El limbo en el que viven los hijos que quedan vivos de La Tomasa, la cordobesa que se los llevó a Siria

La historia de la familia de La Tomasa, una malagueña criada en Córdoba (donde aún viven sus padres), es una de las más tristes de las familias españolas que se marcharon a Siria. El periplo de la mujer empezó cuando a principios de los noventa se enamoró, siendo adolescente, de Abdelah Ahram, un súbdito marroquí que cumple condena en una cárcel de su país por terrorismo yihadista. De ser una buena estudiante, la joven abandonó todo para irse con él. Fue cuando quedó embarazada de su primer hijo, Muhammad Yasin Ahram Pérez, a quien dio a luz en 1995.
Muhammad Yasin se hizo famoso en 2017, cuando el Estado Islámico alcanzó su apogeo. Al Qurtubí (el cordobés) fue su nombre de guerra cuando grabó un vídeo en castellano en el que amenazaba a España con nuevos ataques terroristas y reivindicaba la autovía de los atentados de Barcelona. Tomasa y Al Qurtubí están muertos. Y dos de sus hermanos, también. A Musa le alcanzó un tanque en Aleppo en 2016. A Islam, un francotirador en 2019. Islam trataba de salvar a su hermano, Alejandro, que a su vez huía con otros dos hermanos más, menores. Su madre acababa de morir.
Natalia Sancha, de El País, ha podido hablar con Alejandro y ha reconstruido la historia de esta familia arrastrada al corazón del yihadismo internacional y que está absolutamente destrozada. Alejandro tiene ahora 20 años. Sus dos hermanos, Quodama y Jansae, son menores de edad. Viven separados. Alejandro en una especie de reformatorio en la ciudad siria de Qamishli. Sus hermanos, en el campo de refugiados de Al Hol. Quieren volver a Córdoba, con sus abuelos, que siguen viviendo en un piso cercano a la avenida de Barcelona. Pero los tres están en un limbo jurídico sin resolver.
La familia de la Tomasa, después de casarse con Ahram, estuvo viviendo de alquiler unos años en Alcolea. De allí pasaron por Barcelona, Suecia y Marruecos, hasta que recalaron en la barriada de El Príncipe, en Ceuta. Durante este tiempo, nació el resto de los hijos de Tomasa. Todos lo hicieron en España. Abdelah Ahram fue detenido y encarcelado en Marruecos, y su hijo mayor, Al Qurtubí, se marchó a Siria. Desde allí animó a su madre a que se reuniera con él junto a sus hermanos.
Tomasa Pérez entró en Siria desde Turquía, tras viajar desde España. Con ella iban cinco hijos. Vivieron en Raqqa y se fueron mudando conforme el Estado Islámico iba perdiendo territorio. Tomasa murió durante un bombardeo ante los ojos de Alejandro. El propio Alejandro tuvo que identificar el cadáver de su hermano Yasin. También el de toda su familia. Cuando murió su madre se hizo cargo de sus hermanos y fue tratando de huir cuando recibió dos disparos de un francotirador, según el relato que le ha hecho a la periodista Natalia Sancha. Su hermana acudió a ayudarle. El tercer disparo del francotirador acabó con su vida.
Alejandro fue rescatado y conducido junto a sus dos hermanos a un campo de refugiados, uno de los más importantes de Siria en el que se alojaba a las familias de los yihadistas que habían muerto en combate. Allí vivió varios años hasta que fue enviado a una prisión y después a un reformatorio. Atrás dejó a sus dos hermanos, que siguen en un campo de refugiados cuidados por una iraquí. Los tres quieren volver a Córdoba, después de la caída del régimen de Al Assad, pero actualmente están en un limbo jurídico que se lo impide.
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