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Radiografía de los caminos públicos y una llamada de atención sobre su valor patrimonial

Vereda de la Pasada del Pino

Carmen Reina

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La editorial Almuzara acaba de publicar el libro Caminos y senderos públicos de Andalucía, una radiografía desde el punto de vista cartográfico, normativo y social de este patrimonio del territorio que supone el 25% de toda la comunidad autónoma. Y se hace, analizando la realidad, sus usos y los actores que desde distintos ámbitos influyen en los caminos públicos, para dar un toque de atención sobre el valor patrimonial que suponen estas vías en la naturaleza de una comunidad autónoma que bien podría tener en ellas un vector de desarrollo sostenible.

Los autores del libro son Manuel Trujillo Carmona, José María Nasarre Sarmiento y David Jesús Moscoso Sánchez, que han unido sus especialidades para sumar los distintos ámbitos de estudio sobre la realidad de los caminos y senderos públicos en Andalucía. Gran parte de la población reclama la puesta en valor de este patrimonio para uso turístico, deportivo y recreativo, pero parte de él ha sido abandonado o usurpado, cuando no ha dejado de ser mantenido o no está puesto en valor.

Los principales datos que se extra del estudio cartográfico realizado por Trujillo pasan por constatar que en Andalucía hay 225.060 kilómetros de caminos públicos y senderos. Suponen 21.570 kilómetros cuadrados, unas 2.157.000 hectáreas, es decir, el 25% del territorio andaluz. “Como si uniéramos las provincias de Sevilla y Granada, o la superficie de Bélgica”, explica a este periódico David Moscoso. Y un dato más: “Todo ese terreno tiene un valor calculado en 44 billones de euros”. El estudio cartográfico incluye un visor on line, aún completándose, donde se pueden ver los caminos y senderos de cada zona.

A esta parte del territorio andaluz le afecta una serie de leyes y normas, que se ha recogido en el estudio normativo de los caminos y senderos, para “conocer qué normativa hay para la protección de este territorio”. Ejemplo de ellos es la obligación de los ayuntamientos de inventariar todos esos caminos, pero la realidad es que “hay una falta de aplicación de la ley que no es normal. Hay ayuntamientos pequeños que no tienen dinero, otros no tienen recursos ni conocimientos, pero hay quienes no quieren enfrentarse a los propietarios de grandes fincas que usurpan esos caminos”, aduce Moscoso.

Además, entre otras normas, esas vías están protegidas por la Ley de Patrimonio Público andaluz. Y en el estudio que recoge el libro se incluye una comparativa de las leyes que existen al respecto en otras comunidades autónomas y las de ámbito estatal, con el fin de “contribuir al análisis jurídico y administrativo de esta realidad”.

La realidad es que hechos como la usurpación de los caminos a manos de propietarios privados de fincas o el desconocimiento de estas vías, hace que no se pongan en valor. Y también, la realidad es que entran en confluencia -cuando no conflicto-, distintos ámbitos que hacen uso de estos caminos públicos, ya sean senderistas o ciclistas, cazadores, vecinos, la administración, etc.

Por eso, el libro también recoge un estudio sociológico sobre ello, con testimonios de las partes implicadas. “Son los que llamamos informantes cualificados”, explica Moscoso, a cargo de esta parte de la investigación. Se recogen entrevistas con miembros de Ecologistas en Acción, Plataforma A Desalambrar, Plataforma por los Caminos Públicos, UPA, cazadores, la Consejería de Agricultura, la Agencia pública de Desarrollo Agrícola, personal de gestión de los parques naturales de Andalucía, expertos juristas, notarios, miembros de federaciones de ciclismo, senderismo, Amigos del Camino de Santiago o la Federación Andaluza de Caza, entre otros. “Se trata de que el estudio recoja todas las partes y no sea sesgado ni parcial. Recogemos sus testimonios, su visión de la realidad de los caminos públicos, los problemas que identifican y las soluciones que aportan”.

Porque, el libro, trata de ser eso, una radiografía de la realidad y una propuesta de la que partir para redoblar el valor que los caminos públicos de Andalucía tienen. “Se proporcionan un montón de claves sobre cómo debería ordenarse ese patrimonio por parte de las administraciones”.

Y trata así de dar pistas sobre cómo cientos de miles de aficionados al senderismo en España y países del entorno, pueden tener en estos caminos un aliciente que conforme un motor de desarrollo sostenible para la comunida autónoma.

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