Los trenes perdidos por Córdoba
Pablo Marinas, un joven estudiante de ingeniería informática aficionado a los trenes, ha divulgado a través de las redes sociales un mapa de la Península Ibérica sobre las líneas de tren perdidas, las que están en peligro y las que gozan de buena salud (la alta velocidad, principalmente). El mapa es una recopilación para nostálgicos del ferrocarril y también una evocación de lo que un día fue un medio cercano y sostenible para miles de ciudadanos. También en Córdoba.
Desde los años sesenta, han desaparecido en Córdoba al menos cuatro líneas ferroviarias, que vertebraban el territorio de norte a sur y de este a oeste. Muchas de estas líneas han desaparecido para siempre y se han convertido en vías verdes. Otras están en proceso. Y otras ni siquiera han podido reconvertirse.
Marchena-Valchillón
Esta línea se inauguró a finales del siglo XIX y se abandonó en los años setenta. Su objetivo era conectar a Écija con el ferrocarril, ya que esta importante ciudad sevillana se quedó fuera de los grandes corredores. Y lo hacía desde Marchena. En Córdoba daba servicio también a La Carlota, Fuente Palmera o Guadalcázar. Parte de su recorrido ha sido reconvertido en vía verde. No hay proyecto alguno de retomar este ferrocarril que cerró al considerarse deficitario.
Córdoba-Almorchón
La última locomotora que transitó esta vía hasta la capital lo hizo en los noventa. Desde entonces, está abandonada. El ramal ferroviario a Almorchón conectaba Badajoz y Ciudad Real con el eje ferroviario Madrid-Sevilla. Tras las obras de remodelación del ramal de Córdoba quedó incomunicado a pocos kilómetros de la capital, dejando aislado este importante eje ferroviario, que enlaza el norte de la provincia de Córdoba con su capital.
El último tren circuló por la vía en 1990. Desde entonces, se proyectó su remodelación, algo que nunca ocurrió. En 1994, se aprobó un convenio de colaboración para la remodelación de este de ramal ferroviario. Pero no se llegó a desarrollar. Tampoco se ha construido la vía verde prevista. En el Guadiato sus vecinos reclaman que se retome el proyecto para comunicar a la comarca, algo que parece poco probable para el futuro.
Peñarroya-Puertollano
También a finales del siglo XIX, la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya construyó un ferrocarril que vertebró el norte de Córdoba. Sus más de 220 kilómetros unían Badajoz con el norte de Córdoba y Ciudad Real. Se hizo para dar salida al material minero del Guadiato, pero fue muy usado por los pasajeros del norte de Córdoba en su salida hacia Madrid. Había paradas en Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, por ejemplo.
La línea se abandonó en los años setenta. La falta de rentabilidad llevó a Renfe a dejar de explotarla. Desde entonces, se ha intentado habilitar como vía verde sin éxito. Eso sí, muchas de sus antiguas estaciones se han reconvertido en viviendas, principalmente turísticas. Tampoco está en los planes del Gobierno retomarla.
El tren del aceite
El ferrocarril unía Linares con Puente Genil y era conocido como el tren del aceite. Era obvio por lo que se construyó y por lo que se explotó principalmente. El tramo entre Luque y Baena se cerró en 1965, el de Linares Espeluy en 1970 y el de Jaén-Campo Real siguió funcionando hasta 1985. La línea se ha reconvertido en su mayor parte en una Vía Verde, muy explotada turísticamente. Tiene estaciones convertidas en restaurantes, como en Luque y Doña Mencía.
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