde Andalucía, los ánimos estaban templadísimos. Más fríos que el aire que soplaba alegremente esta noche de junio. Quizá por eso, cuando Hernández ha aparecido por la sede de la Hermandad de los antiguos Legionarios de Córdoba -donde estaba Vox tratando de “celebrar” su resultado-, no ha tardado ni un minuto en tomar la palabra para dirigirse al público.

“El de hoy es un resultado que mejora, que no es ni mucho menos una derrota y que, desde luego, no es para que tengamos las caras excesivamente largas”, ha afirmado el líder provincial de Vox con la voz ligeramente tomada al público que lo ha recibido entre aplausos. En realidad, quería decir que las victorias amargas son una especie de derrota. Pero, como Hernández es más abogado que poeta, ha sintetizado el resultado con tres palabras: “A veces se empata”.

Un parlamentario en 2018, uno en 2022. He aquí el empate. En votos, ha habido victoria, siempre según con lo que se compare. Si se mira las andaluzas de 2018, Vox ha sumado 13.000 apoyos más. Pero, si se mira la última vez que se pusieron las urnas en Córdoba, en las generales de 2019, Vox se deja 34.000 votos por el camino.

También se deja una victoria total y casi esperada, la de Lucena, que se daba por hecho en el partido. Allí, en esta ciudad del sur de la provincia, Vox fue primera fuerza en las últimas generales. Este domingo ha sido segunda, sucumbiendo al tsunami de la mayoría de Juanma Moreno.

Segundos en Lucena

Fue allí, además, donde Vox buscó su foto de campaña. Santiago Abascal, Macarena Olona y el propio Hernández la visitaron el pasado miércoles y congregaron a miles de personas. El recuerdo de aquella imagen y del trabajo hecho en la campaña ha centrado parte del discurso de este abogado, que durante buena parte de la pasada legislatura, ha sido el rostro de la formación de derecha radical en el Parlamento Andaluz.

“Lo que hace grande a una formación es levantarnos ante la adversidad. Caer, volver a levantarse segundo, y peleando por lo que uno cree. Lo que hace grande a alguien no es ganar. Eso son circunstancias de la vida y a veces pasan y a veces no”, decía el presidente provincial de Vox, que recordaba que su formación tiene “compañeros que han pasado por varias travesías por el desierto”.

¿Es la mayoría de Juanma Moreno una travesía por el desierto para Vox? Esta noche lo parecía. Aunque Hernández lo achacaba a las expectativas, que han vuelto a jugarle una mala pasada a la formación de Santiago Abascal. Por supuesto, la prensa no ha podido preguntarle su opinión al flamante parlamentario. Las preguntas estaban vetadas y así se ha hecho saber desde primera hora de la mañana. También han vetado a periodistas. Concretamente al compañero de Radio Córdoba-Cadena SER, al que han impedido la entrada a la sede para seguir el recuento.

Nada de eso importaba demasiado en la celebración oficial, en la que más de uno estaba intentando extrapolar el resultado a las próximas municipales. “Habrá que pensar que cosas son mejorables y habrá que evitar en el futuro, pero hay que ir con la cabeza alta y orgullosos de lo que somos”, decía Hernández antes de cerrar su discurso con un “Viva España” y un “Viva Andalucía”.

Por algún motivo, ha tenido que ser alguien del público quien le enmendara el cierre: “Y ¡Viva Vox!”, ha gritado el militante, cuando Hernández y sus compañeros se estaban colocando para los flashes de los fotógrafos.