La Unidad de Cuidados Intensivos que cambió la vida de María tras 60 días en coma

La historia de María, una paciente del Hospital Cruz Roja de Córdoba, supone un símbolo de esperanza y resiliencia tras pasar 45 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Ha sido el centro hospitalario quien ha difundido su historia y su recuperación, pasando de un estado crítico a recuperar su autonomía.

María ingresó al hospital a finales de marzo con un cuadro de neumonía bilateral severa que la condujo a un estado de shock multiorgánico, es decir, al fallo de múltiples órganos. En cuestión de horas, su condición se deterioró drásticamente, pasando de una debilidad generalizada a necesitar cuidados intensivos de forma urgente.

Ante la gravedad de su situación, el equipo médico, liderado por el doctor Matías Altés, jefe de la UCI del Hospital Cruz Roja, y en constante comunicación con María y su familia, tomó la decisión de inducirle el coma para estabilizar la infección. Desde el 1 de abril hasta el 29 de mayo, María permaneció en coma inducido, un periodo marcado por altibajos en su salud, donde incluso sus familiares llegaron a despedirse de ella.

El despertar de María marcó el inicio de una recuperación asombrosa. Al despertar, ella no era consciente de la gravedad de lo vivido. Solo recordaba haber soñado situaciones irracionales, pero “extremadamente reales”. Su mejoría fue constante, pasando a planta el 1 de junio y, apenas diez días después, ya estaba realizando sesiones activas de ejercicios en la Unidad de Neurorehabilitación del hospital.

Un factor determinante en su recuperación fue la neurorehabilitación temprana y constante. Según Jesús, su fisioterapeuta, la rehabilitación comenzó de forma intermitente durante su estancia en la UCI con ejercicios en la cama, y continuó después en planta y en el gimnasio de neurorehabilitación. Esta continuidad ha sido esencial para que María recuperara la fuerza en brazos, piernas y tronco, trabajando actualmente para volver a caminar con autonomía total.

Hoy, María puede hablar, sentarse, levantarse y caminar con apoyo. Aunque aún necesita oxígeno en momentos puntuales, se espera que pueda prescindir de él por completo en el futuro. La joven asegura que esta experiencia le ha cambiado la vida, considerándola una “nueva oportunidad”.

En el reportaje publicado por el Hospital Cruz Roja, esta paciente ha destacado el inmenso apoyo de su familia y ha expresado su profunda admiración por el equipo multidisciplinar del Hospital Cruz Roja. “No he visto nunca tanta vocación, tanta entrega. Hoy sé que vale la pena vivir, aunque lo veas todo negro. Lo que más me repito es: y ahora, ¿qué hago yo con esta segunda oportunidad? La respuesta está clara: vivir el hoy, cuidarme y animar a otros a creer en ellos mismos”, concluye esta joven.